La Bolsa de Madrid cierra en plano, con un recorte del 0,07 % y no muy lejos de mínimos anuales, en medio de una gran volatilidad y lastrada por las dudas sobre el crecimiento y otros factores de corte superestructural.
Martes 3 de septiembre de 2019
Panel informativo de la Bolsa de Madrid. EFE/Fernando Alvarado/Archivo
El principal índice del mercado de capitales de renta variable español, el IBEX 35, ha caído este martes el 0,07 %, hasta los 8.809,2 puntos, siguiendo la estela de las principales plazas europeas, a saber: París bajó el 0,49 %; Fráncfort el 0,36 %; Milán el 0,25 % y Londres el 0,19 %. Agosto se salda con una caída del Ibex del 1,76%, llevando al índice a mínimos anuales y reflejando las grandes contradicciones que configuran la escena política en la actualidad.
Las principales plazas de todo el mundo siguen expresando el miedo ante la proximidad de una posible recesión, especialmente luego de conocerse en los últimos días la contracción de la economía alemana en el segundo trimestre del año o los exiguos guarismos de producción industrial y ventas minoristas en China.
A ello viene a añadirse la escala de tensiones comerciales Washington-Pekín, amenazas arancelarias desde la Casa Blanca a golpe de Twitter incluidas, que se acaban de saldar con un nuevo anuncio del ministerio de finanzas del país asiático de "contramedidas", en caso de que los EEUU acaben imponiendo el anunciado nuevo arancel del 10 % sobre importaciones chinas por 300.000 millones de dólares.
Además el riesgo real de Brexit duro y la situación de crisis política abierta en el Reino Unido, que anticipa ser de una magnitud histórica, luego de la maniobra parlamentaria de Johnson, unida a la crisis de gobierno en Italia, hacen que los mercados de renta variable se comporten de una manera especialmente turbulenta.
¿Cuál es el verdadero significado detrás de la volatidad en los mercados de capitales? El mismo que se encuentra detrás del extraño comportamiento de la curva de rendimientos, a saber: la profunda desconfianza en el medio plazo por parte de todo un sector de capitalistas.
En este contexto material, los factores políticos y geoestratégicos proyectan una influencia recíproca enorme sobre la propia dinámica de la economía capitalista. Un pequeño giro en cualquiera de los factores arriba mencionados y todo el castillo de naipes de la economía mundial podría caerse, materializando el fantasma de la tan temida recesión. Y nadie es más consciente de ello que la propia burguesía, cuya cuenta de resultados depende precisamente de leer correctamente coyunturas. Vientos que anuncian tempestades.
