Una bioquímica forense oficial puso en jaque a la defensa de los cuatro imputados, que quiere culpar por la tragedia a una de las cuatro víctimas fatales. También habló Rocío, única sobreviviente del crimen del 20 de mayo de 2019.
Daniel Satur @saturnetroc
Valeria Jasper @ValeriaMachluk
Sábado 13 de mayo de 2023 15:57
Este viernes, en los Tribunales de La Plata, se realizó la quinta audiencia del juicio por jurados, oral y público que se le sigue a cuatro miembros de la Policía Bonaerense por el homicidio agravado de cuatro adolescentes y el mismo delito en grado de tentativa respecto a una quinta joven, Rocío Quagriarello, que sobrevivió; hecho ocurrido la madrugada del 20 de mayo de 2019 en San Miguel del Monte.
Como informó La Izquierda Diario (ver acá y acá) en las cuatro primeras audiencias se escucharon importantes testimonios para que el jurado popular seleccionado para este juicio pueda determinar la culpabilidad de los imputados. Familiares de las víctimas demostraron la trama de encubrimiento (a cargo de comisarios y funcionarios municipales) posterior al crimen. Y testigos directos de los hechos aportaron datos fundamentales sobre la brutalidad del ataque policial al grupo de adolescentes.
Alcohol en sangre
Este viernes, en la quinta jornada del debate, dieron testimonio peritos que actuaron en la investigación criminal. Allí fue fundamental el relato de Jorgelina Garrote, bioquímica del Instituto Criminal de Ciencias Forenses de San Isidro (dependiente del Ministerio Público Fiscal), quien analizó las muestras de sangre de las y los cinco adolescentes. En particular interesaba el análisis de Aníbal Suárez, el joven de 22 años que esa noche conducía el Fiat 147 atacado.
Vale decir que, al menos hasta el momento, la estrategia defensiva de los policías pasa por culpar a Suárez de haber manejado borracho y, así, provocar el fatal choque contra el acoplado de un camión. Para ello, buscan basarse en el elevado nivel de alcohol en sangre hallado en el cuerpo del joven. Pero el testimonio de Garrote parece poner en jaque esa coartada.
La bioquímica relató que, si bien se encontró alcohol en la muestra de sangre tomada a Suárez, no pudo determinar su origen, ya que la muestra llegó “sin conservantes” (así decía la etiqueta), lo que resulta elemental para evitar la fermentación. Así, la perita dio a entender que la muestra pudo haberse alterado por el propio “desarrollo microbiano”.
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Garrote explicó que la conservación puede ser por refrigeración o (como mayormente aconsejan especialistas) por la incorporación de una dosis de cloruro de sodio al 1 %. Así se inhibe la producción de microorganismos (generada por la descomposición de la materia) que fermentan glucosa y producen alcohol. “Es difícil concluir si la muestra extraída de un cuerpo en putrefacción da positivo por las bacterias o por el consumo de alcohol”, afirmó la especialista.
La imposibilidad de llegar a conclusiones certeras respecto a si Aníbal había consumido o no alcohol antes de morir, se refuerza al saber cuándo se hizo la pericia. Garrote confirmó ante el jurado que la muestra fue extraída el 22 de mayo, más de 48 horas después de la muerte, cuando el cuerpo ya había empezado a producir etanol (alcohol etílico). Ese día se realizó la autopsia. Pero el análisis recién se hizo el 26 de septiembre, es decir más de cuatro meses después.
Que se haya hecho tan tarde pone bajo signos de interrogación el resultado. Mucho más si, como todo hace parecer, la llamada “cadena de custodia” fue, cuanto menos, negligente. Aunque, tratándose de la Bonaerense, no se puede descartar intencionalidad.
Finalmente, la perita sentenció que los resultados están aún más en duda al tratarse de una muerte traumática, ya que lo más probable es que ese contenido etílico haya sido efectivamente producido pos mortem más que por ingestión de alcohol en vida.
