Les artistas y trabajadores de la cultura están en emergencia. La pandemia ha abierto una situación de crisis económica y social extraordinaria, pocas veces vista en el ciclo capitalista. Una crisis que intentarán descargar sobre el conjunto de la clase obrera y que golpea con dureza a este sector que arrastra décadas de precarización.
Este ciclo de entrevistas pretende no solo reflejar, de primera mano, la situación que atraviesan les artistas y trabajadores de la cultura; sino también comenzar a pensar una salida.
Jueves 11 de junio de 2020
¿Cuál es tu nombre y actividad?
Me llamo Ivan Amsler, soy dibujante, doy clases de dibujo particulares y aparte tengo un emprendimiento fabricando materiales de dibujo artesanales.
En las redes sociales aparezco como Ivan Amsler Dibujos y Agua Negra Materiales de Dibujo.
Antes de la cuarentena, ¿dónde desarrollabas tu trabajo?
Mi espacio de trabajo formal, donde produzco y doy clases es en mi casa, donde tengo mi taller para dibujar y fabricar los materiales. El otro espacio de trabajo fundamental son las ferias de la ciudad, donde mi producción gráfica y artesanal se puede ver directamente. Ahí realizo la mayor cantidad de ventas.
¿Cómo te afectó la cuarentena?
En lo respectivo al impacto de la cuarentena, en lo económico es devastador emocional y socialmente hablando. Si ya la realidad para un trabajador informal se presentaba abyecta antes de la cuarentena, hoy no sabria que palabra utilizar para describirla. Las primeras semanas respecto a los materiales de dibujo, realicé mucha producción con la materia prima que tenía, hasta sobrepasar con creces las unidades que calculo por semana. El gran problema es que la falta de ferias y la reducción de circulación, como la ausencia de facultades, universidades y talleres particulares presenciales, afectó terriblemente las ventas, como también la economía misma de quien suele ser comprador: artistas, aficionadxs, estudiantxs, alumnxs y lxs familiares y amigxs de estas personas, que también compran para regalar. Hoy, todo el trabajo se reduce a las pocas clases que van entrando, en la modalidad on line o vía mail. Algunos alumnos que tenía son reticentes a esta modalidad por lo que hoy no están más, y otrxs nuevxs han llegado y se fueron por esa causa o por motivos económicos. Las ventas, por otro lado, quedaron reducidas a lo que se puede publicar en las redes sociales.
¿Las redes sociales reemplazan la venta en las ferias?
Esta vía es muy engañosa, porque la cantidad de avisos de emprendimientos informales que hay es de tal volumen, que la gran mayoría se pierde en ese caudal de avisos, flyers y publicidades, a menos que abones el costo de la publicidad que ofrecen; que es costosa y a largo plazo puede ser contraproducente porque, de no volver a pagar, la página prácticamente se invisibiliza. Todo esto en lo emocional repercute directamente al ver que en la fluctuación de ahorros es mucho más lo que sale que lo que entra, y los caminos para desarrollar mi actividad, que en su base es más bien comercial, son cada vez menos y acotados. Es desesperante, a decir verdad. No hay calma o, sí la hay, es la sensación de la llamada "chicha", la que está antes del escampe de la tormenta.
O sea que los ingresos se redujeron bastante…
Si, los ingresos se redujeron muchísimo por la falta de espacios de venta directa, como ferias, espacios públicos y privados de enseñanza de artes visuales como facultades, universidades, talleres particulares, etc. Sin mencionar cómo esta situación afecta también directamente al comprador promedio.
¿Sos monotributista o informal? ¿Qué problemas tenés por trabajar bajo esta modalidad?
Soy trabajador informal. La mayor cantidad de problemas surgen a la hora de salir a llevar mis productos o comprar insumos. Sabemos cómo son las fuerzas represivas del Estado bajo cualquier situación. Salir con más miedo es también más estrés, a lo que se suma indignación por la situación propia y la ajena. Se ven situaciones de abuso de autoridad que dan asco.
¿Qué medidas debería haber tomado el gobierno para evitar este impacto en tu sector?
Creo que el Estado lo que debería haber hecho es, en una primera instancia, proveer de material de seguridad sanitaria a toda la población de riesgo y en trabajo informal, realizar tests masivos y asegurar la circulación a todxs lxs trabajadorxs.
Ahora, en la cuestión económica se comportan arbitrariamente con nosotrxs y la mayoría de lxs monotributistas. Ahí es donde para poder asegurar una situación de comodidad (mínima), que ya entra en una segunda instancia, tendría que haber quitado subsidios al instante a todo el sector megaempresarial extranjero y al sector eclesiástico en su totalidad, y haber puesto en práctica multas hiperabultadas a quien se atreva a no asegurar el puesto de trabajo a sus empleados. Con ese dinero, recaudado de los explotadores del laburante y los recursos naturales del territorio, tranquilamente se podría subsidiar a informales y monotributistas, subsidiar en serio, no esa broma de mal gusto que fueron los $10.000 del IFE o ese crédito a tasa cero a pagar a 12 meses que sacó ahora el gobierno nacional. No sirve un crédito. Con todo este problema, estar pensando en los costos de fabricación, materia prima, impuestos, la familia, la cotidiana y alguna emergencia que se sume, pensar en pagar un crédito es sumar locura a la que hay. Incluso, iría más lejos: el no pago de impuestos del total de la población trabajadora informal, monotributista y precarizada con sueldos menores a $60000. No es momento para que las empresas privadas a cargo de los servicios básicos estén recaudando para seguir engordando sus arcas. Acá la ganancia por el tiempo que dure la cuarentena debe ser para pagar sueldos y mantener el servicio funcionando en optimas condiciones. Por otro lado, el sector monotributista no debería estar pagando ese impuesto al trabajo y el desarrollo que es el monotributo, ni estar acumulando deuda. El pago del monotributo se debería suspender y borrar toda deuda por falta de pago.
¿Es poco realista lo que digo? Puede ser, pero estamos en una situación extrema, única y primeriza en la historia y, ante situaciones así, no hay que emparejar para abajo, sino generar las condiciones necesarias para llevar a los que están en el fondo a la parte de arriba, donde sobran lugares.