Esta semana comenzó una nueva jornada de audiencias en el juicio “La Escuelita IV”. La Izquierda Diario conversó con Horacio Lara, hijo de la víctima Felipe Evangelio Lara.
Miércoles 20 de abril de 2016 11:23
Las consecuencias que aún hoy viven las familias de quienes fueron desaparecidos por las fuerzas represivas durante los años 70 se escucharon a través de los testimonios de su compañera Margarita Gómez, su compañera, y el hijo de Felipe Evangelio Lara, oriundo de Chos Malal, quien permanece desaparecido desde diciembre de 1977.
Felipe Evangelio Lara fue secuestrado por Gendarmería Nacional, Escuadrón 30 "Chos Malal", a cargo del Comandante Principal Arístides Lubrina.
Horacio Lara realizó la denuncia ante el Juzgado Federal de Neuquén, en el año 2007, por el caso de su padre.
Nuevamente y como ha sido una constante en este juicio, quedó al descubierto quienes son los que pagan el costo de la negativa a abrir los archivos de aquellos años. La compañera de Lara termino su testimonio, sin poder contener el llanto, pidiendo que digan “qué le hicieron y dónde está” Felipe. Después de más de 40 años el Estado sigue sin responder.
¿Querés contarnos quién sos y porqué estás presente hoy en la audiencia de “La Escuelita”?
Soy Horacio Lara, hijo de Felipe Evangelio Lara, desaparecido. Hoy vine a declarar por su caso. Yo tenía 9 meses cuando se lo llevaron, mi papá era un laburante, era albañil. Fui reconstruyendo la historia con lo que me fueron contando mis tíos, primos, mis abuelos. Fui conociendo a mi papá. Vine hoy para ver si se hace justicia por esto. Con un poco de satisfacción y otro poco de tristeza. Mas tristeza que satisfacción porque como dije acá, en la declaración, a mi papá no me lo van a devolver, pero por lo menos se le puede ver la cara a esta gente. Tristeza porque tuve que esperar 41 años para verle la cara a los que buscaron y persiguieron a mi papá, yo se que lo que busco acá no lo voy a encontrar. No me van a decir donde está él.
¿Vos crees que “no te van a decir” porque no saben?
¡Ellos saben donde está! Saben que le hicieron, donde lo llevaron, donde lo dejaron, ellos saben todo pero sé que no es acá donde me lo van a decir.
¿Qué crees que estaba pasando en aquellos años?
Lo que yo creo es que las personas que pensaban distinto a los militares o hablaban algo que no tenía que ver con los militares lo hacían desaparecer o lo buscaban y perseguían, como le hicieron a mi papá.
Yo era chiquito, más de grande fui tomando conocimiento y supe la magnitud de este tema. Los que han sufrido mucho más fueron mi mamá, mis tíos, mis primos. Y nadie nos dice por qué.
¿Qué sería que “se haga justicia” para vos?
Que me digan dónde está mi papá y que esta gente quede presa. No es lo mismo estar preso en una cárcel común que estar preso en tu casa; a pesar de todo lo que hicieron tienen ese beneficio de estar preso en su casa. Y yo siento que se burlan cuando me entero que le dan domiciliaria o que no vienen a las audiencias. Y a una persona común, como nosotros, nos van a buscar y nos meten presos y ellos tienen ese privilegio. Ese vacío en mi corazón no me lo van a quitar. Yo le quise dar el derecho a mi hijo hoy, presente en esta audiencia, de saber quién fue su abuelo.