Los precios máximos de la gasolina estarán dados por autoridades gubernamentales, sin embargo, habrá oscilaciones en su precio que van de 1 a 2 centavos. Serán las propias gasolineras las que definan su precio de venta a diario.
Martes 21 de febrero de 2017
En el primer día de cambios, los precios han bajado hasta 2 centavos respecto de los precios establecidos desde el 1 de enero. Sin embargo, puede preveerse una alza que impactará en la población.
Por más de 70 años los precios de las gasolinas en nuestro país se establecieron por mandato del gobierno federal. Desde hoy eso cambiará, los precios serán determinados por el mercado y modificados a diario.
El organismo regulador de los precios de las gasolinas destinado por el gobierno federal para este proceso de liberalización, estableció ayer lunes por la noche los nuevos precios máximos del combustible. Estos precios máximos serán considerados por los dueños de las gasolinerías; a partir de los mismos establecerán sus propios precios para el combustible.
¿Cómo funcionará?
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estableció una fórmula para establecer, con la información pertinente de los mercados internacionales, los precios máximos para el combustible en nuestro país, aludiendo a la necesidad de la intervención estatal para “suavizar” los cambios.
Este proceso de liberalización, tiene como objetivo según la SHCP, que para 2018 todo el país esté inmerso en la dinámica de la oferta y la demanda.
Sin embargo, el proceso no termina de quedar claro. Si bien se establecieron tiempos para las etapas de la liberalización, lo que vemos en el primer día de cambios es que la “nueva fórmula” para establecer los precios no está en sintonía con las variaciones del mercado internacional.
Hoy el mercado cambiario va a la baja, y el precio del petróleo mantiene su tendencia también de deterioro. Además la gasolina en Texas, principal exportador de combustible a nuestro país, también bajó considerablemente. ¿Por qué no se transfieren estas modificaciones a los precios locales?
Para proteger el precio establecido por el gasolinazo y asegurar que una parte del mismo se transfiera al gobierno, se estableció la “nueva fórmula” con la que el nivel de precio juega al alza, y baja uno o dos centavos, pero se mantiene un cierto nivel de precios que permite al gobierno obtener beneficios.
Si el precio de la gasolina atendiera realmente al mercado internacional, hoy habría bajado más de un peso por litro.
Los precios no son libres ni actúan según el juego del mercado. De hecho, esto será casi imposible en vista de que en nuestro país no tenemos un nivel de desarrollo tal que permita establecer una seria competencia con los productores extranjeros.
El desmantelamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la casi nula inversión en el desarrollo de la industria petrolera en nuestro país, junto con la reforma energética, son las causas de que sea la clase trabajadora la que pague los altos precios por la gasolina, derivados de las políticas implementadas durante años.
La descarga de los males sobre las espaldas de los trabajadores y la absorción de beneficios por parte de la "clase política" y los empresarios no es casualidad.
La liberalización de los precios y el "gasolinazo" afectaron la popularidad y la confianza en el gobierno federal. Para amplios sectores de los trabajadores y el pueblo en general es cada vez es más claro que sus intereses son opuestos a los de las grandes mayorías.
Para frenar estos ataques que empeoran la calidad de vida de las familias trabajadoras, es necesaria la movilización y la organización independiente de las y los trabajadores.
Hay que renacionalizar toda la industria energética bajo control de sus trabajadores y ponerla a funcionar al servicio de las necesidades del pueblo. Para eso, es fundamental luchar en las calles contra las reformas estructurales y preparar un gran Paro Nacional.