El superintendente de salud declaró que se encuentra en conversaciones con algunas Isapres para postergar las alzas en los planes hasta fin de año.
Sábado 4 de julio de 2020
El superintendente de salud, Patricio Fernández, declaró estos días que se encuentra en conversaciones con algunas Isapres para postergar las alzas en los planes hasta fin de año. Esto luego que en abril pasado las aseguradoras de salud privadas llegaron a un acuerdo con el gobierno para congelar los planes hasta noviembre de este año. El ajuste habría sido de un 4,5%.
En medio del peack de la pandemia en Chile, el superintendente también precisó que hay algunas privadas que no están de acuerdo con la negociación planteada desde el gobierno, “lo que pasa es que ellos no pueden tomar decisiones parciales. Yo no negocio con las Isapres porque no tengo que hacer concesiones como regulador. Fue el presidente en una conversación con ellos que logró mejorar esa situación y creo que ahora hay que ir por el paso siguiente, porque finalmente si hay un año para hacer esto, es este y esperamos obviamente el gesto".
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El negocio de la salud por sobre la vida de las personas
Son miles de millones de pesos las utilidades que registran año a año las aseguradoras privadas, solo el 2019 éstas superaron los 9 mil millones de pesos, cifras estratosféricas incluso considerando que ese año estas utilidades representaron el 15% del 2018. La disminución en un 85% el año pasado fue en gran medida producto de los pagos que tuvieron que hacer las privadas a sus afiliados/as por licencias y luego de que hubiera miles de demandas por alzas en sus planes.
Estas instituciones nacidas y promovidas bajo el alero de la dictadura y la implementación del modelo neoliberal, dió la chance para que los empresarios hicieran parte también de sus negocios al sistema de salud. La discriminación y aprovechamiento que existe dentro de las decenas de planes de las aseguradoras es bien conocida: si tienes alguna enfermedad crónica, cargas familiares, si eres mujer y estas embarazada, todos puntos que aumentan el costo del plan. Además de poner en la mesa la temática de que la salud dentro de estas privadas está en función de ser una medicina curativa y dejar absolutamente de lado la salud preventiva, lo que traería diversos beneficios a la comunidad.
Y es que las ganancias y utilidades están por sobre la vida de las personas, es un negocio más para empresarios como el grupo PENTA (Banmédica, dueño además de Clínica Santa María, Clínica Dávila e Isapre Vida Tres, Help, Clínica Vespucio, Clínica Bío-Bío, Clínica Ciudad del Mar, Vidaintegra y Home Medical Clinic, controlando así el 26% del mercado), la Cámara Chilena de la Construcción (ConSalud, participa en la AFP Habitat), o el grupo SAID (Cruz Blanca, también dueños de la Embotelladora Andina, BBVA y Parque Arauco y el grupo BUPA-Sanitas, transnacional de la salud que opera en más de 191 países).
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Es necesario terminar con el negocio de la salud, que el Estado ya no lo vea como un bien de consumo sino como un derecho garantizado para cada una/o de los habitantes del país. Es necesaria la expropiación de estas aseguradoras privadas que han robado durante décadas. Así mismo las clínicas privadas y todo el sistema de salud deben estar controlado y gestionado por trabajadores de la salud, así como también por usuarios. Además de redefinir el presupuesto fiscal para solventar los gastos necesarios para una salud de calidad, mientras millones se gastan en represión y en espadas para las policías y militares.
Solo en base a la organización y unificación de los sectores y las luchas será que se pueda conseguir esta demanda, tal como lo han demostrado en el Hospital de Antofagasta y las y los trabajadores del Hospital Barros Luco en Santiago, quienes han dado una ardua lucha por sus derechos laborales y exigiendo medidas básicas para poder efectuar su trabajo.