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Red Internacional
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Kast inicia gira en Antofagasta señalando que no tiene intenciones de privatizar Codelco. ¿A quién está tratando de convencer con sus vueltas de carnero?

Luego de la segunda vuelta y los apoyos recogidos por Boric de toda la oposición, Kast ha intentando moderar su discurso para quitarse el mote de “ultraderecha” con el que se hizo fuerte. Ahora, en su inicio de gira por el norte, Kast señaló que no privatizará Codelco, ¿significa esto un retroceso en su programa original? Posiblemente no, incluso puede ser una pequeña concesión en el marco de su estrategia más de conjunto.

Lunes 6 de diciembre de 2021

Desde su vuelta a Chile, Kast ha intentado mostrarse como lo que no es: un derechista a secas. El relato de este “combatiente” consecuente por sus ideas, se ha ido cayendo a pedazos a medida que ha necesitado buscar apoyos por fuera de su nicho homofóbico, misógino, xenofóbico, militarista y patriotero.

La novedad de haber obtenido el primer lugar en la primera vuelta muestra un espacio fortalecido de la ultraderecha (Republicanos) quienes fagocitaron la base social de la UDI (que vio reducido su espacio electoral la última elección) y le permitió a Kast un resultado que jamás se pensó.

Pero la segunda vuelta es otra elección y la amenaza que han alertado diversas organizaciones sociales y políticas de las tendencias que podrían abrir una buena elección para Kast (independientemente de si gana o no) ha llevado a la mayoría de la oposición a sumarse tras las banderas de Boric.

En este camino por captar un electorado por fuera de su nicho, Kast y la derecha han iniciado una operación para mostrarlo como alguien más moderado de lo que él mismo había proyectado desde la elección del 2017. Lejos quedaron los discursos de la zanja y el terrorismo, incluso la discusión de la seguridad pareciera estar pasando a segundo plano. Ahora lo que importa es la economía (tener una propuesta “seria” para los empresarios), el respeto a la democracia y los derechos conquistados previamente (aborto, matrimonio homosexual, ministerio de la mujer), entre otros.

Así, en el inicio de su gira por Antofagasta, Kast se apresuró a retirar sus dichos sobre la privatización de Codelco y se limitó a especificar de que lo que se necesitaría es “mejorar la gestión”, e incluso se atrevió a decir: “junto a los trabajadores”. Una burla.

El supuesto cambio de postura de Kast sobre el tema de Codelco no es más que una pantalla o un eufemismo con lo que al programa estructura de Kast se refiere al rol del mercado, los trabajadores y el Estado en la economía.

Kast puede estar diciendo “no vamos a privatizar” en el entendido de “vender”, pero no dice que van a potenciar la acción de privados en la principal cuprífera del país. Tampoco dice que no tendrá la política de privatización para otras empresas estatales (ENAP por ejemplo) o que el “junto a los trabajadores” se replicará en otros sitios. Esto último es especialmente delicado si se considera que el programa laboral de Kast propone ultraflexibilizar la jornada laboral, entregar mayores facultades de mando a todo tipo de empresas, ataques a libertades sindicales y otras.

Con todas estas “vueltas” Kast no hace más que disfrazar su discurso inicial, del que hoy está intentando renegar para llegar al votante “parisi” y/o convencer de que está lejos de ser un ultraderechista y terminar de copar el espacio UDI (incluyendo quizas el “popular”)

No se explica de otra forma su participación en el programa “Bad boys” de Parisi, la integración de los partidos de Chile Vamos y diversas figuras de la centro derecha.

Kast y su partido están intentando hegemonizar a RN y la UDI desde una posición que los obligue a correrse hacia la derecha y así lavar su propia imagen.

La clase trabajadora no puede creerle ni un punto a Kast.

La segunda vuelta esta siendo un tremendo ejemplo de lo que es la demagogia electoral. Mientras Boric criminaliza a los presos del estallido, Kast dice que no privatizará Codelco.
En ambos ejemplos lo que se observa claramente son los cambios de postura ante la necesidad de llegar a electorados más amplios, partiendo de la base de lo ya obtenido a través de la política del mal menor.

Cuando Kast dice que no privatizará lo importante no es si quiere hacerlo o no, sino que se trata de poner una idea sobre la mesa para ganar votos. Kast estuvo dispuesto a señala que se “equivocó” con la propuesta de eliminar el ministerio de la mujer, todas estas “equivocaciones” no son más que un “todos los métodos son válidos” de la política tradicional.

Así como ayer diputados de derecha hicieron propaganda con el cuarto retiro y hoy no votaron, Kast está dispuesto a ocultar con el codo lo que escribió con la mano. La clase trabajadora debe tener claridad de que hoy Kast representa a las grandes empresas, consorcios internacionales y los intereses de la derecha tradicional.