La jornada de lucha que realiza la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) tiene como objetivo principal que se reanuden las mesas de diálogo con AMLO. Si las demandas de la CNTE son justas, ¿qué está haciendo falta para conquistar su resolución?
Javier Méndez Prof. de Historia, Agrupación Nuestra Clase
Miércoles 23 de junio de 2021
A partir de hoy y hasta el 25 de junio, la CNTE mantendrá un plantón en el Zócalo de la Ciudad de México para exigir la reapertura de las mesas de diálogo con el presidente, que se establecieron desde que comenzó su mandato como parte de sus promesas de campaña al magisterio disidente, después de que éste encabezara la lucha contra la reforma educativa de Peña Nieto.
Sin embargo, después de 18 mesas de diálogo entre la CNTE y el gobierno de la República, muchas de las demandas del magisterio siguen sin ser resueltas, como la propia Coordinadora lo ha manifestado en las últimas movilizaciones que realizó en la capital del país.
En esta jornada, las demandas que destacan son la abrogación total de la reforma educativa neoliberal, continuada en buena medida por el gobierno de la 4T; incremento salarial del 100 % (frente al miserable 3.4 % que acaban de negociar los charros del SNTE); el rechazo al Sistema para la Carrera de Maestras y Maestros (antes Servicio Profesional Docente), que mantiene al magistgerio en un régimen laboral de excepción; y al cálculo de las pensiones en UMAS, que las devalúa sustancialmente.
Desde su último Congreso Nacional, que llevó a cabo a mediados de mayo, la CNTE reanudó sus jornadas de movilización, aunque no con la masividad de sexenios anteriores y de manera más focalizada en Chiapas, donde la represión contra los normalistas se recrudeció a raíz de la aplicación de distintas políticas que han estrangulado a las normales históricamente y que ahora continúan con la 4T.
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Independencia política y unidad para vencer
Para echar abajo en su totalidad la reforma educativa neoliberal, así como lograr pensiones dignas y para conquistar todas las demandas del magisterio, desde la agrupación Nuestra Clase-Pan y Rosas consideramos que la CNTE debe dejar de confiar en la buena voluntad del presidente y apostarse a organizar y a desarrollar toda la fuerza del magisterio nacional, pues ha quedado demostrado que es impotente limitarse a presionar para abrir mesas de diálogo con el gobierno.
Pero el ataque contra el sector educativo va más allá y alcanza todos los niveles. Para defender la educación pública y gratuita, por un regreso seguro a clases presenciales y por la resolución de todas nuestras demandas, necesitamos una política y una estrategia de lucha independiente del gobierno, los partidos y las instituciones del régimen; de confianza en las propias fuerzas y en la capacidad de establecer alianzas con otros sectores.
Opinamos que la CNTE, como referente histórico del magisterio combativo, debería ponerse al frente de llamar a la organización desde abajo, a la unidad y a la movilización de las y los trabajadores de la educación de todos los niveles, junto a estudiantes, madres, padres de familia y otros sectores de trabajadores, ante la necesidad de luchar en todo el país para defender nuestros derechos e imponer nuestras demandas.