El problema habitacional no es nuevo, ya que ningún Gobierno ha dado una respuesta acorde, pero con la pandemia se acrecentó la cantidad de familias que ocupan tierras a raíz de la falta de terrenos y planes de vivienda
Viernes 4 de septiembre de 2020 23:36
Viedma - Marcha 19/08
Según diferentes relevamientos, antes de la cuarentena alrededor de 60 mil personas vivían en asentamientos hasta ese momento. En los últimos días, y en plena pandemia, la cantidad de tomas en la provincia se ha acrecentado.
En Cipolletti se calcula que actualmente hay alrededor de 42 asentamientos, donde habitan unas 6000 familias. En las últimas semanas se crearon dos nuevas tomas en el Barrio Labraña, con más de 100 familias. Recientemente el intendente Di Tella (JSRN) alentó los desalojos y, con el Consejo Deliberante integrado por Juntos por el Cambio, JSRN y el Frente de Todos, se pronunciaron en contra de las nuevas tomas, sin dar ningún tipo de respuesta a las familias.
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En Bariloche, 6000 personas en 12 asentamientos son las que no contaban con vivienda propia antes de la pandemia. En los últimos días se vio a grupos violentos queriendo desalojar a una comunidad mapuche que desde el 2017 se asentó en la zona de villa Mascardi y que en un intento de desalojo, ese mismo año, terminó con el asesinato del joven Rafael Nahuel. También surgió una nueva toma, llamada Manzana 287, donde hay 29 familias, y temen que se produzca un desalojo. El intendente Gustavo Gennuso (JSRN), por su parte, trató a las familias que luchan por tierra como “vivillos” y “oportunistas” y solicitó que actúe Nación.
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En El Bolsón, según Fundación Techo, en 2016 eran alrededor de 900 las familias que habitaban en 22 asentamientos en la comarca. En los últimos días fueron alrededor de 150 familias las que hicieron nuevas tomas, llegando a sufrir retenes policiales, amenazas de desalojo y de sectores reaccionarios, ya que el intendente Pogliano (JSRN) no da otro tipo de respuesta a la problemática de la tierra además de represión.
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El proceso de ocupación de tierras en Viedma estalla este año, con la ocupación de tierras en 6 tomas distintas: 9 de Julio, Nueva Vida, 17 de Agosto, Costa Este, Unión y una lindera a la cárcel del Barrio Lavalle. En total son aproximadamente unas 700 familias que se han animado a tomar en sus manos la resolución de esta necesidad. En plena cuarentena, el proceso de nuevos asentamientos, tuvo sus expresiones en las calles, con movilizaciones hacia el municipio y la conformación de una mesa de coordinación de las distintas tomas, la cual mantiene los reclamos y exige una solución favorable a los funcionarios del gobierno de Pesatti (JSRN), que no quiere reconocer a las nuevas tomas como interlocutores válidos. Si bien el Gobierno afirma que las necesidades habitacionales en Viedma son de más de 3 mil familias, los referentes barriales estiman una cantidad superior a 4 mil.
Mientras tanto, en Fiske Menuco la cantidad de personas que viven en asentamientos asciende a 5000 en 16 asentamientos. Las últimas tomas se produjeron una en el predio del Club Tiro Federal durante junio, y en agosto otra conocida como la toma de “los hijos del barrio El Petróleo” en terrenos municipales, en la que frenaron un desalojo formando un cordón humano contra maquinas topadoras y tractores enviados por el municipio, a cargo de María Emilia Soria (FdT).
En el resto de la provincia se relevaron, antes de la pandemia, ocupaciones de tierra en Fernández Oro, Villa Regina, Choele Choel, Valle Medio, Cinco Saltos y Río Colorado.
Resulta indignante en una provincia como Río Negro, que cuenta con una gran superficie de 203.013 km² y una población de 708.799 personas, hasta 2017. Es decir, con una densidad de apenas 3,49 hab/km², siendo la cuarta provincia menos poblada del país. Tierra sobra, ¿por qué hay entonces tantas familias sin terreno ni vivienda?, ¿quiénes son los dueños de la tierra?
Carreras no planifica viviendas, sino desalojos
Algunas de las razones por las que hoy hay una crisis habitacional son los despidos, la falta de trabajo y la precarización que hacen imposible seguir alquilando con precios altísimos en la zona patagónica, situación agravada por la pandemia. Además ni el Gobierno de Arabela Carreras (Juntos Somos Río Negro), ni quienes la antecedieron, crearon planes de vivienda ni créditos accesibles para dar respuestas a las familias trabajadoras, sino que fueron parte del impulso de la especulación inmobiliaria y negocios con las tierras ociosas. Hoy además Carreras se alinea con el Gobierno nacional y las posiciones de Berni, Frederic y Massa, que criminalizan a las familias que luchan por su legítimo derecho a la tierra y la vivienda.
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Mientras, por otro lado, los grandes terratenientes pagan impuestos irrisorios y se adueñan de accesos a ríos y lagos, como el empresario británico Joe Lewis, que le colgó el cartel de “propiedad privada” al Lago Escondido. Otros grandes propietarios de tierra en la provincia, según un informe elaborado por La Tinta en 2017, son Solmat Agropecuaria S.A., Grupo Burco, Cristobal López, Marcelo Mindlin y el Grupo Heilongjiang Beidahuang, que arrienda 330000 hectáreas, con opción a compra, en donde pretenden hacer plantaciones de soja. A ellos el Estado los legitima y, donde puede, legaliza sus propiedades mientras desaloja a los pobres. No hay que olvidar que la integración del territorio rionegrino durante el siglo XIX al Estado argentino se basó en una usurpación a los pueblos originarios a punta de Remington, durante la “Conquista del desierto”.
Que todas las familias trabajadoras puedan acceder a tierra y vivienda podría ser posible si se expropiaran y repartieran todas las tierras y viviendas ociosas de la provincia. Si, además, se crearan planes de vivienda y créditos accesibles, en base al cobro de impuestos a los grandes terratenientes, junto a un plan de medidas económicas como la nacionalización de la banca, el monopolio del comercio exterior y el no pago de la deuda externa, para invertir todo ese dinero en viviendas y en dar respuesta a las necesidades del pueblo trabajador.