¿La Asamblea abierta convocada por el Sindicato GAM es un hito de la coyuntura o la posibilidad de plantear una perspectiva de cómo enfrentar a la derecha y sus reformas?

Dauno Tótoro Santiago
Miércoles 6 de marzo de 2019
Estudiantes de distintas Universidades y Liceos, trabajadores y trabajadoras de Integra, Correos de Chile, de la Industria, de la Zona Norte de Santiago; trabajadores y trabajadoras de la cultura, las artes y la educación. Funcionarios/as públicas/os, del sector bancario, dirigentas feministas de la Coordinadora 8 de marzo, militantes de izquierda. Fuimos una diversidad de sectores y personas las casi 300 que nos hicimos parte de la convocatoria realizada por la comisión de mujeres del sindicato GAM a una Asamblea Abierta para preparar el 8 de marzo.
Las mujeres trabajadoras del GAM nos contaron su experiencia de lucha, tanto a nivel sindical como en campañas políticas: era emocionante escuchar sobre los primeros días de su comisión, cuando impulsaron la lucha por #NiUnaMenos; también, que levantaron una fuerte campaña por el aborto legal, libre, seguro y gratuito, como una en repudio al asesinato del comunero Camilo Catrillanca en manos de la policía. Así se motivaron más compañeras a tomar la palabra, haciendo un diálogo enriquecedor y con un ímpetu combativo, para fortalecer la convocatoria hacia la huelga del 8M.
Se votaron una serie de resoluciones, centradas en levantar una voz política en la marcha, un bloque con las mujeres trabajadoras al frente para enfrentar a la derecha y sus reformas precarizadoras. El diálogo en el espacio se realizó en torno a la gran tarea del movimiento de mujeres en el país: ser un articulador de las luchas de trabajadores, migrantes, estudiantes y pueblo mapuche, sin confianza alguna en la ex Nueva Mayoría.
Se planteó también que el Frente Amplio y el Partido Comunista han centrado su estrategia en buscar acuerdos con la oposición parlamentaria, incluida la golpista y anti aborto Democracia Cristiana, acompañado esto de “movilizaciones por hitos”, desligadas unas de otras. En última instancia, no es una estrategia que se proponga echar abajo las reformas de este gobierno sin mayoría y poner en jaque el intento de ofensiva de la derecha.
Esta asamblea puede ser mucho más que un hito aislado. Puede marcar un punto de cómo enfrentar el segundo año del gobierno de Piñera y sus intentos de reformas. Tenemos que aprender de las trabajadoras del GAM, que con esta asamblea nos muestran un camino a seguir: la organización y confianza en nuestras propias fuerzas, para que se vuelva a reponer “la calle” en la agenda política.
Sólo podrá ser esa fuerza desplegada la que podrá enfrentar consecuentemente a este gobierno de empresarios, superando las “movilizaciones por hitos”, y desarrollando un plan de lucha que articule todos estos sectores.
Además de ser un bloque el 8M, decidimos manifestarnos contra la venida de Bolsonaro a Chile, hecho político que ocurre en el marco de la reunión de los amigos de Trump en América Latina: la primera cumbre de Prosur, bloque internacional impulsado por Piñera y su Grupo de Lima, la que se realizaría el 21 de marzo.
Hacia el 8 de marzo, y en miras del inicio del año legislativo, con las reformas que prepara el gobierno, necesitamos multiplicar este tipo de experiencias. Que las centrales sindicales y Federaciones estudiantiles las tomen en sus manos y las multipliquen, para que seamos miles discutiendo abierta y democráticamente cómo plantearse una perspectiva para hacerle frente a la derecha.
Si se despliegan, fortalecen y crecen estas iniciativas, podremos avanzar y superar lo que hizo el movimiento estudiantil el 2011: que el segundo año de la derecha en el gobierno sea el que le abra paso una verdadera y consecuente oposición: en las calles, y basada en la unidad amplia, democrática y desde la base de estudiantes, trabajadores/as y mujeres.