“Me enseño mucho, a hablar, a llamar las cosas por su nombre, a no claudicar … Lo que lograban con Ines y Lolin me sorprendió por mucho tiempo. Son pilares.”
Jueves 4 de marzo de 2021 19:52
En este VII tramo se juzga a 15 genocidas de las fuerzas policiales, tanto provinciales como de la Policía Federal y del Ejército. Se trata de un tramo en el que todas sus víctimas fueron llevadas desde Neuquén al CCD “La Escuelita” en Bahía Blanca. Nueve de ellas continúan desaparecidas.
En la audiencia de esta semana declararon por el secuestro y desaparición de Susana Mujica su hija Matilde Altomaro Mujica que lo hizo por videoconferencia desde París y Lucio Espindola, desde México, víctima secuestrada el mismo día que Susana desde su casa en Neuquén.
Matilde tenía dos años cuando secuestraron a su mamá y a su papá, el 9 de junio de 1976. Estaba en su casa con Beba, su abuela, y su hermano Martín que hacía solo 10 días había nacido prematuramente. Su mamá había ido al el médico a curarse los puntos de la cesárea cuando un grupo de la Policía Federal comandado por Raúl Guglielminetti llegó a su casa.
Desde ese momento comenzó para ella y toda su familia “el tiempo del exilio”. Como pudieron fueron llegando su papá, Alicia Villaverde y sus hermanos y hermanas a México.
Sobre la importancia de estar dando su testimonio, más de 44 años después, dijo: “Siento que es algo que estaba muy pendiente, tengo 47 años, siento que es algo que tendría que haberse hecho hace mucho, que tendrían que haber pagado mucho tiempo antes. Siguen escapando a la justicia con prisiones domiciliarias y todas estas cosas que hace la ley para prorrogar y prorrogar …...y da mucha bronca que este sistema los haya solapado hasta el día de hoy, pero por mi abuela , por mi madre y por sobre todo por mi mamá creo que está bien que se haga, que es lo menos que tiene que ocurrir. Espero que los responsables terminen pagando toda la miseria y el terror que han sembrado, es imperdonable”.
Al contarnos cómo fue ir reconstruyendo la historia desde el exilio forzado en México, su abuela Beba, Madre de Susana Mujica, y fundadora en 1982 junto a Ines y Lolin de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo Filial Neuquén y Alto Valle, se hizo presente nuevamente en estos juicios, por los que peleo durante años, en la voz de su nieta.
Beba falleció el 26 de Marzo del 2003, sin haber dejado de buscar a su hija un solo día y viendo a los responsables de su desaparición con todos los privilegios de la impunidad.
"Se convirtió en alguien ejemplar, y siempre haciendo algo. Ella decía que había que buscar 30.000, que no podía hacerlo solo por ella…… La abuela todos los días vivía para llevar su lucha un paso más allá, no pasaba un día sin hacer algo, le faltaba una hija y hacia todo para gritarlo a los cuatro vientos”.
“Yo la admiraba muchísimo, no podía creer cómo esa mujer, tan flaquita, era capaz de tanta fortaleza, me enseño mucho, a hablar, a llamar las cosas por su nombre, a no claudicar, mi abuela era realmente muy aguerrida. Lo que lograban con Ines y Lolin me sorprendió por mucho tiempo. Son pilares”.
A semanas del 24 de Marzo, a más de 45 años del golpe genocida, cada testimonio pone crudamente en evidencia que las consecuencias de aquel plan genocida siguen vivas.
“Te deja una huella que no se puede borrar” escuchamos decir a Matilde, “somos hijos del exilio” dijo Cesar Altomaro, su hermano en la audiencia anterior.
“Todos los días me pregunto cómo hubiese sido la vida si hubiera ido a la escuela en Neuquén, si hubiera tenido a mi mamá, ... Porque te quedas desarraigada.”.
En la audiencia de esta semana estará presente dándonos su testimonio Eleonora, hermana de Matilde y Cesar, hija de Alicia Villaverde, víctima también en este tramo.
Por las y los 30.000, porque fortalecer la pelea contra la impunidad de ayer, es fortalecer la lucha contra la impunidad de hoy, no damos vuelta la página. Continuamos exigiendo la apertura de todos los archivos de la represión, el Estado sabe qué paso y qué hicieron con las y los 30.000 y dónde están los más de 400 niños y niñas que aún no recuperan su identidad. Por juicio y castigo a todos los responsables.