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Red Internacional
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EE.UU.. Joven llama a los servicios de emergencias y es asesinado por la policía

Los asesinatos cometidos contra jóvenes de diferentes etnias a manos de los agentes estatales en Estados Unidos no se detienen, lo que refuerza las denuncias que señalan que la policía es un método de control social y de contención de inconformidad.

Martes 27 de septiembre de 2022

Los casos de brutalidad policial contra la juventud y que termina en asesinato de parte de los agentes estatales no cesa en Estados Unidos. En redes sociales transcendió, el pasado 25 de septiembre, el homicidio de Luis Herrera, un joven latino de 19 años de edad que residía en la ciudad de Los Ángeles.

Según información de medios y los familiares que accedieron a las cámaras corporales de los policías involucrados, Luis llamó al 911 a causa de una disputa doméstica, al llegar los oficiales observaron salir al adolecente con un objeto en la mano, acto seguido los agentes desenfundaron sus armas y asesinaron al chico.

Los asesinos trataron de justificar su accionar afirmando que el hombre tenía un arma en la mano y que le ordenaron tirarla al suelo, sin embargo, los padres del hoy fallecido señalaron que se trataba de un rifle de aire comprimido, lo que no representaba ninguna amenaza para nadie y menos para los agentes.

La policía es irreformable

En distintas notas hemos insistido en que los llamados “cuerpos de seguridad pública” no están diseñados para proteger al pueblo trabajador, sino para resguardar la gran propiedad de los patrones. Ahora, es válido preguntarnos ¿por qué se está dando muerte a jóvenes que no amenazan la propiedad? La respuesta es sin duda muy compleja.

Para empezar, debemos recordar que cuidar la gran propiedad de los empresarios no es un acto aislado, sino es que un proceso que se debe afirmar y reafirmar constantemente, entonces, la violencia que ejerce el Estado vía sus agentes contra los trabajadores y la juventud es un recordatorio para la población de “cuál es su lugar” en el mundo y que, en caso de inconformidad, la clase dominante no dudará en usar la violencia para mantenerlo.

Aunado a lo anterior, Estados Unidos está viviendo una profunda crisis económica y social que agudiza todas las contradicciones internas, sobre todo de los más pobre y marginados, pues mientras estos últimos viven día a día condiciones materiales muy difíciles, los millonarios ven crecer sus fortunas de manera exorbitantes. Esta situación genera un caldo de cultivo para una gran explosión social. Justamente el gobierno estadounidense es consciente de esta situación, por eso mismo los partidos demócrata y republicano refuerzan con mayor presupuesto cada año a los cuerpos represivos con el objetivo de aplastar los próximos episodios de la lucha de clases. Las y los de abajo, en todo el mundo, también tenemos que prepararnos.

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