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Red Internacional
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Opinión. Jaldo acusa recibo de la interna del peronismo tucumano

Con un discurso y cambios en el Gabinete, el gobernador apuntó contra los “que juegan a dos puntas”. Movimientos en medio de un ajuste que recrudece.

Maximiliano Olivera @maxiolivera77

Domingo 1ro de septiembre 00:55

Quizás por estar atado a los vaivenes de un gobierno escaso en noticias para mejorar el humor social, Osvaldo Jaldo buscó un baño de legitimidad entre los suyos. La ocasión fue al comienzo de la semana, con una coreografía ya ensayada: el auditorio en la sede del Partido Justicialista, funcionarios en primera plana para los aplausos rutinarios, reforzados por tribunas con algunos banderines gremiales. La jura de las nuevas autoridades pejotistas fue la plataforma desde donde el gobernador dio un discurso de cara a los movimientos internos del peronismo local y los vasos comunicantes con la discusión nacional. Allí apuntó contra “aquellos compañeros que pretenden poner un pie en este plato, y por las dudas, poner el pie en otro plato”.

De la palabra a la acción, Jaldo finalizó la semana con un recambio parcial de Gabinete. El gran eyectado fue Santiago Yanotti, ahora ex ministro de Obras Públicas, quien venía de ser un hombre de confianza de Juan Manzur y, por ello, llegó a ser funcionario de Sergio Massa. “Le dedicaba mucho tiempo a lo que son los viajes y fundamentalmente a sus contactos y trabajos en Buenos Aires", explicó el gobernador para que quién quiera oír, oiga.

De pies y platos

Retomando. El lunes por la tarde, en la sede del PJ, Osvaldo Jaldo hizo público un discurso que ya venía enunciando en reuniones cerradas. Cargó contra los díscolos, a quienes exhortó a “dejar de jugar a dos puntas”. “A aquellos compañeros que pretenden poner un pie en este plato, y por las dudas, poner el pie en otro plato, no lo vamos a permitir. ¡Que se vayan con el otro plato, no los queremos en el PJ!”, exclamó.

Tras su discurso, Jaldo fue precisando los destinatarios. “La sigla nuestra es PJ, no es Partido Renovador”, sostuvo en una rueda de prensa, en una forma elíptica de aludir al diputado nacional Pablo Yedlin. En julio, Samuel Semrik, cercano a Yedlin, asumió como interventor del Frente Renovador en Tucumán. Días atrás, el propio diputado se tomó una foto con Massa y la compartió en sus redes sociales. Yedlin también tuvo un encuentro con Cristina Fernández de Kirchner.

Desde el massismo recogieron el guante y el presidente del Frente Renovador, el diputado nacional Diego Giuliano, tuiteó una foto de la campaña presidencial pasada con el texto “Jaldo: el que cambió fue usted, no los compañeros”. La ubicación como el primer gobernador aliado de Milei deja un flanco fácil para golpear “por izquierda” a Osvaldo Jaldo, una crítica que lo exaspera, aunque el propio Yedlin se ocupó de poner paños fríos. Afirmó que eran opositores de Milei pero no de Jaldo, una confirmación de que pese a los discursos encendidos sus intenciones no pasan de ser un “acople” más del peronismo colaboracionista. Aquí radican los límites con los que se topan las figuras que parecen ser una renovación del PJ pero a la primera escaramuza vuelven a poner los pies en el plato de los aliados de Milei. Una actitud similar a la de Yedlin se encuentra en Javier Noguera y su esposa Alejandra Rodríguez, quienes luego de reclamar por los fondos para Tafí Viejo terminaron fumando la pipa de la paz en Casa de Gobierno. Una foto con Jaldo y aquí no pasó nada.

