En la tarde del viernes 12, el ex Ministro de Economía y actual diputado del FpV, visitó la Universidad de General Sarmiento en GBA. Entre el relato y los 90; dejó más preguntas sobre la herencia menemista.

Daniel Lencina @dani.lenci
Martes 16 de agosto de 2016 08:35
En el salón Multiespacio de la UNGS, con la presencia de las autoridades, entre ellos la rectora Gabriela Diker, el rector de la UNPAZ Federico Thea y la presencia de diputados nacionales del FpV; Wado de Pedro y Rodolfo Tailhade, se presentó el orador central Axel Kicillof.
Lo que parecía una presentación del Observatorio de Precios, fue en verdad una conferencia acerca de las políticas universitarias y temas de la agenda política actual.
En la cuestión de precios, dijo que el gobierno de Macri está llevando un ataque tan grande que es comparable al Rodrigazo (mediados de 1975), a la destrucción que provocó la dictadura de 1976, a la hiperinflación de finales de los 80 y finalmente a la crisis del 2001.
Lentamente la conferencia fue girando hacia el debate de que universidad necesitamos.
El ex Ministro criticó a la ley de Educación Superior (LES) implementada por Menem y remarcó los logros de la era K y la (supuesta) inclusión. Partió de su experiencia en Cs. Económicas de la UBA y relató cómo vivió la implementación de la LES y mencionó la resistencia estudiantil a la misma.
Explicó que esa ley implemento los pos grados pagos y el achicamiento de las carreras. Criticó el “pensamiento único”.
Apuntando contra el actual ahogo presupuestario implementado por el Poder Ejecutivo, dijo que en los 90 – usó frases como “ya lo decíamos”-, el problema no es la universidad pública sino el “proyecto de país”
Te puede interesar: El malestar en la universidad
Tuvo razón cuando dijo que “aunque no privatizaron formalmente, la privatización de la universidad se consiguió igual” y explicó que si bien la universidad tenía plata para pagar los sueldos, no tenía plata para la investigación; y por eso convertía a cada área en una pequeña Pyme porque se veían obligadas a buscar su propio financiamiento. Agregó que esos resultados estaban orientados al beneficio de empresas privadas.
También se refirió a la Reforma Universitaria de 1918 en particular sobre estructura “monárquica y monástica” de la misma y de lo antidemocrático del gobierno universitario.
Luego de la propaganda contra las políticas neoliberales de los 90, tuve la ocasión de preguntarle, en calidad de periodista de este diario y candidato a Consejero del IDH (Instituto del Desarrollo Humano) por el Frente de Estudiantes de Izquierda, lo siguiente:
¿Por qué bajo el kirchnerismo no se derogó la Ley de Educación Superior?
Axel Kicillof: “Si mira… yo la verdad es que ahora que estoy en el Congreso, la verdad es que es espantoso lo que voy a decir, pero no me voy a privar de decirlo. Pero muchas veces con la misma Ley se puede hacer una cosa y la contraria. Esa es la verdad de la milanesa. Porque, por más ley buena que tengas, si el Poder Ejecutivo quiere desvirtuarla…te doy casos muy claros: el gobierno de Macri dijo que iba a conservar el Ahora 12, Procrear, Progresar… los hizo pomada. Y el plan es el mismo y la idea es la misma. Es decir que con la misma cáscara adentro se puede poner un huevo, o una cosa agria como el huevo de la serpiente. Y a mí me da la impresión de que lo que ocurrió en la Argentina, después de 40 años de neoliberalismo, había un montón de instrumentos institucionales que venían del neoliberalismo. Y algunos no tan institucionales como el caso de una YPF privatizada. Y las políticas van teniendo su propio desarrollo. Yo no les tengo que explicar a ustedes. (…) por ejemplo la Ley de Educación Superior abría las puertas al arancel, al sistema arancelado. Con lo cual un gobierno que no quiere arancelar puede derogar o no la Ley de Educación Superior. De la misma manera que el primer día que asumió Macri, por decreto, también podía cambiar una ley si hubiéramos cambiado la Ley de Educación Superior. Con esto no quiero decir que las leyes no tengan significación ni importancia política. La tienen. O que la lucha en el parlamento no importa. No es así. Por eso estuvimos allí enfrentando el tarifazo.
