Israel ha venido radicalizando sus ataques más allá del genocidio que lleva adelante sobre la Franja de Gaza. Lo hizo sobre Siria y sobre Líbano en un ataque a Beirut en el que asesinó a un líder de Hamas. Este lunes volvió a atacar Libano asesinando a un alto dirigente de Hezbollah. La amenaza de una guerra regional puede convertirse en una realidad.
Lunes 8 de enero de 2024 11:23

Columnas de humo en las afueras de la aldea fronteriza de Jiam, en el Líbano.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo en numerosas oportunidades que estaban preparados para soportar una guerra en varios frentes al mismo tiempo. Se refería a extender el genocidio que está llevando adelante sobre la Franja de Gaza y los ataques y asesinatos en Cisjordania a otros países de la región, particularmente a Líbano.
Es así que la frontera norte de Israel, la que limíta con el sur de Líbano está fuertemente militarizada desde hace dos meses y los ataques cruzados con la milicia de Hezbollah, que domina el sur del líbano, son permanentes. Sin embargo, Israel radicalizó sus ataques la semana pasada tras señalar que iban a "perseguir a los dirigentes de Hamas a donde sea, incluyendo Líbano, Siria, Iran o Turquía". Uno lo realizó sobre Siria y el más escandaloso sobre la capital libanesa, Beirut, una ciudad que no atacaba desde la guerra que Israel perdió en 2006, y en el que asesinó con drones a un alto dirigente de Hamas.
Un nuevo episodio tuvo lugar este lunes e implicó un ataque al sur de Libano en el que Israel asesinó a un importante jefe militar de Hezbollah, atizando más el fuego y los temores de una extensión regional del conflicto.
El alto comandante de Hezbollah fue identificado como Wissam al-Tawil, también conocido como “Jawad”, jefe adjunto de una unidad de la fuerza de élite Radwan.
Fuentes de seguridad anónimas dijeron a las agencias de noticias que él y otro miembro de Hezbollah murieron cuando su automóvil fue alcanzado por un ataque aéreo en la aldea libanesa de Majdal Selem.
Este ataque se produce en medio del viaje del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que llega a Israel este mismo lunes habiendo pasado antes por otros países de medio oriente en la búsqueda de evitar que terceros países ingresen en el conflicto y que Israel baje la intensidad de sus provocaciones, algo que podría estar destinado al fracaso, como ocurrió con sus viajes anteriores.
De hecho este mismo lunes el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo al Wall Street Journal que puede "copiar y pegar" la devastación en Gaza en Beirut, en una clara amenaza de llevar la devastación y la guerra a Líbano.
A pesar de los ataques sistemáticos, el prinicpal dirigente de Hezbollah, Hasan Nasrallah, evitó en su última aparición pública, tras el asesinato del lider de Hamas en Beirut, hacer referencia a una guerra abierta. Solo dijo que su muerte sería vengada, algo que se habría empezado a saldar con una serie de misiles lanzados desde el sur del Líbano durante el fin de semana.
Al mismo tiempo, distintas versiones señalaron la posibiliad de una negociación para llegar a una demarcación definitiva de la frontera entre Israel y Líbano, algo que también debería incluir a otros países como Siria y sobre el futuro de los Altos del Golan.
Sin embargo, estos rumores se ven interrumpidos una y otra vez por los ataques de Israel que buscan mostrar fortaleza y establecer relación de fuerzas ante cualquier negociación que pueda existir.
Esos mismos ataques pueden de un momento a otro salirse de control en el marco de un equilibrio muy fragil, que incluye la presión sobre las direcciones árabes ante un nivel de declaraciones o acciones que aparece muy por debajo de la respuesta necesaria ante la brutalidad del genocidio que Israel está llevando adelante sobre la población palestina.