El déficit habitacional se convierte cada día en un problema mayor. El gobierno local, lejos de dar respuestas, ordena desalojar a la familia Quesada, conocida por brindar un servicio de cuidado de caballos a toda la comunidad.
Viernes 29 de mayo de 2020 18:43
Jaime Mario Quesada Luna, docente jubilado y escritor, vive en un predio cedido por el municipio hace más de tres décadas, en donde se hace cargo del cuidado de los caballos de las familias de la zona en forma gratuita. Durante el día martes y ante la amenaza de desalojo decenas de familiares, amigos y dueños de caballos se sumaron a resistir el desalojo junto a la familia Quesada. La Izquierda Diario pudo entrevistar a Jaime Quesada y a su hija, Mariela.
LID: ¿Desde cuándo estas a cargo del predio y qué actividades se desarrollan?
Jaime: Me jubilé como director del colegio Ceferino Namuncurá, fui director de Cultura en la gestión de Carlos Horacio Gonzalez y formé parte de las comisiones del Centro Tradicionalista Huiliches y de la Fiesta del Puestero. Desde esa época en 1986, se armó el proyecto de cabalgatas de paseo y un lugar para que las familias pudieran guardar sus caballos. Hasta la fecha lo único que se le exige a cada familia es que cuide a sus animales, armando un galpón para que duerman, los mantengan limpios y alimentados diariamente, además de cuidados veterinarios. Los propietarios de los caballos pueden dejar sus animales en forma gratuita.
Mariela: Acá hay caballos de paseo, de las familias donde los niños vienen a disfrutar toda una tarde o una mañana y aprenden el cuidado de los caballos.
Siempre le hemos brindado un servicio a la comunidad, desde las cabalgatas hasta un lugar para guardar sus caballos. También diferentes instituciones, como la Secretaria de Familia trae niños que están judicializados, niñes con autismo, con síndrome de down, para realizar actividades recreativas. Nunca se le cierran las puertas a nadie.
LID: ¿Cuándo mandaron la orden de desalojo?
Jaime: En 2018 me enteré que las tierras no eran municipales sino del Instituto Provincial de la Vivienda y Urbanismo (IPVU). Su director en ese momento no resolvió la situación de legalidad del terreno y aunque volví incansables veces jamás reconocieron mi propiedad de esas tierras. Todos los funcionarios involucrados negaban haber cedido el terreno.
Mariela: Nosotros comenzamos un juicio por el reconocimiento de este terreno, obtuvimos un fallo favorable por parte del Juez Luchino y luego en segunda instancia lo perdimos.
LID: ¿A qué se debe el interés del IPVU por estas tierras?
Jaime: Nosotros sabemos que en Junín de los Andes hay una carencia muy grande de tierras, pero no es porque no las haya, porque si vos miras al frente de estas tierras hay muchas más, pero los gobiernos no se meten con los terratenientes sino con los más débiles.
Sabemos que Junín de los Andes tiene una urgencia habitacional desde hace muchísimos años pero nosotros no podemos ceder unas tierras que hace 30 años mi papá las está trabajando y, que por otra parte, son tierras que en Recursos Hídricos figuran como “tierras inundables” no aptas para vivienda.
LID: ¿Qué diálogo pudieron entablar con el IPVU?
Jaime: En IPVU dejaron claro que no quieren dialogo con nuestra familia y su único interés es poseer las 10 hectáreas. Por eso decidimos resistir el desalojo.
Mariela: Imagínate como les importan estas tierras que en plena cuarentena nos envían un desalojo. Mi papá tiene 76 años es un paciente de riesgo porque es asmático y sin embargo eso no importó.
LID ¿Las tierras, entonces no son aptas para vivienda?
Jaime: Hace años se quisieron hacer viviendas, pero no se pudieron realizar porque el costo del relleno para que la platea quede a la altura de la ruta y deje de inundarse era más caro que la platea y la casa juntas. Entonces cambiaron el proyecto de lugar.
LID: ¿Cuántas familias dejan sus caballos en el predio?
Jaime: Hay alrededor de 76 caballos, algunas familias tienen uno y otras de dos a cinco. La misma municipalidad envía a las familias acá porque hay una ordenanza que dice que no podes tener los caballos en tu casa y que tienen que estar afuera del ejido urbano, entonces acá llega gente de todo Junín a dejar sus animales.
LID: ¿Cómo piensan continuar?
Jaime: estamos defendiendo estas tierras por todas las familias que no tienen donde dejar sus caballos en Junín de los Andes. Agradecemos a todos los que nos acompañaron, los gauchos, las familias y por otra parte nosotros queremos que todos conozcan la historia de estas tierras.
Y si ganamos esta pelea, queremos que ingresen más familias, puedan tener un espacio gratuito para tener a sus animales sin costos adicionales, hacer cabalgatas y que toda la comunidad tenga acceso, porque de eso se trata el proyecto.
Junín de los Andes se encuentra cercada por grandes latifundios y varias familias viven hacinadas compartiendo viviendas o terrenos. El gobierno no da respuesta a este problema estructural por no enfrentarse a los grandes terratenientes de la zona, además, niega la posibilidad del acceso a la vivienda a la comunidad.