En el marco de la causa por abusos sexuales contra niñas y niños sordos, comenzaron las excavaciones en el instituto religioso de Luján de Cuyo, luego de que el georradar utilizado detectara elementos enterrados que podrían ser pruebas que los curas intentaron ocultar
Lunes 29 de enero de 2018 17:19
Fotos: Victoria Gaitán - Unidiversidad
Esta semana comenzaron las excavaciones en el terreno perteneciente al Instituto Antonio Provolo, para dar con pruebas que podrían haber sido enterradas por curas y monjas para ocultar evidencias de los abusos allí cometidos.
Las excavaciones se dan luego que se realizara un scaneo en el predio la semana pasada. El georradar utilizado confirmó la existencia de "anomalías" en el suelo, es decir objetos enterrados. Ahora se realizan excavaciones para determinar que tipo de objetos son los enterrados.
Esta medida fue solicitada por la defensa de las víctimas, luego de que uno de los testigos declarara en la causa haber visto a autoridades del instituto enterrando una caja. Incluso hay versiones sobre la supuesta muerte de un niño, quien habría sido enterrado allí.
Del proceso participan la fiscal subrogante Virginia Rumbo (ya que el fiscal Gustavo Stroppiana se encuentra de licencia) y los querellantes de los exalumnos y sus familias, junto a los defensores de los imputados.
Actualmente, en la causa, se encuentran imputados 15 personas, entre curas, monjas y personal del instituto. El cura Horacio Corbacho, el monaguillo Jorge Bordón, junto a los empleados del instituto Armando Gómez, José Luis Ojeda y Noemí Paz se encuentran detenidos. Por su parte, Nicola Corradi, la monja Kosaka Kumiko y la representante legal del instituto, Graciela Pascual se encuentran con prisión domiciliaria y otras 7 personas (entre monjas y personal administrativo y jerárquico del instituto), se encuentran imputadas en la causa.
