El 12 de junio se conmemora a nivel internacional, el Día contra el Trabajo Infantil. Este toma relevancia en medio de la pandemia, pues a causa de la pérdida de empleos se estima que el trabajo infantil aumente.

Joss Espinosa @Joss_font
Viernes 12 de junio de 2020
En un contexto de precarización y empleos inestables, algunos de los afectados son les niñes y adolescentes. Las patronales históricamente se han aprovechado de su mano de obra, ultraexplotada, pues por la ilegalidad de la labor, niñes se ven obligades a aceptar cualquier condición con tal de llevar un poco de ingresos a casa.
México ya era el segundo país con mayor índice de trabajo infantil en la zona, por detrás de Brasil, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), con 3.2 millones de niñes y adolescentes de entre 5 y 17 años que trabajan.
Se estima, que por la extensión de la pandemia y la falta de empleo producto de los despidos masivos, niñes y adolescentes tendrán que salir al campo laboral para aportar a sus casas que se han quedado sin ningún tipo de sustento. Es decir, a la cifra antes mencionada se sumaría un 5.5 %, que representa 177 mil menores más que ingresaran al campo laboral.
Esto incremento se debe en gran medida, a que la pérdida de empleos, e ingresos familiares, los hogares buscan cualquier vía para tener ingresos, lo que indica empleos ultra precarizados para menores. Es decir el aumento de la pobreza en un punto porcentual, aumenta directamente 0.7% el trabajo infantil.
A esto se suma el aumento del “tiempo disponible”, por el cierre de escuelas y el paso a la modalidad en línea que impide que puedan continuar en sus estudios de educación básica o media superior.
Para las niñas muestra su particularidad, pues en ellas recae mayoritariamente las tareas domésticas, que en muchos casos impide que puedan seguir estudiando.
Violencia infantil
A esto se suma, que las nuevas generaciones no solo han crecido en plena crisis económica, sino una crisis brutal de violencia. México es el primer país a nivel internacional en violencia física y homicidio a menores de 14 años.
Según cifras oficiales al día mueren 3.6 niñes a causa de la violencia. Y en las cifras de feminicidio, 1 de cada 10 se da en niñas y adolescentes, estas cifras aumentan en el rango de desapariciones de niñas, que en Chihuahua, por ejemplo, representa el 25 % de las desapariciones totales de mujeres, a manos de las redes de trata.
Sumado a las cifras de trabajo infantil, se estima que entre 30 y 35 mil menores de edad, han sido reclutados de manera forzosa por el narcotráfico, para realizar labores de vigilancia, o como sicarios, que muchos terminan asesinados en los enfrentamientos, entre carteles o con sectores de la policía.
Son el futuro pero les niegan el presente
Ante el aumento de niñes y adolescentes que entran al campo laboral, por la pérdida de empleo de sus padres, creemos necesario imponer a las patronales el pago de licencias al 100 %, para que menores no tengan que entrar a trabajar, además exponiendo sus vidas en medio de la pandemia. Esto último es importante ya que en días recientes, se estima que el porcentaje de contagios y defunciones en menores ha aumentado.
La explotación infantil sirve enormemente a las patronales, pues por la condición de ilegalidad, no se hacen responsables de un sueldo digno, prestaciones y derechos laborales. Es urgente acabar con esta situación.
La explotación infantil se basa también, en gran medida en las condiciones laborales generales. Es decir, representan un sueldo que complementa las otras fuentes de ingreso que pueden traer sus padres. Por ello, para realmente atacar el trabajo infantil, es importante comenzar por arrancar sueldos dignos que cubran el costo de la canasta familiar, para que les niñes no tengan que verse obligados a laborar.
Por eso, cualquier tipo de medida que no ataque las raíces de la explotación infantil, será insuficiente y paliativa. Para garantizar infancias plenas es necesario acabar con las condiciones y el sistema que generan que puedan ser explotados.