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Internacional. Jornada de huelga y movilizaciones en Grecia, enfrentamientos con la policía en plaza Syntagma

En la jornada de ayer la confederación de sindicatos del sector público de Grecia (ADEDY) ha convocado una huelga de 24 horas en contra del acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los acreedores, al tiempo que se realizaba la votación en el Parlamento. Represión en Plaza Syntagma.

Jacobo A. García

Jacobo A. García @Jacobscarface

Jueves 16 de julio de 2015

Fotografía: Reuters / Yannis Behrakis

Esta confederación resolvió el lunes 13 convocar una huelga general de 24 horas contra el nuevo memorándum.

La plaza Syntagma de Grecia es escenario de fuertes protestas a las que la policía respondió con represión, gases lacrimógenos y detenciones como forma de dispersar a los manifestantes concentrados en las afueras del parlamento.

Dentro del ejecutivo de ADEDY hay miembros de la coalición anticapitalista Antarsya, del META, corriente sindical orientada por Syriza, y el PAME, frente sindical hegemonizado por el Partido Comunista griego (KKE). El comunicado del sindicato de los funcionarios griegos recuerda que pocos días después de que el 62% de los griegos rechazaran las propuestas de los acreedores Tsipras ha dicho sí a condiciones similares, como si el referéndum no se hubiera celebrado. En este sentido el gobierno se está comportando de forma similar a los de Nueva Democracia (ND) y los socialistas del PASOK, que sufrieron la convocatoria de 33 huelgas generales.

Se trata de la primer huelga general a la que se enfrenta el gobierno de Syriza, que se encuentra frente a numerosas contradicciones a la hora de justificar esta derrota como el “mal menor”. Un verdadero "pacto de coloniaje" que incluye una reforma de las pensiones, un aumento de los impuestos directos e indirectos y de las cotizaciones a la Seguridad Social y un programa de privatizaciones, entre las que destaca la del puerto de Pireo, entre otras medidas.

De forma simultánea la asociación de farmacéuticos también ha convocado una huelga de 24 horas en contra del pacto con los socios que recoge la liberalización del sector. Por su parte, la federación de restaurantes ha convocado a una concentración esta tarde en Atenas, para protestar contra el aumento del IVA del 13 % al 23 %, previsto en la nueva ley.

Las opiniones sobre el acuerdo y la jornada de lucha que se desarrolla hoy son diversas, desde el entusiasmo de que es posible una alternativa, hasta la resignación y el miedo a que no aceptar las condiciones de la Troika supondría la quiebra del país y la catástrofe económica para los griegos.

Así lo muestran algunos de los testimonios a la agencia EFE en el día de hoy.
Ioann es una desempleada de 55 años que participó hoy en la concentración convocada por la confederación de sindicatos del sector público (Adedy). Asegura que "Tsipras es un gobernante de izquierdas, pero si de verdad lo es, lo que tiene que hacer es escuchar la voz del pueblo, que en el referéndum del 5 de julio dijo ’no’ con un 62 % de los votos a las medidas de los acreedores".

Por el contrario, Amalia, trabajadora social de 54 años, es de los que se suman al pensamiento de que si el Banco Central Europeo no inyecta efectivo en la banca griega, lo cual posibilitaría la apertura de los bancos, se produciría la quiebra del país. "Por primera vez en mi vida, me niego a participar en una huelga de Adedy", afirma.

Se han visto también pancartas en las concentraciones de hoy donde trabajadores pedían la vuelta al dracma y la salida del Euro
Kostas, estudiante de Química de 25 años, cree que hacer ese camino sí es posible.

"Si nos quedamos de brazos cruzados es evidente que solo se beneficiarán los ricos, que se irán del país con su dinero y luego lo comprarán todo, pero tenemos que nacionalizar los bancos y tener un control total de los depósitos", afirma. Sobre el cierre de los bancos, que dura ya diecisiete días y se alargará por lo menos hasta el viernes, Kostas opina que "Los bancos ya estaban cerrados cuando la población votó en contra de las medidas. Creo que es un mensaje claro de que estamos preparados para afrontar la salida".

El pueblo griego votó claramente NO (OXI) al acuerdo propuesto por la Troika el 5 de Julio, pero también votó NO a la austeridad, a la miseria y al chantaje de los poderes financieros y de las transnacionales. Pero Syriza lo único que ha hecho es moderar progresivamente su programa, intentando una negociación con la Troika, que ha terminado por ser un rotundo fracaso y una profunda humillación.
Pero el mismo día que el parlamento se dispone a aprobar este pacto de coloniaje, se prepara una huelga general y la clase trabajadora se sigue organizando en las calles contra la austeridad.

Es necesario un programa de lucha que incluya reivindicaciones como el no pago de la deuda, la recuperación de las empresas privatizadas, la nacionalización de la banca y los sectores estratégicos de la producción bajo control obrero, la subida impositiva a las grandes fortunas y el monopolio del comercio exterior, entre otras medidas, se hacen necesarias en Grecia ante la situación actual. Un programa así, puede ser impuesto a través de un periodo prolongado de movilizaciones, huelgas y acciones directas que superen el marco burgués en el que ha intentado negociar Syriza sin éxito.

La incansable lucha de la clase trabajadora y los sectores oprimidos en Grecia, con sus avances y retrocesos, es digna de admiración por parte de todos nosotros. Su claridad y compromiso contrasta con la moderación y capitulación de la mayor parte de sus representantes políticos en las instituciones.

La experiencia contra estos cinco años de crisis económica, dos rescates financieros y medidas draconianas que han dejado al país en una situación similar a la de una postguerra, le han dado a los trabajadores y la juventud griega la experiencia necesaria para aprender de sus propias acciones. Así como valor para seguir enfrentándose a la dictadura de los mercados.

Es de vital importancia unificar las luchas y llevar al pueblo griego a la verdadera ruptura con el Euro, la UE y la austeridad, hacia la conquista de un gobierno de los trabajadores que sea un ejemplo para el resto de los pueblos del mundo.