En el día de hoy el gobernador Gerardo Morales junto a la ministra Isolda Calsina, realizó declaraciones acerca de la promoción y calificación de los estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario. Duras críticas de la agrupación docente 9 de abril.
Lunes 11 de mayo de 2020 17:27
En el día de hoy, el gobernador Morales, junto a la ministra Calsina, realizó anuncios en torno a la educación. El mandatario afirmó que “no firmaré un decreto de promoción de los alumnos” con el tono arbitrario que lo caracteriza, a lo que agregó reafirmando la idea como si fuera un reto: “que quede claro: no va a haber una resolución que promueva automáticamente”.
Estas afirmaciones fueron esgrimidas en un marco en el que Morales aseguró que se trabaja en un sistema de calificación especial. “Tendrá que ser diferente”, indicó, y agregó que elaboran un plan especial, aunque dejó en claro que: “No adelantaré nada. Pero hay que mejorar el programa en el marco de la pandemia, mejorar las condiciones y el proceso de enseñanza y de aprendizaje”.
La pregunta surge naturalmente, si ya tiene un plan porqué no lo anuncia con “bombos y platillos” como viene haciendo en cada aparición pública en el COE, que prácticamente ya se convirtió en una especie de show prácticamente diario.
En cuanto a las calificaciones y la evaluación, que es un tema que recorre diversos debates entre especialistas, psicopedagogos e intelectuales, el señalamiento de que se va a calificar, aunque de “forma diferente”, entra en contradicción con lo que se establece en otras provincias y se tomaría como resolución nacional del Consejo Federal Educativo que reúne a los ministros de Educación de cada provincia: suspender las calificaciones mientras dure la no presencialidad de las clases.
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Por último, el gobernador y la ministra también hicieron anuncios sobre obras edilicias que se comenzarían a realizar a mediano plazo, en base a endeudamiento de la provincia, sobre la que no dieron mayores precisiones.
Desde la agrupación docente 9 de abril realizaron duras críticas a las aseveraciones de Morales: “en primer lugar, hay que preguntarse a cuantos especialistas, pedagogos, intelectuales o docentes consultó Morales para afirmar con tanta seguridad cuál es la mejor política educativa para establecer las mejores formas de promoción y/o evaluación o no de los y las estudiantes. ¿Qué sabe Gerardo Morales de pedagogía y educación? Como acostumbra el “pretendido rey” de Jujuy ningún argumento científico se dio al respecto: sólo órdenes como si la población fuéramos súbditos que sólo nos quedara obedecer. En un contexto que es completamente nuevo y en el que se abren múltiples debates sobre qué hacer, pretender actuar con este nivel de arbitrariedad sin fundamentos, sólo puede llevar, poniendo el centro en la tarea, la calificación y la promoción, a niveles de deserción muy altos y pérdidas de la escolaridad para miles de estudiantes en un contexto de creciente crisis social y económica. ¿Cómo pretende Morales calificar y promocionar a los 41000 chicos y chicas que la propia ministra reconoce que están fuera de la virtualidad?. En ese marco, calificar, evaluar o promocionar a cómo dé lugar sin atender los contextos concretos y sin garantizar condiciones mínimas para hacerlo, es un discurso muy peligroso que seguramente se quieran transformar en políticas que flexibilice y precarice aún mas la labor docente, como se viene haciendo en otros ámbitos laborales buscando avanzar en una reforma laboral de hecho”.
Más adelante, se agregó que: “en segundo lugar, señalar que la arbitrariedad de los poderes ejecutivos no es sólo una atribución provincial sino que sucede a nivel nacional también con el presidente que gobierna a través de decretos y sin el funcionamiento siquiera del Congreso y Legislaturas provinciales. Nos preocupa de sobremanera que en un marco en el que se utiliza la pandemia para poner a los trabajadores y el pueblo como variable de ajuste nuevamente con despidos, suspensiones y rebajas salariales, se comiencen a construir discursos para avanzar en una mercantilización aún mayor de la educación, sobre los “beneficios” de la tan mentada virtualidad. La opinión de distintos tipos de especialistas sobre el tema (a no ser que provengan de las usinas ideológicas que promueven una mayor mercantilización y negocios para las empresas de comunicaciones), resaltan que más bien en estas experiencias se muestran más los límites de la virtualidad como base de un sistema educativo, más que sus virtudes, que ocasionan una mayor desigualdad de la ya existente en la escuela presencial. Como también la necesidad de no hacer eje en las tareas, evaluaciones y calificaciones en un contexto como el actual, resaltando la necesidad de escuchar a las infancias y sus necesidades en este proceso. Si bien pareciera que lo esgrimido por Morales va en contra de lo que se resolvería a nivel nacional sobre suspender las calificaciones hasta que no se vuelva a la presencialidad, el punto que los une es la nula participación deliberativa que se le da a la docencia, a los estudiantes y sus familias en la resolución de estos complejos problemas”.
Por último, se afirmó que “en tercer lugar, es importante señalar frente a la complicidad y pasividad de las conducciones gremiales ante el ajuste que se está haciendo en todo el país sobre los y las trabajadoras, que venimos organizándonos en asambleas virtuales para enfrentar no sólo los ataques a la docencia sino al conjunto de la comunidad educativa, contra la precarización ya existente y la que quieren profundizar, buscando la unidad con otros sectores de trabajadores y las familias, exigiendo a nuestras conducciones que se pongan a la cabeza de los reclamos, pero sin quedarnos quietos. Si la pandemia se usa para aislarnos y atacar nuestros derechos, tenemos que buscar la forma de organizarnos para que no nos pasen por arriba, como vienen haciendo en muchos lugares de trabajo en el país”.
