En este discurso destacaron la “libertad” el “combate a la discriminación” y que se colabora para “acabar con la pobreza”, algo que no compagina con la realidad de ambos países.
Joss Espinosa @Joss_font
Martes 10 de enero de 2023
Durante la ceremonia de bienvenida de Biden a la Cumbre de Líderes de América del Norte realizada en la CDMX Beatriz Gutiérrez Müller y Jill Biden enunciaron el discurso “México y Estados Unidos de América a lo largo de dos siglos de amistad y colaboración”. Llama la atención que ahora se destaque a ambas figuras, presentadas como aquellas que han logrado “romper el techo de cristal”, principal discurso del feminismo liberal.
El discurso inició hablando de la “libertad de fe, expresión y creencia” como “bases de la democracia”, algo paradójico en un país como México que es uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo independiente o crítico.
Continuaron hablando de la “educación universal”, algo que, pese a que AMLO ha declarado que se avanzaría en dicha tarea, lo cierto es que hay poca claridad sobre el desarrollo de su proyecto con las Universidades del Bienestar Benito Juárez, del cual sus docentes y trabajadores han denunciado la precarización, y les estudiantes la incertidumbre sobre que pasará cuando acaben la carrera al no haber certeza sobre la acreditación de sus carreras. En el caso de Estados Unidos es un país en el que las cuotas de la universidad son impagables, dejando a los jóvenes con enormes deudas al finalizar sus carreras.
También dijeron que “la familia nos completa” es “un hogar que nunca se nos puede quitar”, claro que no se refieren a las familias migrantesque han sido separatas al momento de deportar a aquellos que no tienen papeles, algo que nos ha dado imágenes aberrantes de niños y niñas en centros de detención, alejados de sus madres y padres.
Destacaron que “La familia es la principal institución de seguridad social”, dejando en claro la naturalización de que, ante la ausencia de la seguridad social por parte del Estado, es en la familia y más específicamente en las mujeres y niñas de las familias en quienes recaen esas tareas; como lo mostró incluso la pandemia por covid-19, siendo las mujeres las que tuvieron que enfrentar, principalmente, los cuidados de los enfermos. Un trabajo no reconocido y no remunerado que es pieza clave para entender la precarización del sector femenino de la población.
Resalta que digan “la pobreza no es un mandato de dios” discurso sostenido por las iglesias, un poco sobrado en el marco de la secularización de ambos Estados, también afirmaron que “se está trabajando para acabar con la pobreza”, cuando la precarización va en aumento en ambos países.
Hay que destaca lo hilarante de declarar “rechazamos la xenofobia, discriminación y racismo”, cuando ambos países han combinado políticas antinmigrantes, aumentando el número de deportaciones y siendo la Guardia Nacional el muro humano que bloquea y reprime el paso de las y los migrantes desde la frontera sur de México. Lo mismo si pensamos en las cifras de asesinatos y detenciones de jóvenes negros en EE. UU. algo que ha generado un amplio rechazo en dicho país.
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Este breve discurso dista mucho de la realidad de los millones de trabajadores y sectores populares en ambos países y, aunque ahora, sobre todo en este tipo de reuniones, se intenta destacar que la relación entre México y EE. UU. es de colaboración, lo cierto es que se trata de una relación de subordinación que ha llevado a que se profundicen las condiciones de precarización y violencia en México.
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