Las tensiones entre el gobernador y los intendentes podrían recalentarse hacia el 2021; Máximo Kirchner y su posible intención de quedarse con la presidencia del PJ bonaerense ya agita aún más las aguas. ¿Qué se viene?
Walter "Pata" Moretti @patamoretti
Lunes 28 de diciembre de 2020 13:55
Luego de extensas y duras jornadas de rosca y negociaciones, Kicillof logró -sobre la hora- la aprobación de su proyecto de presupuesto 2021. Un presupuesto que aún estará a consideración de los acreedores internacionales que siguen exigiendo por una mayor tajada para cobrarse la deuda que dejo Vidal y que el actual gobernador reconoce de punta a punta. Ya van una decena de rondas de negociaciones fracasadas, el gobierno promete recompensas y los bonistas van por más.
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A su vez la aprobación le requirió al ejecutivo bonaerense otorgar concesiones a diestra y siniestra. La oposición derechista de Juntos por el Cambio embolsó, como ya había sucedido en el Reajuste Fiscal 2020, aprobado poco antes de iniciada la pandemia, beneficios para los sectores patronales que representa y cargos para sus dirigentes.
Otros que volvieron a obtener una significativa tajada fueron los intendentes que luego de amenazas y puestas en escena en la propia Legislatura se llevaron 12 mil millones de pesos para sus cajas y bolsillos. El “toma y daca” y los tironeos entre Kicillof y los intendentes no son nuevos y tal como se presenta el escenario interno del peronismo bonaerense para un 2021 que estará cruzada por las próximas elecciones legislativas y todos los sectores que integran la variopinta coalición del Frente de Todos ya “ojean” sus cartas.
Los cruces entre Kicillof y los caciques del conurbano comenzaron ni bien se conoció que CFK había ungido a su ex ministro como el candidato a gobernador pasando por encima de los caudillos del pejotismo territorial (que venían de garantizar la gobernabilidad de Vidal), quienes vetaron tal designación pero finalmente terminaron arrodillados a la montaña de votos que monopoliza la ex presidenta en el corazón del conurbano –especialmente en la Tercera sección- que garantizó el triunfo de todos y mantener el control de sus respectivos Consejos Deliberantes.
Luego del triunfo Kicillof los dejó prácticamente fuera de su gabinete que quedó inicialmente reservado a sus amigos de la academia y que luego, ante su debilidad para controlar el complejo territorio bonaerense, fue reforzado con el ingreso del camporista Andrés “Cuervo” Larroque como ministro de Desarrollo de la Comunidad y la imposición de Cristina de Sergio Berni al frente del ministerio de Seguridad y que dio lugar a otro frente de tormenta con los intendentes por el control de las policías locales.
La pandemia y la pelea por los fondos reverdeció las internas entre el gobernador y los representantes del pejotismo bonaerense
Aunque el desalojo de las familias de Guernicamostró que tanto Kicillof, los y las camporistas y los caudillos municipales son del mismo palo a la hora de reprimir a las jóvenes familias que salieron a la lucha por tierra y viviendas para vivir, las tensiones son abonadas por la disputa por el control del peronismo provincial, la hegemonía y la administración de su regreso al gobierno de la principal provincia del país. La actual displicencia del gobernador para vetar la Ley que les que había impuesto Vidal con el propio apoyo del PJ “Unidad y Renovación” controlado por los intendentes y del bloque de Sergio Massa para impedir la reelección indefinida de los jefes comunales que a partir del 2023 no podrán superar los dos mandatos y que, por lo tanto, dejará a varios de ellos fuera de la carrera electoral, agitaron aún más las oscuras aguas.
En el acto realizado hace un par de semanas atrás en el ex Estadio Único de La Plata – ahora rebautizado con el nombre de Diego Maradona- para conmemorar el primer año de la gestión provincial, que contó con la presencia de Alberto Fernández y que marcó el retorno de la actual vicepresidenta al terreno bonaerense, se esbozó un nuevo intento del kirchnerismo para afianzar su hegemonía lo que originó el faltazo de algunos alcaldes oficialistas. Máximo Kirchner, quien durante el primer año del gobierno kilocifista garantizó una unidad inestable, apareció como la figura estelar y su nombre empezó a surgir como futuro presidente del PJ provincial para desplazar a la actual presidencia rotativa entre Fernando Gray y Gustavo Menéndez (intendentes de Esteban Echeverria y Merlo, respectivamente) y cerrarle el paso a los intendentes “Albertistas” como Juan Zavaleta. Todos ellos, en principio, intentan resistir la nueva avanzada impulsada por la propia CFK. Aunque ahora Máximo aparentemente se bajaría del cargo en cuestión, “la cancha quedó marcada” y puede estar adelantando que en el 2021, y con elecciones de por medio, las tensiones pueden subir de volumen. El dominio del sello del PJ provincial garantiza el control de la lapicera para el armado de las futuras listas.
¿El laboratorio de Lomas de Zamora?
El papel de comisario político que viene jugando Máximo en eje con el peronismo matancero y el lomense Martín Insaurralde ya tuvo algunos costos para este último. Su histórico jefe de gabinete, Guillermo Viñuales renunció a su puesto por el mayor acercamiento de su ex jefe con el kirchnerismo y amenaza con formar un partido vecinal para enfrentarlo en las próximas elecciones mientras desde el oficialismo lomense iniciaron una dura campaña uniendo al ex funcionario con Macri.
¿La disputa lomense estará contorneando nuevas tensiones en el conurbano? Por su parte Kicillof estaría diseñando la formación de “mini gobernaciones en los distritos para disputarle el territorio a los intendentes. Mientras, Máximo aclaro que más allá de que se baje de la presidencia del PJ, “jugara” con La Cámpora en distintos municipios.
“Rosca” electoral en medio de la crisis
Más allá que las disputas por ahora se centran en la rosca electoral, la crisis económica, la brutal decadencia social que reina principalmente en el GBA y el peligro latente del rebrote del Covid pueden adelantar disputas mayores por arriba y nuevas experiencias de lucha por abajo. Guernica seguramente podrá convertirse en el primer capítulo de una experiencia de la base electoral con su propio gobierno que posiblemente tendera a extenderse en el principal centro urbano del país en el tiempo próximo.
Tal como debatió la reciente Conferencia del PTS: “En el período que se abre viviremos luchas de franjas de la clase trabajadora (tanto de sectores sindicalizados como de las y los desocupados y precarios), movimientos democráticos (antirrepresivos), ambientalistas, por los derechos de las mujeres y personas LGTB, con las contradicciones y contratendencias señaladas. También habrá nuevos fenómenos políticos (mayores tensiones, NdR) y rupturas en las propias coaliciones mayoritarias. Se nos van a presentar oportunidades de ser creativos, de fundar nuevas organizaciones, de derrotar a la burocracia (y al peronismo) en determinados lugares …” en el corazón de la PBA. Para eso nos preparamos.
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Walter "Pata" Moretti
Junta Interna de ATE - Ministerio de Desarrollo Social PBA