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África. Juego de tronos en Zimbabwe: el Ejército toma el control del país

En medio de la fractura del partido de gobierno sobre la sucesión del presidente Robert Mugabe, el Ejército tomó este miércoles el control del país.

Juan Andrés Gallardo

Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1

Miércoles 15 de noviembre de 2017 12:21

Un presidente nonagenario con más de treinta años en el poder, una corrupción rampante y elementos de crisis económica y social, un partido de gobierno fraccionado, y una pelea abierta por la sucesión gubernamental. Estos son algunos de los condimentos entre los que se cocina la crisis en Zimbabwe y parte de lo que explica el golpe del Ejercito que, aún en condiciones confusas, mantiene al presidente Robert Mugabe confinado en su casa.

Según un comunicado del partido de gobierno, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), Mugabe y su familia estarían detenidos y el nuevo presidente interino sería el exvicepresidente Emmerson Mnangagwa. Sin embargo no existe otra confirmación oficial hasta el momento.

En medio de la confusión el Ejército dijo que la asonada de este miércoles no se trataría de un golpe de estado sino de asegurar la depuración de los "criminales" que rodean al presidente Mugabe. En esa linea ya habían arrestado a por lo menos tres ministros.

Los soldados tomaron el control de la emisora estatal. Vehículos blindados bloqueaban las calles que conducen a las principales oficinas gubernamentales, al parlamento y los tribunales en el centro de Harare, capital del país.

Según un comunicado difundido por el Gobierno sudafricano, Mugabe habló por teléfono con el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, y le dijo que está confinado en su casa "pero bien".

Detrás del golpe se encuentran una serie de problemas que incluyen la crisis económica y social emergente, que el año pasado estalló en forma de distintas protestas en todo el país. Sin embargo el punto que recalentó la interna dentro del partido de gobierno, el ZANU-PF, y terminó en el golpe del Ejército fue la pelea por la sucesión de Mugabe en el poder.

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Sucesión

La crisis política se aceleró tras la decisión de Mugabe de cesar en el cargo de vicepresidente a Emmerson Mnangagwa, uno de los posibles candidatos a la sucesión presidencial. Esto fue leído como la intención de Mugabe por situar a la primera dama, Grace Mugabe (de 57 años) como legítima sucesora del mandatario, desbancando así a Mnangagwa de la carrera sucesoria.

El lunes el Ejército ya se había pronunciado a favor de Mnangagwa, en una advertencia hacia Mugabe, fracturando aún más al partido de gobierno en los que la juventud quedó apoyando al actual presidente mientras que una parte del estáblishment con lazos internacionales y un perfil "aperturista y modernizador" se volcó junto a las Fuerzas Armadas en defensa de Mnangagwa.

Como parte de esta interna el Ejército había detenido en la mañana de este miércoles en Harare al dirigente de las Juventudes del partido gubernamental, dejando más claro por donde pasan las fisuras.

Aunque aún no es claro si Mugabe ya dejó (o le hicieron dejar) el poder, o aún se está negociando una transición, cómo salieron a pedir varias potencias imperialistas con Gran Bretaña a la cabeza, lo cierto es que el nivel de crisis hace difícil una vuelta atrás y es probable que este acto signifique el fin del dominio total de Mugabe. Sea pactando entre las fracciones del ZANU-PF o haciendo efectivo un golpe contra Mugabe para poner en su lugar a Mnangagwa, lo cierto es que la respuesta a la profunda crisis se está resolviendo en los pasillos del palacio y a espaldas del pueblo de Zimbabwe, quienes deberán cargar con los terribles efectos de la crisis económica y social que atraviesa el país.


Juan Andrés Gallardo

Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario

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