Este jueves 9 la Confederación General de Trabajadores de Perú -CGTP- convocó a un paro en el marco de las jornadas de movilizaciones que vienen protagonizando trabajadores, campesinos y pueblos originarios de las distintas regiones del país. Miles se movilizaron al centro de Lima, donde se vieron importantes columnas de trabajadores marchando. El paro lamentablemente tuvo bajo acatamiento al no ser organizado desde las bases con asambleas democráticas y resolutivas.
Viernes 10 de febrero de 2023 00:27
Foto: Rodrigo Talabera/LR
Lima vivió este último jueves una nueva jornada de movilizaciones contra el gobierno golpista de Dina Boluarte, exigiendo su caída, el cierre del parlamento -controlado mayoritariamente por la derecha profundamente racista y defensora del régimen instaurado por la Constitución fujimorista del 93- y una asamblea constituyente.
Varios miles arribaron al centro de la capital peruana, venidos desde regiones como Cusco, Ayacucho, Huancavelica, Ica. Otras regiones del del país también se hicieron presentes pero en menor medida de las mencionadas.
El marco de la jornada estuvo dado por el llamado a un paro general convocado por la CGTP. Marcharon desde la plaza Dos de Mayo de Lima columnas de obreros de la construcción (que es la base mayoritaria de la central obrera), trabajadores del plástico y cartones, la Federación de Obreros Municipales. También marcharon médicos, técnicos del Hospital de Niños, telefónicos, la Federación Textil, docentes y trabajadoras y trabajadores de comercio. Estas columnas nuclearon al rededor de siete mil trabajadores.
La respuesta del gobierno fue militarizar las zonas de Lima por donde iban a marchar los manifestantes.
En todos esos sectores está la fuerza para derrotar al gobierno golpista de Dina Boluarte. Pero lamentablemente el paro tuvo bajo acatamiento, muchos se unían a la movilización después de la salida de sus trabajos. Esto no fue responsabilidad de los propios trabajadores, sino de la conducción de la CGTP, que no solo pidió autorización al Ministerio de Trabajo de ese gobierno ilegítimo y represor (más de 60 personas asesinadas, miles de heridos, detenidos, torturados por la Policía y el Ejército) para realizar el llamado a parar, sino que su política es contraria a que sean las mismas trabajadoras y trabajadores que se unifiquen en asambleas democráticas y puedan decidir cómo realmente enfrentar al gobierno de Boluarte.
Como escribió José Rojas, militante de la Corriente Socialista de las y los Trabajadores de Perú -para La Red Internacional de la Izquierda Diario-: "No será, pues, con esta huelga general “a secas”, sin preparación en las bases y tutelada por el ejecutivo, que convoca ahora la CGTP, que se asegurará la caída del gobierno golpista de Dina Boluarte, ni mucho menos, con esta medida se podrá poner fin al podrido régimen de 1993. Necesitamos impulsar una huelga general política, preparada y garantizada desde las bases, con asambleas en los lugares de trabajo y estudio, donde se elijan también delegados para impulsar un comité de lucha nacional que asegure la efectividad de esta medida y de esa manera se imponga una huelga sin subordinarse ni pedirle permiso al gobierno."
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Pero como dijimos, la fuerza para eso está presente. Una jornada sin preparación, sin consultas previas ni posibilidad de decidir, vio movilizarse contra el gobierno a más de siete mil trabajadores que marcharon con sus sindicatos. Mientras en las regiones continúan los bloqueos de rutas y caminos, pese a la represión. En la región de Puno, ciudad de Juliaca, la Policía volvió a reprimir a miles de manifestantes, cuando se cumple un mes de la masacre que realizó en esa ciudad asesinando a 18 personas. Por la tarde ya se reportaron varios heridos. También al final de la movilización en Lima, la Policía volvió a reprimir a los manifestantes que estaban en la plaza.
A pesar de la dura represión, trabajadores, campesinos, pueblos originarios y estudiantes continúan saliendo a las calles para enfrentar al gobierno golpista, a la derecha -promotora del golpe- y que defiende el régimen fujimorista que solo trajo penurias, alta precarización, índices alarmantes de pobreza e indigencia para el pueblo trabajador. Pero como vienen demostrando desde hace dos meses y hoy se vio en las columnas obreras organizadas, hay fuerzas para derrotarlo.
Una huelga general política puede lograr ese objetivo, imponiendo un gobierno provisional de organizaciones en lucha, encabezado por la clase obrera que llame a una verdadera asamblea constituyente libre y soberana, para poder discutir los grandes problemas que aqueja al Perú profundo, ese que hace dos meses viene enfrentando en las calles al golpismo.