La denuncia sobre encubrimiento de abusos sexuales por parte de las “Hermanas del Huerto” se viralizó entre estudiantes y familias de varios colegios. Ahora piden explicaciones y que se eche a las culpables.
Daniel Satur @saturnetroc
Jueves 25 de octubre de 2018
Monja Kumiko Kosaka detenida en Mendoza (Caso Provolo)
El viernes 5 de octubre este diario publicó un artículo titulado “Mar del Plata: cuando Iglesia y jueces pretendieron callar a 44 niñas y niños abusados”. Allí se relató el caso de los jardines de infantes Fleming y Gianelli, este último de carácter confesional y en cuya regencia participan las monjas de la congregación Hijas de María Santísima del Huerto.
El martes 16, dándole continuidad a la información, se publicó el artículo “Hermanas del Huerto, consagradas a proteger la pedofilia eclesiástica”, donde se relatan algunos de los hechos que marcan la historia reciente de esa congregación. Particularmente se detallaron dos casos emblemáticos de abusos sexuales de decenas de niñas y niños donde estas religiosas jugaron un rol central: el del Instituto Provolo de Mendoza y el del Gianelli marplatense.
La exposición de parte de los nombres y apellidos de las involucradas sacó a la luz una trama de silencios y complicidades, en muchos casos, hasta entonces insospechada. En pocos días llegaron a esta redacción nuevas informaciones sobre los casos descriptos. Y también consultas con preocupación de parte de quienes envían a sus hijos e hijas a colegios donde algunas de esas mujeres trabajan actualmente.
Algunos de los mensajes recibidos ampliaron data. “Es el colegio a donde asisto, hay un cartel en la puerta que dice ’salvemos las dos vidas’, esta noticia está ayudando a mis compañeros de los diferentes cursos y a los docentes a difundirlo”, afirmó un joven de Temperley. “Fui a este colegio durante toda mi escolaridad. La hermana Genoveva, directora del Huerto de Temperley, era un monstruo”, completó otra persona, que aseguró haber sido “golpeada y maltratada siempre por ella, ¡todo en nombre de Dios!”.
Las referencias fueron por una foto donde monjas involucradas en casos de abusos aparecían sonrientes en una celebración en el colegio que la congregación tiene en el sur del Gran Buenos Aires.
Otros mensajes estaban cargados de incertidumbre. “Mi hija estudia en el colegio de la calle Rincón, donde Adriana Roselló es la directora. Estamos todos los padres muy preocupados con esta noticia”, escribió una madre desde la Ciudad de Buenos Aires. “Ahí estuvo hace unos años Kumiko y también Liliana y ahora las Hermanas Roselló, no sé qué hacer”, completó poco después en otro mensaje un padre de un alumno del mismo colegio porteño.
Naturalmente, este diario contactó a esas familias con los abogados de las víctimas afectadas de los colegios donde ya hay causas penales en curso para que accedan a la información que necesitan.
Cuando pa’ Chile me voy…
En el centro de Santiago está la sede del Colegio Nuestra Señora del Huerto. Como se relató en el artículo anterior, allí recayó a principios de este año Crisolina López Ríos, la monja más activa entre 2012 y 2018 en la estrategia de encubrimiento de los abusos cometidos en el colegio Gianelli de Mar del Plata. A esa sede también fue a parar Liliana Rubilar, miembro de la congregación que en el Gianelli fue catequista entre 2012 y 2015 y ahora es, nada menos, directora del colegio chileno.
Publicado el informe, desde Santiago también llegaron mensajes a la redacción. “Hola, por favor si me pueden indicar dónde puedo encontrar más información ya que estas tipas están a cargo del colegio de mis hijos”, escribió una madre preocupada. “Ellas aseguran total inocencia, pero estamos preocupados, nadie quiere que el colegio donde estudia tu hijo sea dirigido por cómplices de abusos sexuales”, expresó otra.
“Nos causó mucho impacto la noticia, algunos padres las confrontaron y obviamente dijeron que esto era una calumnia pero si tienen algo que ocultar no quiero que estén cerca de mis hijos”, manifestó una tercera madre. Más de cinco adultos, en representación de decenas, se contactaron con este medio desde Santiago.
Este medio hizo el enlace también entre esas familias y quienes tienen toda la información de los hechos ocurridos en Mar del Plata y Mendoza.
No aclaren que oscurece
Fieles a sus creencias, frente al escándalo creciente en las puertas de Celia Solar 80 las monjas Rubilar, López Ríos y sus aliados decidieron actuar. El viernes 19, por escrito, les manifestaron a los padres y madres que la dirección del colegio rechaza “enérgicamente” el contenido del artículo de La Izquierda Diario, definiéndolo como “falso” e “injurioso”, y que solo se buscaba con él “denostar” y “desacreditar” a la congregación.
Aunque reconocieron que en el caso de las monjas del Provolo de Mendoza, Kumiko Kosaka y Asunción Martínez, ambas están siendo investigadas judicialmente, dicen que no hay pruebas contra ellas y que como “las acusaciones han sido rechazadas por éstas” todo se trataría de una mentira.
Respecto a la monja Crisolina, reconocen que fue representante legal del Gianelli de Mar del Plata en el momento en que la profesora Analía Schwartz fue denunciada por 44 casos de abusos de niñas y niños de entre 3 y 5 años. Pero no dicen que la misma monja y demás autoridades del colegio están siendo investigadas actualmente por “encubrimiento” por la Unidad Fiscal de Instrucción n°1 de Mar del Plata (expediente 30176/13).
