La Izquierda Diario conversó con Ismael Bermúdez para tener su opinión sobre el panorama de la economía en el segundo semestre.
Esteban Mercatante @EMercatante
Sábado 30 de julio de 2016
Continuando con las opiniones de analistas económicos sobre lo que va a pasar en este segundo semestre que ya estamos transitando, conversamos con Ismael Bermúdez. El periodista de Clarín brindó agudas definiciones sobre un panorama económico que se encuentra en un proceso de deterioro que no da muestras de alcanzar un piso.
Los pronósticos hablan ya de una economía que no se va a recuperar en lo que va de este año, a pesar de la “luz al final del túnel” que promete el gobierno. ¿Qué mirada tenés vos sobre lo que va a pasar con la actividad?
En realidad en la economía argentina se profundizó la recesión. Ya estamos transitando el quinto trimestre de deterioro económico, con la particularidad de que hasta ahora en cada nuevo trimestre la caída de la actividad, del empleo, de la inversión y del consumo fueron más intensos que en trimestres anteriores. Los últimos datos de la industria y la construcción muestran un verdadero desplome. Todos los indicadores son negativos: el déficit fiscal está en aumento según datos del ministerio de Hacienda, el comercio exterior muestra una caída de las exportaciones muy fuerte en junio. O sea que estamos en un proceso recesivo que se ha ido acentuando y que ha obligado a organismos internacionales como la CEPAL a revisar a la baja los pronósticos de caída de la actividad económica para este año. No es cierto que se vea un repunte como dicen algunos economistas. En realidad ya desde el vamos no vieron que se iba a profundizar la recesión, como resultado básicamente de dos cuestiones: primero, el contexto internacional, que es totalmente adverso para la Argentina, y segundo la propia política económica que ha hecho un ajuste, sobre todo en todo lo que tiene que ver con la obra pública, infraestructura, etc. que ha redundado en una pérdida de puestos de trabajo, muy importante para la construcción. Este es el sector que más ha caído en términos de empleo. Si uno le agrega la informalidad a los datos oficiales sobre puestos de trabajo registrados, posiblemente estemos con una pérdida de más de 100 mil puestos de trabajo en la construcción.
El miércoles se conoció el dato de 5,3 de caída en la inversión. Esto contradice la esperada “lluvia de inversiones”. ¿No expresa esto una duda sobre la consistencia del plan económico?
Con el nivel de capacidad ociosa que hoy tiene la industria y varios sectores evidentemente no van a venir inversiones nuevas. Más aún cuando las inversiones financieras son muy redituables hoy por hoy. Entonces lo que ha habido es algún ingreso de capitales especulativos que con las altas tasas de interés, sumadas al seguro de cambio sobre la moneda extranjera pueden tener rendimientos financieros muy elevados. En esas condiciones, y dado el contexto internacional, no creo que haya inversiones dirigidas a la Argentina cuando en otros países de América Latina lo que se está observando por el contrario es una salida de capitales. Es el caso por ejemplo de lo que pasa en Brasil, que está en un proceso que combina una crisis política con una crisis económica muy intensa. Se estima que su economía va a caer 4 puntos este año, después de haber caído otro 4 por ciento el año pasado, y por cómo están las cosas se estima que también en 2017 va a estar en terreno negativo.
¿Qué evaluación haces sobre cómo puede resultar el blanqueo?
Es difícil establecer una cifra porque depende de muchos factores. Un blanqueo en medio de tantas denuncias de corrupción es una cosa muy peligrosa. Evidentemente invita tanto a empresas como a personas que están comprometidas con problemas de corrupción, sobreprecios y todo tipo de trapisondas, a encontrar en el blanqueo una especie de refugio. De todos modos hay que tener en cuenta que la declaración de fondos no significa que ingresen; no olvidemos que uno puede declarar el dinero que tiene en el exterior sin necesidad de ingresar los dólares al país. Va a haber que analizar muy bien finalmente cuánto ha dejado, y si logra que ingrese algún dinero para, quizás, mover un poco el mercado inmobiliario, por eso lo de que uno puede blanquear dinero en efectivo y liberarlo para comprar bienes registrables como puede ser autos, o propiedades inmobiliarias. Pero también hay que tener mucho cuidado de que eso no genere algún boom especulativo en momentos en que la población necesita más que nunca acceder a planes de vivienda. Un boom especulativo que eleve el precio de las propiedades puede ser totalmente contraproducente para el grueso de la población.
El gobierno de Macri ha sido acusado de gobernar para los ricos, y respondiendo a esto ha hecho gala de gastar bastante dinero en distintos planes de política social. ¿Cómo evaluás la política social del gobierno?
El tema social es muy simple. Lo que ha habido en estos meses es una caída del poder de compra de los trabajadores, de los jubilados, y de todos los sectores que tienen de una manera o de otra alguna asistencia social. Cuando se conozca el dato de junio estaremos posiblemente en un 48 por ciento de inflación interanual. No hay ningún salario, aumento de jubilación o de plan social que le llegue a la rodilla a esta inflación. Todo el mundo coincide en que ha habido una caída muy fuerte del consumo como resultado del deterioro del poder de compra del ingreso de la mayoría de la población. Incluyo acá a los trabajadores autónomos o cuentapropistas, no solamente asalariados. Por lo tanto cualquier “paliativo” ha sido siempre por debajo de los niveles inflacionarios. Eso es lo que explica por qué motivo estamos atravesando esta recesión, que tiene que ver con la caída de la demanda, externa pero también interna del grueso de la población argentina.