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Red Internacional
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Sociedad. La Alborada y la lucha por la emancipación de la mujer trabajadora

El periódico La Alborada apareció por primera vez el domingo 10 de Septiembre de 1905, editado en Valparaíso y más tarde en Santiago. Se trataba de una publicación quincenal y se auto titulaba como “Defensora de las clases proletarias”.

Ana Lopez

Ana Lopez @analopezd Historiadora

Martes 27 de enero de 2015

Este periódico fue dirigido por la obrera tipógrafa Carmela Jeria y contó con la colaboración, entre otras, de Eloísa Zurita de Vergara y Esther Valdés de Díaz, dos destacadas luchadoras obreras de la época. Tenía como colaborador, entre otros, a Luis Emilio Recabarren.

Eran años de fuertes luchas sociales, de organización del movimiento obrero y de huelgas ‘salvajes’, también de la represión y las grandes matanzas obreras. En este contexto, un grupo de mujeres trabajadores del área de la costura y textilería se organizó desde una doble condición: su lugar de clase como trabajadoras y su posición de género como mujeres.

En las páginas de La Alborada se denunciaba la explotación social, los bajos salarios y la miseria, pero también la situación que viven las mujeres, la desigualdad y opresión o la falta de derechos. La perspectiva feminista aparecía como denuncia a las condiciones de vida de las mujeres, como intento de lucha y demanda activa por transformar esta situación.

La Alborada se proponía luchar por “el adelanto moral e intelectual de la mujer obrera y también por nuestros hermanos en sufrimientos ”. Para ello, la mujer debía “tomar parte en la cruenta lucha entre el capital y el trabajo e intelectualmente debe ocupar un puesto, defendiendo por medio de la pluma a los desheredados”. También se señalaba como objetivo que “la mujer, algún día llegue al grado de adelanto del hombre, que tenga voluntad propia y se emancipe del pesado yugo de añejas creencias que la oprimen y sea en un todo de conciencia independiente ”.

Las mujeres que escribían este periódico se situaban desde un espacio específico, en su condición de mujeres y de obreras, como integrantes de la “familia proletaria” pero también en su especificidad de mujer. Es este lugar de identificación el que las impulsó a la organización y la lucha, que las inspiró a introducirse en el mundo público, que las potenció para formar sindicatos y escribir su propia prensa. Pero también desarrollaron un discurso y demandas feministas, en la medida en que enfrentaron la indiferencia y el machismo.

¿Qué temas aparecían en La Alborada? Los problemas del trabajo, la explotación, la lucha por las conquistas laborales, la denuncia al trabajo nocturno femenino e infantil. Pero también temas relacionados con la familia, la maternidad, la Iglesia y la vida cotidiana. En su relación de clase, el periódico denunciaba la explotación del trabajo, pero también visibilizaba inquietudes específicas como mujeres, la necesidad de luchar por alcanzar, al menos, el grado de desarrollo de los hombres, su libertad fuera del hogar y el espacio público.

¿Cómo aparecía en La Alborada la figura de la mujer? En las notas escritas por trabajadoras se enfatizaba la lucha por la emancipación, la conquista de derechos y su reconocimiento como “sujetos”. “Deseo que se concluya la iniquidad social … Deseo que juntamente, con las mismas libertades, se emancipe a la mujer de todas las imposiciones y prejuicios odiosos” , decía Carmela Jeria, “cuando las hijas del pueblo se encuentren libre, por completo, de añejas preocupaciones, de torpes rutinas, entonces caminarán resueltas y serenas, projetidas por sus propias enerjías intelectuales, a conquistar aquellos derechos que hasta hoy han sido monopolio esclusivo del hombre”.

Desde su número 20, La Alborada se publicó en Santiago y se denominó como publicación Feminista, lo que se reflejó en un aumento de los artículos sobre los problemas referidos a las mujeres, proponiendo campañas específicas por sus derechos, denunciando sus condiciones de vida y reivindicando su papel. Hay en esta denominación un carácter auto afirmativo, un esfuerzo por enfatizar más las temáticas femeninas y feministas e inclusive pro criticar a sus ‘compañeros de lucha’, los obreros, que eran muchas veces indiferentes a sus demandas.

La Alborada también denunciaba la naturalización de las relaciones entre hombres y mujeres. La mujer ha sido vista como “el mueble obligado del hogar, la nodriza encargada de crear vástagos o la esclava dispuesta a obedecer humillándose” . Esta doble opresión de género y clase se visibiliza, como también la necesidad de lugar contra la ‘esclavitud’ del hombre como de la sociedad. Se criticaba la situación de la mujer “sujeta por las necesidades de la vida, a su Dios y señor, el hombre”.
Las mujeres trabajadoras también cuestionaron a sus compañeros de clase, acusándolos de complicidad en la situación que vivían, señalando que “cuando las hijas del pueblo se encuentren libre, por completo, de añejas preocupaciones, de torpes rutinas, entonces caminarán resueltas y serenas, projetidas por sus propias enerjías intelectuales, a conquistar aquellos derechos que hasta hoy han sido monopolio esclusivo del hombre” .

La Alborada se publicó entre 1905 y 1907, fue el primer periódico editado y dirigido a mujeres trabajadoras. Con esta publicación se inauguró la tradición del feminismo obrero, que articuló la lucha por las demandas de género con las de clase. Este feminismo obrero continuó con la visita de la feminista anticlerical española Belén de Sárraga, que recorrió el país y las ciudades del norte salitrero de la mano del Partido Obrero Socialista, con la ayuda de Teresa Flores y Luis Emilio Recabarren, los que impulsaron la formación de centros de mujeres con su nombre. La Federación Obrera de Chile incluyó también en el Comité Ejecutivo de 1919 a Teresa Flores.
También en países como Argentina existieron periódicos obreros femeninos, como fue el caso de “La Voz de la Mujer”, “Tribuna Femenina” o “Unión y Labor”.

Junto con este movimiento de mujeres obreras feministas, surgió también el feminismo de clase media y alta; cada uno enfatizó aspectos específicos de la lucha por los derechos de la mujer, confluyendo en demandas como el sufragio, pero enfrentándose sobre todo aquellas que se referían al trabajo o la Iglesia Católica. Desde 1920 el feminismo se concentrará sobre todo en la lucha por los derechos civiles y políticos, especialmente el derecho a voto, con un carácter más bien pluriclasista.

La experiencia de La Alborada y estas mujeres trabajadoras es fundamental para las preguntas que enfrenta el feminismo en la actualidad, sobre todo aquellas que dicen relación con la perspectiva de liberación y emancipación del patriarcado y el capitalismo.

La Alborada puede consultarse en: www.memoriachilena.cl

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[1La Alborada. Publicación Quincenal. Carmela Jeria. “Nuestra Primera Palabra”. Página 1. Valparaíso, Domingo 10 de Septiembre de 1905, Año I, N°1

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[3La Alborada, Publicación Quincenal. Florentina Bustos. “Aspiraciones”. Página 2. Valparaíso. Primera Quincena de Febrero de 1906. Año 1, N° 9

[4La Alborada, Publicación Quincenal. Carmela Jeria. “Tras el bienestar”.
Portada.Valparaíso. Segunda Quicena de Julio de 1906. Año 1, N° 17.

[5La Alborada. “Adelante¡”. Portada. Santiago, Diciembre 16 de 1906. Año II, N° 24.

[6La Alborada, Publicación Quincenal. Valparaíso. Segunda Quicena de Julio de 1906. Año 1, N° 17. “Tras el bienestar”. Carmela Jeria, Portada.