Ese sábado Ken Salazar llegó a México como nuevo encargado de la embajada estadounidense en nuestro país, sin embargo, falta que entregue sus cartas credenciales a López Obrador, para que se haga oficial.
Martes 14 de septiembre de 2021
No hay duda a qué viene, durante las últimas semanas el gobierno de EEUU ha presionado a México para endurecer la línea migratoria al sur del país, a cambio de vacuna de mala calidad del agente AstraZeneca, y por el tema energético donde grandes multinacionales estadounidenses tiene invertidos millones de dólares.
Sin duda, el gobierno de Joe Biden busca dar una cara renovada, enviando a un viejo conocido de stablishment gubernamental imperialista, que tiene orígenes latinos y que llega con un discurso de colaboración por el interés de los dos países.
Sin embargo, no parece que haya nuevo nada bajo el sol, si bien es cierto las políticas internacionales del gobierno de Trump y de Biden son distintas, en ambos casos han buscado que México se supedite a sus intereses y proyectos económicos.
Mientras tanto, hay una urgencia por permitir que México abra el mercado de la energía a la inversión privada, que sobre todo construye las llamadas “energías limpias”, en lugar de privilegiar los hidrocarburos que siguen en manos estatales, por lo que Salazar tiene un discurso de cuidado el medio ambiente, una total hipocresía, mientras muchos de los megaproyectos que tiene inversión imperialista han asesinado a decenas de defensores del medio ambiente.
Por otra parte, aunque dicen querer una reforma migratoria, lo cierto es que el interés del nuevo embajador es detener el enorme flujo de personas que cruzan México rumbo a la frontera norte, para lo cuál ya se vieron los primeros gestos con el actuar de la Guardia Nacional deteniendo y golpeando haitianos y centroamericanos en Chiapas.
Por último, el tema de seguridad tendrá un lugar de importancia, lo cuál seguramente, implicará más militarización y muertes, pues la estrategia que el gigante del Norte tiene no ha hecho más que profundizarse.
