Secretario de Estado de Trump. Javier Milei y Marco Rubio: la buena sintonía entre dos derechistas recargados

Marco Rubio, quién asumirá al frente de la política exterior del gobierno de Donald Trump el próximo 20 de enero, es un personaje reaccionario, muy involucrado en las relaciones entre Estados Unidos y el resto de América Latina, particularmente Cuba y Venezuela desde su rol en el Senado en los comités de Relaciones Exteriores e Inteligencia.

Este personaje, que estará en una posición crucial en el próximo gobierno republicano, visitó a Javier Milei y a Luis Caputo en febrero en la Casa Rosada. Al poco tiempo de la asunción del presidente libertario ya había planteado que “es importante saber que tenemos a un aliado en el Cono Sur que apoya a Israel y Ucrania en este momento tan crucial” y que “El presidente Milei ha sido enfático en su deseo de contrarrestar las amenazas del cáncer que representa el comunismo”.

Aunque es pronto para especular, la designación del republicano Rubio podría significar un renovado interés de la potencia imperialista por el continente. En ese sentido es importante tener en cuenta las posiciones comunes entre Milei y el flamante Secretario de Estado: ambos se han mostrado a favor del bloqueo criminal sobre Cuba, al punto de que Javier Milei echó a la canciller Diana Mondino por haber votado en contra en la ONU, mientras que Rubio viene reclamando “redoblar” el mismo. En esta sintonía, ambos se han cruzado en repetidas ocasiones con el presidente venezolano Nicolás Maduro: Milei desconoció el resultado electoral de este año y el propio Rubio viene abogando por una política de mayor injerencia sobre este país.

Desde este punto de vista cabe recordar las posiciones de otro hombre de influencia en el próximo gobierno norteamericano como es Elon Musk, cuando públicamente celebró el golpe en Bolivia hace pocos años atrás afirmando por X (en aquel entonces Twitter): “¡Derrocaremos a quién queramos! ¡Bánquensela!”

Más allá de la buena sintonía entre ambos gobiernos y del habitual interés norteamericano en mantener bajo su órbita al continente, aún queda mucho camino para ver en que medida un nuevo gobierno de Donald Trump beneficiará a la política de Javier Milei y como impactará en Argentina de conjunto, más allá del tono optimista que mantiene por estos días el elenco de gobierno. El propio presidente contó que en su llamada telefónica Trump le dijo que el era su presidente favorito.

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Más allá de los elogios, el aumento de los aranceles propuesto por el mandatario estadounidense puede traer efectos no deseados, como la suba de las tasas de interés y un escenario más complejo para las inversiones. Parte de estas incognitas comenzarán a conocerse en los próximos meses. Lo que es categórico, es que para las grandes mayorías populares de Argentina y el continente, nada bueno cabe esperar del próximo gobierno imperialista.