Durante el pasado viernes, se dio a conocer la noticia de que el Ejército integró a sus filas a un hombre trans. El mismo ejército que salió a torturar y asesinar en octubre de 2019, hoy se pone la careta de inclusivo.
Sábado 12 de diciembre de 2020
Como un "hecho histórico", el Movilh celebró el ingreso de Benjamín Barrera al Ejército de Chile. Un hombre trans oriundo de la Serena que desde joven soñaba con ser parte de esta institución asesina y corrupta.
El presidente del Movilh, Rolando Jiménez, comentó que “esperemos que a partir de este caso se de una inclusión rápida para que las personas LGBTIQ+ puedan entrar sin ninguna barrera a las instituciones de las Fuerzas Armadas”.
“Esperamos que la noticia nos da hoy Benjamín sea un aliciente para que la Fuerza Aérea, la Marina, el Ejército y Carabineros para que generen las condiciones pedagógicas y formativas para que cualquier persona que quiera entrar -cualquiera sea su orientación sexual o su identidad de género- pueda hacerlo sin ninguna excusa de por medio”, expresó Jiménez.
En esta línea, agregó que el proceso constitucional significa una "oportunidad" para la población LGBTIQ+.
Lavándole la cara a una institución asesina
El hecho de que las FFAA incluyan a las personas LGTBIQ+ en sus filas no expresa un avance concreto en los derechos de las diversidades sexuales y disidencias. Actualmente las, los y les trans siguen sufriendo la peor de las discriminaciones en los lugares de trabajo y estudio, como también caen en sus hombros las consecuencias de una salud pública desmantelada.
Mientras ese es el panorama, el Ejército que salió impunemente a asesinar y torturar en octubre de 2019, que carga con casos de corrupción con costos de millones de dólares al fisco y cuyos altos mandos en retiro reciben jugosas pensiones que llegan a superar los 10 millones de pesos, busca ponerse la careta de inclusivo para ver si logra relegitimarse de alguna forma.
Es inaceptable que los organismos de la diversidad sexual sean parte de este show mediático que busca hacer posar a las instituciones de FFAA como inclusivas, cuando estas mismas han sido responsables de la más brutal represión.
Gracias a estos actos de organismos que han actuado más como voceros del régimen político que como representantes de la comunidad LGTBIQ+, es que el gobierno tiene espacio para justificar su agenda represiva.
Javier Ilabaca
Estudiante de Periodismo, Universidad Central de Chile