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Red Internacional
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POZO DE BANFIELD, QUILMES E INFIERNO. Juicio unificado: este martes se escucharán los testimonios de Nilda Eloy y Alcides Chiesa

En la audiencia del martes 17 se transmitirán los testimonios de los sobrevivientes e integrantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, ambos fallecidos en 2017.

Maine García

Maine García Hija de desaparecides | Miembro del CeProDH y de Justicia Ya!

Lunes 16 de noviembre de 2020 21:21

Nilda Eloy fue secuestrada cuando tenía 19 años, el 1 de octubre de 1976 de la casa de su madre y su padre donde vivía en la ciudad de La Plata. Estuvo secuestrada en La Cacha, Pozo de Quilmes, Pozo de Arana, Vesubio, el Infierno y legalizada en la cárcel de Devoto. Según sus propias palabras: “No militaba en ninguna fuerza política, pero era joven, trabajaba y, sobre todo, pensaba»

Fue llevada por un grupo de más de 20 personas al mando de Miguel Etchecolatz , a quien reconoció años más tarde al verlo por televisión. Se la llevaron a lo que después supo que era el centro clandestino de detención “La Cacha”. Entre el 3 y 4 de octubre fue trasladada hacia el Pozo de Quilmes, junto a casi 30 personas, en un camión. Durante el traslado simularon fusilamiento en un lugar que, por la distancia recorrida y el olor a pasto, supusimos que era el Parque Pereyra Iraola. Así lo recordó: “nos bajaron de a grupos, nos obligaron a arrodillarnos en el suelo y nos gatillaron con un arma descargada en la nuca”.

En el Pozo de Quilmes compartió cautiverio con estudiantes secundarias secuestradas durante la Noche de los Lápices. Allí permaneció por tres días para luego ser trasladada al Pozo de Arana, junto con Nora Ungaro y otros cuatro detenidos. A fines de octubre, la trasladaron con un grupo al centro clandestino El Infierno. Las condiciones allí eran durísimas: permanecían todo el tiempo con las manos atadas atrás, tabicados, encapuchados, y en ocasiones (según la guardia) con los pies también atados.

En un momento quedó sola y allí comenzó para ella la etapa más terrible. El hecho de ser la única mujer con permanencia estable en el lugar, era aprovechado por los interrogadores para torturarla con el fin de escuchar gritos de mujer (así se lo hacían saber). Les hacían creer a los otros detenidos que sus gritos eran de sus madres, hermanas o hijas, como otra forma de tormento. Nilda sufrió abusos sexuales y violaciones, entre otros, de parte del cabo de la Policía Miguel Ángel Ferreyro, quien fuera escrachado el pasado fin de semana en su casa de City Belldonde cumple con prisión domiciliaria en vez de estar en cárcel común.

El 31 de diciembre, junto a Horacio Matoso y yo fuimos trasladados, tapados con mantas y cajas, a la Comisaría 3ra. de Lanús con asiento en Valentín Alsina. Nilda pesaba 29 kilos, no podía caminar por sus propios medios ni mantenerse en pie, y ante la luz no veía. “Esa noche comimos, era fin de año. Tuve que aprender poco a poco, todo de nuevo: a escribir, caminar, leer correctamente, a dormir en un colchón”. En ese lugar, se reencontró con personas detenidas que ya conocía.
En agosto de 1977 fue trasladada a Devoto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional donde estuvo hasta fines de noviembre de 1978, en que fue definitivamente liberada, desde Coordinación Federal (Policía Federal). “Durante mi cautiverio en la cárcel de Devoto, una delegación de la Cruz Roja de Suiza llegó al penal y ante ellos di mi testimonio en francés, dada la presencia de personal penitenciario, lo cual me permitió realizar una denuncia válida”

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“Esto es el infierno y de acá no se sale”, le decían sus torturadores en el centro clandestino de detención denominado así por el propio jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires Ramón Camps. Sin embargo, Nilda no solo salió sino que dedicó su vida a reconstruir el horror de los campos de concentración, denunciando las condiciones inhumanas de detención que buscaban despojar del más mínimo derecho a las personas secuestradas, a impulsar los juicios e incentivar a familiares y sobrevivientes a declarar, a ser parte de la lucha de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos por la memoria, la verdad y la justicia por las y los 30000, por la restitución de la identidad de les hijes apropiades en los centros clandestinos.

Fue una valiente militante que declaró en varias ocasiones, entre ellas en el primer juicio que condenó a cadena perpetua a Miguel Osvaldo Etchecoltaz en el marco del cual secuestraron a uno de los testigos fundamentales, Jorge Julio López. Nilda se puso a la cabeza de la lucha por la aparición con vida de López, por el esclarecimiento de su secuestro y el castigo a los responsables.
Alcides

Alcides Chiesa fue guionista y director de cine. Militaba en la Juventud Peronista y en política cultural, enseñaba sobre cine y teatro en las villas. El 15 de octubre de 1977, víspera del día de la madre, es secuestrado en la localidad de Quilmes. Permaneció detenido hasta 1982.

“Aparecen un montón de tipos que estaban escondidos en distintos lugares. No me había dado cuenta. Me pusieron un pullover en la cabeza y me metieron dentro de un coche. La policía estaba nuevamente en la casa de mi padre y se llevaron a mi mujer, mi papá y mi suegro. Mi papá estuvo dos meses en Coty Martinez y mi mujer estuvo acá en Don Bosco y más tarde en la Brigada de Quilmes, por seis meses. Yo estuve secuestrado diez meses y después estuve en la cárcel, en La Plata en Rawson cuatro años”. Así relataba en una entrevista al tiempo que brindaba detalles de cómo reconoció el lugar donde estuvo cautivo. “Conozco mucho Quilmes, soy nacido aquí y cuando pasamos el puente, más o menos me di cuenta. Tenía la cabeza bastante clara y cuando llegamos al portón, que era enorme y lo habíamos hecho, me di cuenta que era la Brigada de Quilmes”

Seguí la cobertura del juicio por los pozos de Quilmes, Banfield y El Infierno

Al igual que el testimonio de Nilda y de muchos sobrevivientes, la comida era un preciado lujo, durante diez meses comió solo un par de veces, y cuando comían estaba podrida. En 1982 el propio Nuncio Apostólico Casarelli avisa a la familia de su liberación. Posteriormente se exilia en Alemania.
Todo lo vivido lo plasmó en películas como “La Amiga” con Cipe Linconvsky y Liv Ulmmann y en “Amigomio”.

Las demoras en los juicios de lesa humanidad hicieron que varies sobrevivientes como Adriana Calvo, Cristina Gioglio, Alcides Chiesa, Luis Velazco y Nilda Eloy, entre otres, no llegaran con vida a su realización por la que tanto lucharon.

La audiencia se llevará adelante de manera virtual el martes 17 de Noviembre a las 10hs y será nuevamente transmitida por La Izquierda Diario en vivo desde el canal de Youtube del Centro de Información Judicial (CIJ). Desde el CeProDH, integrante de la querella de Justicia Ya! convocamos a acompañar el juicio y a seguir peleando contra la impunidad de ayer y de hoy.