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Red Internacional
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Miseria. Jubilaciones: el haber mínimo y el bono apenas alcanzan para 14 días en el mes

Habrá un bono de fin de año de $ 8.000, pero el haber mínimo está por debajo de la canasta para cubrir sus necesidades básicas. Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad, señaló que el anuncio es “simplemente una migaja más”. Millones de jubiladas y jubilados no llegan a fin de mes.

Jueves 16 de diciembre de 2021 21:07

Tras idas y vueltas el presidente Alberto Fernández anunció este jueves un bono de fin de año por un valor de $ 8.000 para los jubilados que cobren el haber mínimo y un proporcional para quienes encima de la mínima hasta completar $ 37.000, sólo por el mes de diciembre.

Según el Gobierno, alcanzará a 4,6 millones de jubilados y pensionados. Luego de un fuerte ajuste con la nueva fórmula previsional impulsada por el Ejecutivo en diciembre pasado, el gobierno "compensa" en forma discrecional para algunos y sigue garantizando jubilaciones a la baja para cumplir con los compromisos de la deuda.

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La jubilación mínima en diciembre alcanzó los $ 29.061. Dicho haber perdió mes a mes contra la inflación, excepto en diciembre. El Gobierno anunció dos bonos previos y con este último sumaron $ 16.000. Aún resta conocer la inflación de diciembre, pero se proyecta que la mínima empataría con la inflación en el acumulado anual. Sin embargo, no se recupera todo lo que se perdió, se cristaliza el ajuste de 20 puntos desde Macri.

La Canasta del Jubilado que calcula la Defensoría de la Tercera Edad se ubica en $ 75.505. Es decir, que un haber mínimo solo alcanza para vivir 11 días en el mes. En diciembre si se suma el bono anunciado a la jubilación mínima los adultos mayores podrían vivir 14 días.

En el caso de un jubilado o jubilada que percibe dos haberes mínimos la pérdida de este año a valores de hoy fue de $ 29.397. Les otorgaron solo un bono en agosto, ya que el de $ 1.500 de marzo y abril no lo recibieron, y este último tampoco lo recibirán. Es decir, que perdieron $ 23.716 en el año.

De esta manera, se produjo un achatamiento de la pirámide de jubilaciones del sistema. La lógica del Gobierno es que jubilados que cobren por encima de la mínima tuvieron que resignar parte de las subas para los sectores de menores ingresos, y el resultado sigue siendo un ajuste fiscal de millones de pesos. Unos logran apenas “empatar” en niveles de miseria, otros siguen perdiendo poder adquisitivo.

Migajas para los jubilados

Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad, afirmó a La Izquierda Diario que el anuncio del bono “ratifica una conducta mantenida en el tiempo por las diversas administraciones y profundizada en este último año que tiene que ver con suponer que la previsión social, el derecho previsional no es un derecho del trabajador sino que se ha transformado en un verdadero subsidio y como tal no responde ni a la historia laboral, no responde a los treinta años o más de aportes que tiene cada trabajador”.

Semino explicó que “el Poder Ejecutivo a quienes se le ocurre o a quienes supone que más necesita, le da un bono por única vez, en general, son bonos pre-electorales acá no llegó ni eso”.

La situación de los adultos mayores es dramática. El Defensor de la Tercera Edad señaló que “aproximadamente cuatro millones y medio de jubilados perciben un haber mínimo que recién en diciembre alcanzó los $ 29.000 brutos, un poco más $ 28.000 de bolsillo, y pueden cubrir un tercio de su canasta de necesidades básicas”. “Cualquier dinero que llegue al bolsillo de un jubilado lo que se hace es darle simplemente una migaja más, es un acto de demagogia, un acto de falta de respeto a los trabajadores jubilados”, agregó Semino.

El Defensor de la Tercera Edad advirtió que ya se realizó “un ajuste fenomenal” a los jubilados en plena pandemia. Además el coronavirus “se llevó la vida” de los jubilados y representan “el 80 % de quienes hoy integran la lista de los fallecidos en Argentina, que a su vez son los que no tienen ni seguimiento de las comorbilidades, ni atención en lo físico, ni en la salud mental”.

Profundizar el ajuste

A inicios del 2021, se promulgó la nueva ley de movilidad jubilatoria impulsada por el oficialismo. En ese momento, Alberto Fernández afirmó que “no creemos que ningún jubilado esté muy bien con los ingresos que tienen", pero que la movilidad jubilatoria les va a permitir estar "un poco mejor". Sin embargo, los anuncios de bonos fueron un reconocimiento de que con la nueva fórmula los jubilados fueron a pérdida.

La nueva fórmula no tiene un piso que garantice que no se pierda con la inflación. Esto lo denunció el diputado Nicolás del Caño del Frente de Izquierda Unidad en el Congreso cuando se trató la nueva ley. Las fórmulas de ajuste de las jubilaciones se fueron interrumpiendo y se propusieron modificaciones justo en los momentos en que a los haberes les toca recuperar, como pasó en el 2018 y como sucedió en 2020 con la suspensión de la movilidad. Además, entre empalme y empalme se van pasando por alto trimestres. Lo que queda al desnudo es que el objetivo de los gobiernos patronales es achicar el gasto previsional. Una receta que repite siempre el FMI y con el que se busca alcanzar un nuevo acuerdo para renegociar la deuda fraudulenta.

Alberto Fernández prometió en la campaña electoral que “entre los bancos y los jubilados, me quedo con los jubilados”. Pero los que siguen ganando son los bancos mientras pierden los jubilados. Según datos del Banco Central (BCRA), en los últimos doce meses, los bancos privados ganaron $ 130.522 millones.

Es urgente un aumento de emergencia para los jubilados y jubiladas para recomponer los ingresos perdidos durante el gobierno de Macri y el gobierno del Frente de Todos, y un haber inicial igual al 82 % móvil del mejor salario en actividad para los adultos mayores. El haber mínimo no puede estar por debajo de la Canasta de los Jubilados.

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