La declaración de Garrote puso en jaque el principal argumento esgrimido por la defensa de los imputados, quienes buscan responsabilizar a Aníbal Suárez por todo lo ocurrido. Así de hecho lo expresaron los abogados el lunes, en la primera audiencia del juicio donde se exponían los alegatos iniciales de las partes. Y es una demostración más de que Leonardo Ecilape, Manuel Monreal, Mariano Ibáñez y Rubén García no son los únicos culpables en esta historia.
Más evidencias
Este viernes también declaró el perito de la Dirección Criminalística de Gendarmería Nacional José Alberto Gutiérrez, quien analizó las filmaciones de la persecución captadas por las cámaras del Centro de Monitoreo de San Miguel del Monte. Identificó al Fiat 147 cuando ingresó en la Avenida y luego al patrullero que lo interceptó, que dobló en U para perseguirlo. A su vez, aseveró la posición de tiro del capitán García, quien sacó su cuerpo por la ventanilla del patrullero con el arma en mano.
También declaró Pablo Luis Tafarel, perito balístico de Gendarmería, quien sostuvo que en el Fiat 147 se encontraron “indicios balísticos”. El testigo afirmó que “prima facie no se encontró nada, pero luego encontramos una impronta dentro de un caño que abastece el combustible, y debajo del vehículo en un chapón. Se lo mandó a que sea evaluado”. Y agregó que también se halló un “orificio en la luz de stop trasera que podía ser coincidente con la deformación de ese caño”.
Podés seguir acá todo sobre la Masacre de Monte
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La voz de Rocío
El momento más conmocionante de la jornada fue la transmisión del testimonio de Rocío Quagliarello, registrado en Cámara Gesell en abril último. Si bien la propia sobreviviente de la masacre está presente durante todas las audiencias, no se encuentra en óptimas condiciones de salud para poder sentarse a declarar en una instancia como ésta.
Previamente la psicóloga María Andrea Hernández, del Cuerpo Técnico Auxiliar del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, explicó detalles legales sobre los alcances de una Cámara Gesell como “anticipo extraordinario de prueba” y sobre cómo se trabajó con Rocío. “Le costaba expresarse a pesar de que se esforzaba”, dijo la profesional y agregó que la joven (hoy de 17 años) viene experimentando diversos “mecanismos defensivos” producto de la experiencia vivida. “Eso que fue muy doloroso se guarda en alguna parte de la mente y queda como en reposo para que la persona pueda reconstruir y continuar con su vida”, graficó.
Rodeada de amigas y seres queridos, Rocío se vio y escuchó a sí misma en la sala de audiencias, en un video proyectado sobre uno de los laterales. Allí contó lo que recuerda. Que estando con sus amigos en la plaza de Monte fueron a dar una vuelta en el auto y, de la nada, los empezó a perseguir un patrullero. “No sé por qué nos perseguían”, dijo ante la psicóloga antes de sollozar. Asustadas por los tiros, con Camila se agacharon en la parte trasera del auto. En eso escuchó a Gonzalo, que estaba a su lado tomándose la rodilla, “me arde, me arde”. Y no recuerda más nada.
La Cámara Gesell terminó con un pedido de Rocío: “Que haya justicia”. En ese momento entre el público, compuesto centralmente por familiares y donde estaba Rocío, hubo llantos y abrazos.
Recta final
Este lunes a las 10 continuará el juicio. El martes serán los alegatos de las partes. Primero alegará el fiscal Mariano Subiet. Seguirán las querellas, representadas como por la Comisión Provincial por la Memoria como querella institucional y patrocinante de las familias de Danilo Sansone y Camila López; la doctora Dora Bernárdez que patrocina a las familias de Aníbal Suárez y Gonzalo Domínguez; el doctor Ricardo Minoli, tío y abogado de Rocío; y el CELS. Finalmente lo harán los abogados de los cuatro policías, Marcelo Di Siervi en representación de Ecilape y el mediático Guillermo Baqué en defensa de los otros tres.
Las partes expondrán ante el jurado popular y la jueza Carolina Crispiani las teorías que tienen sobre lo que sucedió hace cuatro años. Finalmente para el miércoles 17 se espera el veredicto de los doce miembros del jurado, quienes previamente debatirán sobre las pruebas que se fueron volcando en cada audiencia.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).