El ingreso de las mujeres al mercado del trabajo es relativamente tardía, representando un tercio de la masa laboral que se concentra principalmente en empleos de menor calificación y remuneración.
Lunes 24 de abril de 2017
Se estima que en América Latina el ingreso al mercado del trabajo de mujeres es más tardío y bajo que en los países más desarrollados. En Chile la mano de obra femenina va en aumento llegando a ser un tercio, es decir un 36,2 % del total de trabajadores, el cual se concentra generalmente en empleos precarios, de menor calificación y remuneración.
Al momento de buscar trabajo las mujeres se encuentran con diversos obstáculos, uno de ellos es la división sexual del trabajo, que consiste en la separación de las tareas entre hombres y mujeres, donde la mujer cae en la esfera privada, es decir de lo domestico, por el cual acceden con mayor facilidad al área de servicios, comercio, educación y el cuidado de enfermos, y en menor medida en lo que es la gran industria.
¿En que trabajan las mujeres?
En su mayoría llegando a ser un 46% las mujeres que poseen contrato suelen desarrollarse en el área de servicios, ya sea del tipo domésticos, de salud y educación. Un 25% se encuentra trabajando con o sin contrato en tiendas, supermercados, malls, etc. Un 11% se desarrolla en la industria manufacturera, un 7% se desenvuelve en el área financiera, ya sea bancos y entidades financieras y por último un 6% en el área agrícola, ganadera, pesca, forestal.
Precarización laboral
El trabajo precario tiene rostro de mujer, el subcontrato no les permite tener acceso a los mismos derechos laborales que las personas contratadas por la empresa, no les permite acceder a previsión de salud ni cotizaciones, el no poder optar a beneficios como lo son las salas cunas y jardines infantiles hace difícil que puedan continuar de manera tranquila con sus empleos y maternidad, también el hecho de despedir a las trabajadoras cuando quedan embarazadas o luego del post natal. Las mujeres son quienes viven con el constaste temor de quedar embarazada o que simplemente no las contraten por la posibilidad de que puedan ser madres.
Pero no debemos olvidar la tarea que por años ha sido asignada a las mujeres como las tareas domésticas del hogar, del cuidado de los hijos y enfermos, trabajo que no es remunerado y es invisibilizado arrojando a miles de mujeres a un futuro de miserias e inestabilidad, esta situación claramente las perjudica aún más quedando sin empleo durante largos periodos, afectando sus cotizaciones y también produciendo las famosas “lagunas” en sus cotizaciones.
Es por esto que invitamos a todas las mujeres trabajadoras y a quienes están entrando al rubro laboral a que discutan y se organicen contra toda la violencia de género a través de las comisiones de mujeres y en los sindicatos para que junto a nuestros compañeros logremos avanzar y ganar todos los derechos que se nos han quitado.