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Red Internacional
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MOVILIZACIONES IRLANDA. Irlanda: La guerra del agua

Decenas de miles de personas se concentraron este miércoles frente a la Dáil, cámara baja del parlamento irlandés en Dublín, para protestar contra la privatización del suministro del agua.

Alejandra Ríos

Alejandra Ríos Londres | @ally_jericho

Viernes 12 de diciembre de 2014

Luego de seis años de austeridad, la privatización del agua fue la última gota que rebalsó el vaso. El miércoles 10, decenas de miles de personas inundaron Dublín, capital de Irlanda, y otras ciudades del país para protestar contra el pago por el servicio del agua y del sistema del alcantarillado. Irlanda era el segundo país, junto con Turkmenistán, en los cuales no se abonaba por el consumo de agua.

La marcha congregó a cientos de colectivos, campañas locales, sindicatos, organizaciones de vecinos y de derechos humanos y alianzas contra los recortes. Right2Water (Derecho al Agua), una de las campañas con mayor presencia y organizadora de la protesta de ayer, estimó que marcharon unas 100.000 personas solo en Dublín.

En uno de sus comunicadosexpresa: “manifestaciones pacíficascomo las de hoy, donde se ve el poder de la gente. Desde la movilización del 11 de octubre, cientos de miles de personas han tomado las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades demandando la abolición del pago del agua en los hogares y seguiremos hasta que logremos dicho objetivo”.

Se estima que el costo del agua puede llegar a unos 500 euros al año y si bien las primeras boletas llegarán en enero del 2014 el período de consumo cuenta a partir del 1 de octubre de 2014. Desde dicha fecha la población se viene movilizando y se han visto protestas, marchas, bloqueos con coche, para impedir el ingreso de los técnicos que instalan los medidores. Se trata de una verdadera revuelta por un derecho fundamental: el acceso al agua.

Las protestas en las calles lograron que se otorgaran subsidios a los hogares de menos ingresos, así y todo las cuentas no bajarán de los 300 euros, que la ayuda estatal no llega a cubrir. Al pago por el servicio se sumó el hecho de que en algunas regiones del país el agua estaba contaminada y no apta para el consumo.Obligados a comprar agua embotellada, muchos se quejaban: “¡Tenemos que pagar por agua contaminada!”.

En muchos hogares el peso de los recortes se siente con dureza y la factura del agua es un lujo que no se pueden permitir. Esta situación los ha empujado a las calles en un acto de desobediencia civil contra el pago del agua.

Muchas madres, con bronca, gritaban en las marchas:“¡No voy a pagar, aunque tenga que ir a la cárcel!”.

Este nivel de desobediencia civil y la red de acciones solidarias entre la población recuerda la lucha contra el PollTax, durante el gobierno de Margaret Thatcher. Por su masividad y extensión es una revuelta que amenaza desestabilizar a la coalición del Fine Gael y Laborismo en el gobierno.

En Belfast, en el norte de Irlanda, también hubo protestas solidarias. El petitorio impulsado por la campaña logró juntar casi 2 millones de firmas, este nivel de apoyo confirma una de las consignas de la lucha por el agua: El agua es un bien público no de lujo. La campaña continúa y hay convocada otra protesta para el 31 de enero.