La suba de precios en marzo es otro golpe al bolsillo obrero y popular. Este viernes, horas antes de conocerse ese dato, los trabajadores de la Alimentación cortaron Panamericana denunciando una precarización del empleo avalada por la conducción burocrática de su gremio.
Viernes 14 de abril de 2023 20:26
El 7,7 % correspondiente a la inflación de marzo es un verdadero mazazo al bolsillo de la clase trabajadora. Un golpe a salarios ya alicaído que alcanzan cada vez menos, frente a precios que siguen subiendo a velocidades récord.
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La inflación persistente erosiona la situación del conjunto del pueblo trabajador, golpeando especialmente sobre sus sectores más pauperizados. Frente a esa situación, las centrales sindicales burocráticas siguen en una tregua persistente con el Gobierno y las patronales.
Por un lado, los dirigentes de la CGT y las CTA están demasiado enfrascados en las roscas internas del Frente de Todos. Este jueves diversos referentes del sindicalismo afín al kirchnerismo se reunieron con la vicepresidenta Cristina Kirchner. El mensaje de apoyo político a la vicepresidenta deja de lado que ella integra un gobierno que está aplicando un duro ajuste en función de las órdenes que emite el FMI.
Por otro lado, las diversas conducciones de los gremios negocian el impuesto a las ganancias que pagan los sectores con mejores salarios de la clase trabajadora. El reciente acuerdo celebrado con el Ministerio de Economía implica, según afirman los mismos dirigentes, una mejora en los ingresos de alrededor de 600 mil trabajadores.
Sin embargo, al mismo tiempo, las conducciones burocráticas vienen acordando el avance de la flexibilización laboral en múltiples sectores del movimiento obrero.
Este viernes por la mañana, la denuncia tuvo lugar contra Rodolfo Daer, el hermano de Héctor, co-titular de la CGT. Fueron las trabajadoras y los trabajadores de Mondelez (Kraft) quienes se encargaron de denunciar el aval de la conducción burocrática de la Alimentación a las políticas flexibilizadoras de la multinacional estadounidense.
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Esta situación está lejos de ser única. En la industria automotriz, la conducción de Pignanelli y cía. viene avalando todo tipo de acuerdos favorables a las grandes patronales. De conjunto, los dirigentes sindicales garantizan un salto en la precarización de las condiciones laborales en función de los intereses del empresariado.
La CGT y las conducciones sindicales mantienen una tregua escandalosa frente al ajuste. Ni siquiera llegan al nivel de pronunciarse formalmente y apoyar -siquiera de manera demagógica- importantes luchas como la de la docencia cordobesa, este reclamo de las trabajadoras y trabajadores de Mondelez o el reclamo del subte contra el envenenamiento por asbesto o por la jornada laboral.
Es necesario organizar por abajo la fuerza de los sectores combativos, apostando la coordinación y a la unidad de las diversas luchas y reclamos. Es necesaria la coordinación de quienes están luchando para fortalecer cada pelea y, al mismo tiempo, seguir luchando por imponer a las conducciones sindicales el fin de la escandalosa tregua que sostienen.