Sessions afirmó: “No tengo constancia de una injerencia rusa en el equipo de Trump”. Aun así, la tormenta está desatada sobre el presidente estadounidense. Un error, una inconsistencia, cualquier tropiezo del fiscal general pueden hundir a Trump y abrir la puerta para que se exija su renuncia.
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Martes 13 de junio de 2017 17:57
“Cualquier sugerencia de que he participado en cualquier colusión con el Gobierno ruso para herir a este país, al que he tenido el honor de servir durante 35 años, o que he tratado de socavar la integridad de nuestro proceso democrático, es una mentira espantosa y detestable”, afirmó el fiscal general de la administración Trump.
Afirmó ante el Comité de Inteligencia del Senado, responsable de investigar la supuesta injerencia rusa en los comicios: “Nunca me he reunido ni he tenido ninguna conversación con ningún funcionario ruso o con ningún funcionario de ningún Gobierno extranjero para influir en las elecciones de Estados Unidos”.
A su vez, Sessions sostuvo desconocer si el presidente Trump grabó las pláticas en la Casa Blanca con el exjefe del FBI, James Comey, y en las que el mandatario le habría solicitado que cesara de indagar sobre las injerencias rusas en las elecciones estadounidenses.
Explicó el fiscal general que se apartó de la investigación sobre Rusia el pasado 2 de marzo debido a su activa participación en la campaña electoral del ahora presidente, Donald Trump, y no juzgaba conveniente tomar parte en una investigación que involucrara al entorno del mandatario. Afirmó “Es importante; me inhibí de la investigación no por haber cometido ninguna mala conducta durante la campaña, sino por las regulaciones del Departamento de Justicia”.
No obstante, los hechos indican otra cosa: se retiró de la investigación cuando la prensa estadounidense dio a conocer que había tenido dos encuentros durante la campaña presidencial con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, unas reuniones que no informó al Senado durante su audiencia de confirmación en el cargo.
La presentación de Sessions ante el Comité de Inteligencia del Senado es la respuesta de la administración Trump al testimonio que dio la semana pasada ante ese mismo comité el exdirector del FBI James Comey.
De acuerdo con medios locales, Comey informó a los miembros del Comité de Inteligencia del Senado en un encuentro a puerta cerrada que Sessions pudo haber tenido una tercera reunión, oculta hasta ahora, con Kislyak en el hotel Mayflower, en Washington.
En su comparecencia ante el Senado estadounidense, Sessions negó haber mantenido un tercer encuentro secreto con el diplomático y aclaró que participó en el citado hotel en una recepción con multitud de asistentes, entre los que podría encontrarse el embajador ruso.
Mientras tanto, se marchita la relación del fiscal general con Trump. The New York Times y ABC dieron a conocer la tensión creciente entre ambos. Hasta sugirieron que Sessions ofreció su renuncia.
Con información de agencias.