Además, respecto de Schwartz, afirman que fue “debidamente investigada” por el Poder Judicial argentino, que dictaminó su “absoluta inocencia”. Ocultan una parte importante de la historia. Ese juicio estuvo plagado de irregularidades y presiones del Obispado, tanto dentro como fuera de los tribunales. Por eso el 1° de marzo de este año, en un fallo sin precedentes, el Tribunal de Casación Penal decidió anular la sentencia y ordenar que se haga un nuevo juicio con otros jueces.
La dirección del colegio chileno dice rechazar “categóricamente” cualquier tipo de abuso contra alumnos. Y hasta asegura que la “confianza” depositada por madres y padres jamás podría ser quebrantada por “mendaces e inexplicables afirmaciones como las vertidas por un artículo de prensa”.
Reunión extraordinaria
Las aclaraciones no fueron nada satisfactorias para las familias que, a esa altura, acumulaban información y bronca. Así, tras la exigencia de explicaciones convincentes, las autoridades del colegio convocaron para este martes 23 a una reunión extraordinaria del Consejo Escolar, órgano integrado por directivos, representantes legales, de docentes, de auxiliares, de padres y de los propios alumnos.
Dos hechos rodearon la reunión de un clima especial. Casi la totalidad de las familias de la comunidad educativa del colegio decidieron no enviar ese día a sus hijas e hijos a clase, “vaciando” las aulas y los patios. Y dentro de la reunión también hubo una ausencia: la hermana Crisolina, a quien sus colegas le sugirieron que no fuera, tratando de evitar, quizás, enturbiar más el asunto.
Pese a la defensa cerrada de la monja, los directivos llegaron a la reunión con una decisión tomada: mientras tratan de salir de la crisis de credibilidad y confianza en la que están sumergidos, Crisolina López Ríos tendrá prohibido participar del ámbito educativo del colegio y tomar contacto con las y los estudiantes. Mal que le pese, desde ahora y por un buen tiempo se deberá dedicar exclusivamente a atender cuestiones propias de su comunidad de adultas religiosas.
Pero son muchos padres, madres y estudiantes quienes no quieren que la monja sea solamente “guardada”. Quieren que sea trasladada fuera de la institución. Así se lo hicieron saber a las autoridades. Por el momento, según logró saber este diario, se dio comienzo a un proceso de investigación interna donde la mujer deberá dar sus explicaciones al tiempo que se recolectarán las pruebas para que el Consejo Escolar resuelva qué hacer con ella.
La noticia, claramente, fue bien recibida del otro lado de la Cordillera.
Rebelión en la granja
Hace años que las autoridades del colegio Gianelli de Mar del Plata buscan que el caso de los abusos cometidos contra 44 niñas y niños entre 2012 y 2013 pasen al olvido. De hecho el caso de la profesora Analía Schwartz está totalmente censurado y para muchos de los estudiantes que ingresaron en los últimos años a las instituciones de las Hermanas del Huerto es desconocido.
Pero pese al cerco mediático de las empresas periodísticas más grandes de la ciudad balnearia y a las mil maniobras del Obispado para “aislar” a la comunidad educativa de las denuncias, no se puede tapar el sol con las manos.
Una vez publicados los artículos por este diario, las preguntas no se hicieron esperar. Esta semana el propio alumnado secundario del Gianelli y del Instituto Santa Cecilia (también propiedad de las Hermanas del Huerto) decidió hacer una sentada en búsqueda de respuestas. “No vamos a parar hasta que expliquen todo”, fue la consigna con la que convocaron a manifestarse el lunes al comienzo de la jornada escolar.
Los directivos de ambos colegios se incomodaron bastante. Quizás no esperaban semejante cuestionamiento luego de tanto esfuerzo para que “de eso no se hable”.
Según constató este diario, finalmente el lunes la directora y la vicedirectora del Gianelli se enfrentaron a la sentada estudiantil. En un principio cuestionaron a las pibas y los pibes por ser tan “patoteros” en el método de protesta (¡una sentada!). Después intentaron dar “respuestas” que no hicieron más que convencerlas a ellas mismas. Entre otras cosas dijeron que todo esto es parte de “lo que le está pasando a la Iglesia en todo el mundo” y que ellas dan fe de que en el colegio nunca pasó nada de lo que se denuncia. El resto, “está en la Justicia y hay que esperar que allí se resuelva”.
Ambas mujeres apelaron a “sensibilizar” a las y los adolescentes pero, al no lograrlo, terminaron diciéndoles que estaban siendo víctimas de un engaño, que no querían escuchar “la verdad” y que si están en el colegio es porque así lo eligieron y que si quieren se pueden ir. De todos modos debieron reconocer que, en pleno juicio contra Schwartz por los 44 casos de abuso, desde el colegio se organizaron rezos colectivos en favor de la profesora pero nada en favor de las víctimas. No es poco.
La directora Virginia y la vice Sandra (de quienes, al menos por el momento, se preservan los apellidos para no alterar más sus susceptibilidades) no respondieron algunas cosas básica. Por ejemplo, cuáles de todos los datos vertidos en los artículos de este diario sobre el caso son “falsos”, “distorsionados” o tan siquiera “imprecisos”.
Desde ya, este medio está dispuesto a publicar la fe de erratas que corresponda. Forma de comunicarse tienen. Las decenas de mensajes llegados de los colegios de Mar del Plata, Temperley, Ciudad de Buenos Aires y Santiago de Chile, así lo demuestran.
16 de septiembre de 2013. Virginia, directora del colegio Gianelli, habla en el marco de la campaña de defensa de la profesora acusada de abuso sexual sobre 44 niñas y niños.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).