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Red Internacional
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Nuevo Ministro de Energía y Minas del Perú. Jorge Montero Cornejo: Un peón de la Gran Minería

Lunes 2 de diciembre de 2024

La reciente designación de Jorge Montero Cornejo como Ministro de Energía y Minas no es más que una nueva jugada del tablero político que perpetúa los intereses de la Gran Minería en el Perú. Montero asume el cargo en un contexto marcado por la movilización de miles de mineros artesanales y pequeños mineros, cuya presión social forzó a la censura de Mucho y la aprobación en el Congreso de la ampliación del REINFO; sin embargo, detrás de esta figura aparentemente neutral se esconde la maquinaria del Estado burgués, diseñado para contener la lucha de las clases explotadas.

Montero, cuya trayectoria incluye su papel como Viceministro de Minas durante el gobierno de Francisco Sagasti, con quien comparte el vínculo académico y laboral en la Escuela de Gobierno de la Universidad del Pacífico, ha sido un defensor constante de la Ley MAPE (Minería Artesanal y de Pequeña Escala) propuesta por Mucho. Durante las jornadas de protesta, su presencia en los medios no fue sino un intento militante por encubrir las contradicciones inherentes al sistema capitalista que subyace en el sector minero. Para Montero, el "desarrollo territorial" es la narrativa que busca legitimar la expropiación del trabajo de miles de mineros artesanales, presentando nuevas regulaciones como herramientas de "ordenamiento", cuando en realidad son mecanismos de contención y subordinación de las clases trabajadoras.

Esta narrativa, cuidadosamente articulada, no es casual, es la misma que emerge de las entrañas del Estado burgués, cuya función esencial es mantener las relaciones de producción existentes, es decir, las que privilegian a la Gran Minería como pilar del capitalismo peruano; en este esquema, los mineros artesanales y pequeños mineros son vistos como anomalías que deben ser absorbidas o eliminadas para mantener intacta la lógica de acumulación del capital.

Este peón asume el Ministerio durante un periodo de tregua de seis meses, tiempo en el cual deberá debatirse un nuevo proyecto de Ley MAPE. Los mineros artesanales y pequeños mineros, conscientes de las intenciones del nuevo ministro, deben prepararse para enfrentar su perspectiva estratégica, cuyo claro objetivo es expropiar su trabajo. Bajo el disfraz de “zonas especiales” o “fondo público-privado”, Montero buscará reconfigurar el mapa de la minería en el Perú, consolidando los intereses de la Gran Minería en despojar a los mineros artesanales y pequeños mineros de su trabajo; este es un llamado a la organización y resistencia frente a las argucias de quienes administran el poder en nombre de la clase dominante.

No es sorpresa que los voceros de la Gran Minería, junto a sus aliados socialdemócratas, hayan mostrado su verdadera naturaleza en estos días, desde lamentaciones hipócritas por la no solicitud de confianza de Dina Boluarte hasta llamados reaccionarios a la represión directa, su consigna es clara: extinguir cualquier resistencia proveniente de este sector en lucha. Lo que temen, en el fondo, es que estas movilizaciones expongan la falacia de sus teorías económicas, que se sustentan en el capital y el consumo, pero ignoran la centralidad del trabajo como creador de riqueza.

Los mineros artesanales y pequeños mineros movilizados representan una contradicción viva dentro del sistema capitalista. Su labor, ignorada y despreciada por las élites, evidencia que la riqueza no proviene del capital por sí solo, sino del trabajo de quienes son explotados; en tal sentido, en su lucha, se manifiesta no solo la defensa de su subsistencia, sino también un desafío al dominio absoluto de la Gran Minería y sus aliados en el Estado burgués.

Así, Montero Cornejo no es más que una pieza en este engranaje, un peón de la Gran Minería, cuya misión no es resolver las profundas contradicciones del sistema, sino administrarlas, buscando perpetuar un orden que, como todo lo que nace bajo el capitalismo, lleva en sí mismo las semillas de su propia destrucción.