Pero es cierto que hay mucho margen de acción. Por eso yo no me fijaría en que es lo que quedó, sino que pasó con el sistema universitario, con los sueldos de los docentes, con la universidad como un instrumento de lo que se dice “ascenso social”. Yo daba clases acá y en la Universidad de Quilmes y son primera generación de estudiantes universitarios. Bueno eso fue resultado de determinadas políticas”.
La pregunta incomodó a Kicillof, ya que su proyecto político, nunca fue terminar con la herencia menemista. Menos aún, tocar los grandes intereses millonarios que manejan a su antojo los radicales y peronistas en las universidades de todo el país.
Tampoco terminó con la reforma laboral de los 90. La precarización laboral fue el verdadero motor del crecimiento bajo el kirchnerismo; que en la UNGS se da bajo la modalidad MAF, la precarizando a los docentes.
Su proyecto no es el de “empoderar” al pueblo, y en este caso al movimiento estudiantil para tirar abajo la herencia de Menem, cuestionar el carácter de clase de la universidad y terminar con la mercantilización de la universidad. El único camino para tirar abajo toda la herencia neoliberal, es levantando una estrategia de autoorganización estudiantil, desde las bases, para pelear junto a los trabajadores de la educación, por poner la universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo.
Lejos de ello, como sabemos la LES, consiguió su objetivo de elitizar la universidad, devaluar el título de grado (el ex Ministro sabe de “devaluaciones”…), y se multiplicaron los acuerdos con las grandes multinacionales que llegan a modelar carreras enteras. Esto abrió las puertas a instituciones privatistas como la CONEAU (Comisión Nacional para la Evaluación y Acreditación Universitarias) integrada por funcionarios del gobierno de turno y de universidades privadas, cuyo trabajo sucio consiste en poner los conocimientos que produce la universidad al servicio del mercado. El objetivo estratégico es que solo se reciba una elite calificada, capaz de maximizar las ganancias capitalistas, en base a la explotación y la precarización del trabajo (Ver el Manifiesto por la anulación de la Ley de Educación Superior).
Te puede interesar: En UNGS queremos consejeros contra el ajuste
Finalmente, no estaría siendo cierto eso de que con una ley “se puede hacer una cosa y la contraria”. El bloque del FPV en el Congreso votó la entrega a los buitres, fue la primera ley del gobierno de Macri: pagarle una montaña de plata a los yanquis y contó con los votos del kirchnerismo. Extraña forma de “enfrentar a la derecha”. Por eso no hay plata para la educación
La UNGS es hija directa de la LES, los posgrados pagos van en detrimento del título de grado. El sistemático recorte de ofertas horarias dificulta a miles de estudiantes que son trabajadores e hijos de trabajadores, queden imposibilitados de cursar una carrera universitaria. Mientras tanto el plan de becas no se propone resolver los problemas económicos de miles de jóvenes para asegurar el acceso a las carreras de grado, combatir la deserción y lograr una mayor cantidad de graduados. Para el capitalismo argentino, la educación pública no es rentable. No lo fue bajo el kirchnerismo y tampoco lo será bajo el gobierno de Macri.
Por eso la tarea del momento es fortalecer la campaña, para que este 17 y 18 de agosto se exprese una voz para democratizar los órganos de gobierno con mayoría estudiantil, terminar con la precarización a los docentes –al que Kicillof nunca nombró- y para que la universidad este realmente al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre.
Un verdadero programa para democratizar la universidad debe resolver el problema del presupuesto. Hay que partir de aumentarlo en base al impuesto progresivo a las grandes fortunas, y desde luego en base al no pago de la deuda externa. Algo que no hizo, y no estaba dispuesto a hacer el kirchnerismo.
Lejos de ello, los empresarios y sus socios del imperialismo yanqui, al decir de Cristina; “se la llevaron en pala”.
Te puede interesar: http://www.laizquierdadiario. com/Autocritica-cero-Axel- Kicillof-comenzo-su-campana- electoral-en-Malvinas- Argentinas

Daniel Lencina
Nacido en Buenos Aires en 1980, vive en la Zona Norte del GBA. Integrante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 1997, es coeditor de Diez días que estremecieron el mundo de John Reed (Ed. IPS, 2017) y autor de diversos artículos de historia y cultura.