Con el pago de $35 millones el senador desaforado podría recuperar sus beneficios parlamentarios y legislar nuevamente a pesar del repudio generalizado de la ciudadanía por los casos de corrupción.
Miércoles 17 de enero de 2018
Hace unos años se dieron a conocer una serie de correos electrónicos que vinculaban a Iván Moreir, senador UDI (Unión Demócrata Independiente), con la empresa del tristemente célebre empresario de derecha Carlos Alberto -Choclo- Délano.
Este caso, el cual públicamente fue denominado con el nombre de la empresa Penta, inició el 2014 con la denuncia del Servicio de Impuestos Internos (SII) tras percatarse de anomalías en diversas boletas que se manifestaban falsas y que eran emitidas a favor de personeros de la UDI, entre ellos, Jovino Novoa y Ena Von Baer, además de los candidatos “independientes” a la presidencia en el 2013, Andrés Velasco y Laurence Golborne.
Hace ya dos meses la Corte Suprema había concretado el desafuero del senador Moreira para iniciar su persecusión, pero recientemente el Fiscal Manuel Guerra, jefe de la región Metropolitana, solicitó una audiencia para buscar una salida alternativa al juicio oral contra el militante UDI.
El senador fue formalizado por facilitar boletas correspondientes a $35 millones, los que fueron utilizados para financiar su campaña senatorial. A pesar del repudio público por estos casos de corrupción y financiamiento irregular de la política, la justicia chilena hace caso omiso de estos antecedentes y falla a favor del senador y del empresariado. El fiscal Guerra argumentó que este fallo se daba en el marco de la estrecha votación de desafuero por parte de la Corte Suprema, en la cual fueron 9 contra 8 ministros quienes accedieron a quitarle los beneficios parlamentarios al senador, cuestión que para el fiscal podía significar un revés en el desarrollo del juicio oral.
Estos acontecimientos, en conjunto con el destape de los casos de corrupción en Chile y en el resto de Latinoamérica, demuestran que el quehacer político de los grandes partidos del régimen solo está en función del enriquecimiento propio y de los empresarios, dándo la espalda a los millones de trabajadores y trabajadoras que les votan con la esperanza de conquistar mejores condiciones de vida.
Para los que soñamos y luchamos día a día por una nueva sociedad estos casos no nos sorprenden, porque sabemos que los partidos que hoy tienen el poder político gobiernan chorreando privilegios y corrupción de la mano del capital, es por eso que levantamos una alternativa revolucionaria que le dispute el poder al empresariado y sus partidos, donde los principales actores sean los y las trabajadoras y no sus títeres políticos que reciben mensualmente más de $7,5 millones mensuales.