En el discurso de Jaldo también hubo un dardo contra Manzur, quién sigue siendo presidente del PJ tucumano y uno de los vicepresidentes del PJ nacional. El gobernador bramó: “No muchos se juegan por el peronismo. Algunos, que no la ven, disparan. Pasan por Catamarca y disparan corriendo más allá cuando ven que el peronismo está en peligro, cuando más debemos estar aquí, juntos”. La referencia a los negocios cuyanos del ex gobernador también tiene otra connotación más política. Fue en la jura de la nueva Constitución de La Rioja donde se cristalizó un sector que aspira a la presidencia del PJ nacional, con Ricardo Quintela apuntalado por Axel Kicillof. Así como hay dimes de Quintela como candidato de unidad, también hay diretes de Manzur como un competidor (incluso con la venia de CFK). El acto riojano, que reunió al peronismo no alineado abiertamente con Milei, tuvo la presencia de Yedlin y, llamativamente, del vicegobernador Miguel Acevedo.

Cajita feliz

Mientras Jaldo apuntaba contra los díscolos, una ausencia fue notable. Acevedo, según explicó posteriormente Jaldo, ya se había comprometido a participar de un festejo por los 25 años de McDonald’s en Tucumán. El gobernador intentó minimizar la ausencia de su vice, señalando que suelen contraponerse actividades pero no pudo contenerse y agregó que Acevedo tuvo que elegir dónde estar.

Pero más allá de cuestiones de agenda, hubo fricciones entre ambos, las cuales ahora tratan de darlas como superadas. Acostumbrado al ejercicio del poder en solitario, Jaldo anunció una reforma de la Constitución que sorprendió y descolocó al oficialismo en la Legislatura. El anuncio incluyó el planteo de ponerle fin al sistema de acoples, lo que agitó el avispero y dio lugar a que legisladores oficialistas actúen como librepensadores y no necesariamente acatando la palabra de Jaldo. Bajados los decibeles, aún hacen ruido las recorridas de Acevedo armadas por algunos dirigentes. Cuando manyés que a tu lado se prueban la ropa que vas a dejar, canta el tango.

Fusibles

Se sabe que en política no hay sorpresas, hay sorprendidos. Mucho de eso hubo en la mañana del viernes en Casa de Gobierno cuando Jaldo anunció un cambio parcial de su Gabinete. Si bien ya se rumoreaba con cambios, los nombres solo estaban en la cabeza del gobernador. La salida de Yanotti del Ministerio de Obras Públicas, reemplazado por Marcelo Nazur, tiene un trasfondo que va más allá de un cambio de fusibles en la gestión.

Por su relación previa con Manzur, Yanotti fue una pieza que no terminaba de encajar en la era jaldista. Incluso su experiencia como funcionario nacional bajo el mando de Massa, abonó la posibilidad de que integre una oficina en el gobierno mileista. De alguna manera, Jaldo aludió a que estos contactos eran la razón del cambio. Pero la gota que rebasó el vaso fueron los dichos de Yanotti sobre la tardanza de la Nación para girar fondos para la obra pública, ya que de los $93.000 millones negociados llegaron menos de $1.000 millones. Fue un tiro por elevación al postulado de Jaldo según el cuál la buena relación con Milei –es decir, acompañar cada medida de ajuste– trajo beneficios para los tucumanos. Incluso la UOCRA tuvo que señalar la falta de fondos nacionales para un rubro donde los desempleados se cuentan de a miles. ¿Quién no la ve?

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Los movimientos de Jaldo son interpretables como un reordenamiento hacia las elecciones de 2025, buscando aplacar cualquier cuestionamiento y ni hablar de que se cristalice alguna línea interna. Pero cualquier movimiento político está acoplado a la economía, a la apuesta de Jaldo a la motosierra libertariana donde su episodio más reciente fue defender el veto presidencial a la movilidad jubilatoria. Septiembre llega con los nuevos tarifazos anunciados por la Nación, mientras provincialmente se cocinan otros tarifazos como la suba del boleto de transporte; a su vez, no hay certezas sobre las paritarias estatales o cómo impactará localmente algunas medidas fiscales tomadas por Milei. Un escenario de mayor ajuste que demanda levantar una salida desde el pueblo trabajador.