En su carta agradeció al Presidente y planteó una visión de su gestión y la situación económica en contradicción con el tendal de millones de pobres que existe en el país. El ex ministro de Desarrollo Productivo ratificó su crítica al rol de la secretaría de Energía y de la empresa IEASA, alineados con la vicepresidenta.
Diego Iung @IungDiego
Lunes 6 de junio de 2022 20:05
Luego de que Alberto Fernández le pidiera la renuncia en la tarde del sábado, empujado por la denuncia de la vicepresidenta contra funcionarios del Gobierno que venían realizando declaraciones en su contra, finalmente el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas renunció en la tarde de este lunes
El ex ministro, quién será reemplazado por Daniel Scioli, se reunió con Alberto Fernández, a quién le entregó una larga carta de 14 páginas. En ellas se dedica centralmente a reivindicar su propia gestión al frente del ministerio, enumerando una serie de supuestos logros económicos. En los mismos pasa por alto la dramática situación social que vive el país, con una inflación proyectada para el año que se espera supere largamente el 60 % y una pobreza que alcanza al 37 % de la población.
En su propio relato, el economista llega a citar al cantante cubano Silvio Rodríguez: “He preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado”, a propósito de algunas iniciativas extranjeras en el área industrial. Insólita comparación del ministro denunciado por su exaltado lobby de la megaminería con la enorme gesta de la revolución cubana y su expropiación al imperialismo. De lo que “se sabe demasiado” es acerca de las nefastas consecuencias contaminantes de estas empresas multinacionales amparadas por el Gobierno y denunciadas por las organizaciones ambientalistas.
“la inversión productiva se expande con vigor, destacando la fuerte recuperación de la actividad industrial, en la construcción, la energía y una renovada inversión en minería y energías alternativas”, este es el tono que acompaña toda la carta. Muy lejos de una realidad donde el empleo creado es precario e informal y las perspectivas de la mayoría de la población apuntan a un empeoramiento de la situación económica del país.
“Injusta acusación de la vicepresidenta”
Aunque el ministro no eludió el debate con Cristina Fernández de Kirchner, luego del acto conjunto entre el Presidente y su vice, se ve que Kulfas decidió acatar las órdenes de arriba y no seguir profundizando la interna. Vaca muerta los une.
Entre sus críticas, el ministro cuestionó que la secretaría de Energía “no fue capaz de crear un sistema de segmentación de tarifas y cobrarle a los sectores ricos y sectores de ingreso medio-altos una boleta de luz y gas sin subsidios”.
También criticó a este sector un “internismo dentro del internismo” que vendría a tener como consecuencia el enlentecimiento de los procesos destinados a la creación del gasoducto Nestor Kirchner, destinado a transportar el gas producido en Vaca Muerta. Y planteó su deseo de que “pueda iniciarse rápidamente porque representa una posibilidad concreta de lograr el autoabastecimiento gasífero”.
Aunque Kulfas también ratificó sus críticas a la licitación realizada por la empresa IEASA (cuyos miembros responden a Cristina Kirchner) y sus dichos en AM 750, parece que la posibilidad de avanzar en dicho gasoducto y la perspectiva de un nuevo y cualitativo empuje de la producción gasífera internacional (de la mano de la crisis provocada por la guerra en Ucrania), viene llevando a matizar los humos de la interna. Al menos por el momento.
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En su misiva, el ex ministro, uno de los más cercanos al Presidente, no perdió la oportunidad de saludar y agradecer a los ministros y funcionarios del llamado "albertismo", así como a los integrantes de lo más rancio de la entregadora cúpula cegetista. No es para menos, la complicidad de la dirección sindical con el Gobierno sin llamar a un solo paro en momentos de fuerte deterioro de las condiciones de vida de las grandes mayorías fue un verdadero acto de voluntad contra el pueblo trabajador.
La gestión de Kulfas, dedicada a administrar, junto al resto del gabinete económico, el derrumbe de las condiciones de millones de trabajadores en estos años concluye. En su lugar asume el ex menemista Daniel Scioli, quién viene de hacer buenas migas con Bolsonaro al frente de la embajada Argentina en Brasil. Nada bueno que esperar para las grandes mayorías.