Ex máximos ejecutivos de la multinacional están acusados de acoso moral a sus empleados y hacerles la vida imposible hasta que renunciaran, para garantizar las ganancias de la empresa.

Diego Sacchi @sac_diego
Jueves 11 de julio de 2019 16:11
Hace 10 años, un tiempo después de que la empresa fue privatizada, los ejecutivos de la compañia pusieron en marcha un plan para reducir la planta de sus empleados, muchos de ellos venían de la empresa estatal y estaban protegidos por sus convenios. Entonces, según apunta la acusación del ministerio Público y los abogados de los trabajadores, los ejecutivos decidieron hacerles la vida imposible hasta que renunciaran.
Siete antiguos ejecutivos de la multinacional francesa de telecomunicaciones, van a juicio por haber hecho la vida de estos trabajadores tan insoportable hasta lograr su renuncia. En el juicio se los acusa por el suicidio de 35 empleados, según los defensores de los trabajadores, los casos casi duplican ese número, que se sintieron atrapados, traicionados e incapaces de encontrar un nuevo trabajo en el inmóvil mercado laboral de Francia.
Los antiguos ejecutivos de France Télécom, hoy Orange, una de las empresas privadas más grandes del país, están en juicio por "hostigamiento moral". Es la primera vez que un jefe francés, es procesado por acoso sistemático que llevó a la muerte de los trabajadores.
La brutal política laboral de los ejecutivos de la multinacional comenzó mostrar sus consecuencias en 2008. La empresa, privatizada en 1997 y con 100.000 empleados, suprimió 22.000 puestos de trabajo y se intensificó, según denunciaron los sindicatos, "la política del beneficio a toda costa".
Los recortes, las presiones a los empleados y las prácticas del terror encabezadas, según sindicatos y empleados, por el antiguo presidente Didier Lombard, erán algo cotidiano. "Había presiones a los trabajadores, movilidad obligatoria de puesto y de destino, reorganizaciones constantes, cierre de oficinas y presión por objetivos".
El diagnóstico del Observatorio del estrés de la empresa contabiliza 60 casos de suicidio. Sólo por tomar un año, en 2010 hubo 27 muertes voluntarias y 13 tentativas.
"Hubo momentos en los que quise suicidarme. Sentía que no servía a nadie, que nadie me necesitaba. Pensaba que era un inútil que molestaba a todo el mundo y quería desaparecer, quitarme de en medio. Es una tortura mental, un proceso de destrucción espiritual que te corroe poco a poco, con reflexiones y malos pensamientos", contó en 2011 Joel Peron, un extrabajador de la compañía.
La situación que vivió Peron comenzó en 2005, ocho años después de que la empresa pública pasara a manos privadas. "Querían quitarse de en medio a los funcionarios del Estado, lastres para el crecimiento de la compañía", explicaba.
Los ejecutivos "buscaron la desestabilización de los trabajadores", dijo la fiscal Francoise Benezech en el resumen de su acusación. El más joven de los trabajadores que sufrió esos abusos patronales tenía 28 años al momento de quitarse la vida, vistiendo una camiseta de la empresa. "No soporto más este trabajo y a France Télécom no le importa nada", escribió Nicolas Grenouville poco antes de su muerte en agosto de 2009. "Todo lo que les importa es el dinero".
A pesar del hecho de que el tribunal considere que los intentos de suicidio no son casos aislados sino que están ligados a la política de gestión de la empresa, los responsables fueron acusados sólo por "acoso moral", mientras que los demandantes los acusan de "homicidio".
Si son condenados, los ex ejecutivos se enfrentan a una pena muy baja en relación a su responsabilidad: un año de cárcel y una multa de 16.800 euros. Pero incluso antes de que concluya el juicio este viernes 12 de julio, con un veredicto que se conocerá algún tiempo después, se ha convertido en un hito en las relaciones entre los trabajadores y los altos mandos de las empresas.
Las semanas de testimonios en el juicio dejaron claro la práctica de los ejecutivos en su búsqueda por "empujar a la compañía hacia el nuevo siglo", según dictaba la estrategia corporativa de la empresa. En el juicio, se estableció un sombrío universo de subempleo, marginación, maltrato y acoso sistemático en la gran empresa.
Cínicamente la defensa de los ejecutivos asegura que la compañía se estaba hundiendo y que podrían “haberlo hecho mucho más suavemente si no hubiéramos tenido la competencia golpeando nuestra puerta". Una declaración que implícitamente reconoce el maltrato laboral y el hostigamiento para maximizar las ganancias a costa de la vida de los trabajadores.
Pero la realidad fue otra. El presidente y director general, Didier Lombard fue grabado en 2007 diciendo que alcanzaría el cupo de despidos "de una forma u otra, por la ventana o por la puerta". La ventana es lo que eligieron varios de sus empleados.
Lombard recibió el apoyo, durante el juicio, de Jacques de Larosière, ex jefe del FMI y ex director de France Télécom, que dijo en la corte el expresidente Grupo "salvó el negocio".
El juicio pone al descubierto una situación que se vive en otras empresas. La carrera por garantizar ganancias, incluso a costa de la vida de los trabajadores, no es exclusiva de France Télécom: entre 2017 a 2019, casi 60 suicidios relacionados con el abuso laboral se cuentan entre los trabajadores ferroviarios.
La razón es la voluntad del Gobierno de preparar la privatización del ferrocarril, las presiones morales se multiplican contra los empleados, y especialmente los más combativas: este es el caso de Eric, militante reconocido por sus colegas, despedido por arrodillándose frente a su gerencia para denunciar la sumisión de la compañía a los empleados.
El juicio sacude al país profundamente, especialmente conmovido por la rebelión contra la precaridad de la vida que expresó el movimiento de los “chalecos amarillos” y muestra hasta dónde pueden llegar los ejecutivos de las multinaciones para ganar dinero.

Diego Sacchi
Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.