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Red Internacional
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ACTO DOMINGUERO. Kicillof dijo que el ajuste de Macri no es producto de ninguna “pesada herencia”

En un acto dominguero en Parque Centenario el exministro de Economía habló ante miles de personas. Dijo que el “ajuste es responsabilidad de este gobierno, no porque le hayan dejado un problema”.

Lunes 21 de diciembre de 2015 10:10

Fotografía: Twitter Axel Kicillof

El número de asistentes al acto organizado por La Cámpora y otros grupos kirchneristas varía según quién lo diga. Cinco mil dijeron los organizadores desde el mismo escenario del acto. Curiosamente la agencia estatal Télam duplicó el número y puso diez mil. Como sea, el evento contó con una nutrida concurrencia. Y el plato fuerte pareció ameritarlo. Por primera vez después de perder las elecciones con Cambiemos, el referente económico del gobierno de Cristina Fernández habló sobre el nuevo gobierno. En vivo, en directo y en un lugar público.

En un discurso que se extendió por más de una hora, Kicillof tiró frases que luego recorrerían los medios masivos y las redes sociales.

“Si Macri quiere hacer un ajuste es por responsabilidad de este gobierno, no porque le hayan dejado un problema”, dijo el exministro y aseguró que las medidas que propone el nuevo gobierno “parecen ser pura y sencillamente un plan de ajuste del Fondo Monetario Internacional”. “Eso no nos va a traer alegría, va a traer sufrimiento. No conocemos el plan económico de Macri, pero el Ministro de Hacienda le comunicó su programa al secretario del Tesoro de los Estados Unidos y ahí lo dejó trascender al pueblo argentino”, sentenció.

En ese sentido caracterizó como criminales las medidas económicas de Macri. “Son crímenes; las medidas anunciadas son crímenes”, repitió en cuatro oportunidades. Y defendiendo lo hecho en la campaña electoral manifestó que “quizás nos quedamos cortos cuando nos acusaban de hacer una campaña de miedo, pero espero equivocarme”.

Intentando demostrar que las medidas del macrismo no tienen nada que ver con el saldo que dejó el kirchnerismo (sobre todo en la última etapa de gestión de CFK), Kicillof dijo que “en estos doce años pensábamos que el Estado tenía que estar al servicio de las mayorías”, sin embargo “ahora pareciera que se está avanzando en nuevo modelo de gestión estatal, entregándosela al sector privado; así no hace falta privatizar”.

En ese sentido se preguntó si “no es el colmo que en el Ministerio de Trabajo haya funcionarios de Techint. Parece que quieren un país manejado por sus propios dueños”. Lo que no dijo Kicillof es que junto a esos “dueños”, tales como diversos gerentes de grandes empresas que están al frente de ministerios y secretarías, se encuentran algunos de sus excompañeros, como el ministro Lino Barañao, el presidente de YPF Miguel Galuccio y parte del personal que dirigía Florencio Randazzo en el ministerio de Interior y Transporte. Un detalle.

Una vez más, desmarcándose de lo que está realizando Cambiemos en términos económicos, Kicillof dijo que “la vocación del Gobierno de Macri y los sectores a los que representa es hacer el ajuste” y esto no se debe “a una ´pesada herencia´”. La economía está creciendo, la inflación se estaba desacelerando, pero si se revierte que se hagan cargo de sus acciones, que se saquen las caretas porque será responsabilidad del nuevo Gobierno”, agregó.

“La devaluación se trasladará a los precios de la canasta familiar” y sólo podría controlarse si Cambiemos da continuidad a programas como “Ahora 12, Precios Cuidados, Procrear, Progresar”. Pero aunque Macri mantenga esos planes de contención económica e impulso al consumo, según Kicillof también podrá caer “el empleo”.

Y dio una vuelta de tuerca más, queriendo demostrar que él no pudo hacer nada frente a la escalada de precios producida durante las últimas semanas de su gestión como ministro. “No hay ningún lugar en el mundo donde un candidato anticipe una devaluación. Lo hicieron para perjudicar, generando un clima de incertidumbre”, dijo, dando a entender que el gobierno de Cristina quedó “presa” de la especulación empresaria sin poder tomar medidas que frenen la inflación de esos días.

El actual diputado nacional por el Frente para la Victoria intentó a su vez barnizar con cierta épica al proceso del que formó parte. “Néstor y Cristina dieron vuelta la tortilla y empezaron ocupándose de los que menos tienen, de los que nadie se ocupaba. Fue el mejor plan de crecimiento económico: redistribuir para crecer. A eso le llamamos peronismo en la Argentina”, afirmó buscando contraponer los doce años de kirchnerismo con esta nueva etapa política. Lo que tampoco dijo fue que su candidato para enfrentar a Macri fue nada menos que Daniel Scioli, el mismo que en su campaña (a través de sus voceros económicos sobre todo) anunciaba también una ajuste de la economía frente a la situación que iba a dejar el gobierno saliente.

Para finalizar, Kicillof agradeció la presencia de las miles de personas que se congregaron en Parque Centenario y destacó que van “a tener paciencia porque somos democráticos. Nos vamos a tomar el tiempo necesario para explicar lo que hicimos y lo que están haciendo hoy en la Casa Rosada porque juntos y organizados no van a poder callarnos”. Obviamente, los aplausos de la concurrencia se multiplicaron.

“Ganaron una elección por el 1%, pero ganaron y merecen estar gobernando, pero eso no los habilita a avasallar leyes, nuestra Constitución y derechos”, enfatizó. Y en un tono más eufórico y hasta “combativo” lanzó que “mucho menos van a desafiar nuestros bolsillos ni el de los jubilados, ni de los trabajadores; no tienen derecho a hacerlo”.

Una impostura, viniendo de quien ocupó el Ministerio de Economía durante años y no sentó las bases para que el conjunto de la clase trabajadora (jubilados incluidos), deje de perder poder adquisitivo con cada nuevo punto inflacionario y en no tenga que seguir haciendo malabares para llegar a fin de mes y arañar la canasta familiar.