En la Escuela Vucetich de Berazategui fuerzas “especiales” se capacitan técnica y doctrinariamente con especialistas en aniquilar palestinos y blindar militarmente al Estado de Israel.
Daniel Satur @saturnetroc
Jueves 17 de noviembre de 2016
Prácticamente no hay información oficial y el ministro de Seguridad provincial Cristian Ritondo apenas lo dice si se lo preguntan. Sin embargo, desde hace meses el Gobierno de María Eugenia Vidal viene preparando instancias de “capacitación” y “formación” para la Policía de la Provincia de Buenos Aires recurriendo a expertos de algunas de las fuerzas represivas más brutales y sanguinarias del mundo.
En ese marco, desde el lunes 31 de octubre expertos en “seguridad” del Estado de Israel se hospedan en las instalaciones de la Escuela de Policía Juan Vucetich, ubicada en el Camino Centenario a la altura del límite entre La Plata y Berazategui.
Si bien se desconocen los detalles del “plan de estudios”, la instancia de formación incluye cursos de manejo de armamento y tecnología de guerra fabricados en Israel, adoctrinamiento en “conducta animal” para salir a la calle y enfrentar a los “enemigos” e incluso adquisición de los idiomas inglés y hebreo.
Además de esta instancia presencial de capacitación, surgida de un convenio firmado entre la provincia argentina y el Ministerio de Seguridad de Israel a cargo de Gilad Erdan, Cristian Ritondo confirmó que también se está desarrollando una instancia virtual o “ciber” con instructores de la policía española.
El hecho de contratar los “servicios” de policías como las de Israel, España o Colombia, así como de agencias estadounidenses como la DEA y el FBI, no es para nada nuevo. De hecho durante toda su gestión el gobernador kirchnerista Daniel Scioli realizó varios viajes al exterior en busca de tecnología y asesoramiento para reforzar y modernizar la represión social con el brazo armado provincial. Israel, por caso, fue uno de los destinos preferidos de Scioli y su ministro Ricardo Casal.
Quizás por eso desde el Frente para la Victoria decidieron “cubrir” a Vidal y Ritondo, llamándose al más mortuorio silencio frente al desembarco, hace ya semanas, de un grupo de entrenadores israelíes en el predio del Parque Pereyra.
“Estar cada vez más preparados”
Uno de los clichés preferidos de la Gobernadora y sus funcionarios, desde que asumieron en diciembre del año pasado, es que su gestión heredó una fuerza policial con tantas deficiencias en cuanto a equipamiento y capacitación como “mafias” hay enquistadas en sus filas. Como para “confirmarlo” a Vidal pareció haberle alcanzado con mostrar un par de escándalos de corrupción uniformada, con sobres de dinero hallados en dependencias departamentales o escuchas en las que aparecen oficiales en conversaciones de compraventa ilegal.
Incluso la propia jefa del Estado provincial dice verse “amenazada” desde la Bonaerense, acumulando pequeños “atentados” en su contra en menos de un año de gestión.
Con ese panorama, cuando a mediados de junio Vidal y Ritondo lanzaron el “Programa de Formación y Capacitación para la Policía de la Provincia de Buenos Aires” nadie preguntó demasiado de qué se trataría. Es más, la propia Gobernadora creyó tranquilizar a quien dudara, afirmando que con un período de instrucción más extenso (nueve meses) en el que miles de cadetes aprendan “a enfrentar casos de violencia de género o incumplimiento de los derechos humanos”, se estaría formando una Policía diferente, moderna y al servicio de la comunidad.
Fue en ese mismo momento que su ministro Ritondo resaltó que los aspirantes a ingresar a Bonaerense deberán cumplir “un trabajo intensivo en formación” y que para ello hasta los docentes de la escuela Vucetich recibirían el “apoyo de expertos internacionales”.
Con el correr de los meses, los 1.700 futuros agentes que se instruyen en “la Vucetich” fueron viendo de qué se tratan las incorporaciones e innovaciones en su formación.
Una de las últimas novedades fue, justamente, la llegada de instructores de la policía israelí para capacitar teórica y prácticamente a miembros de “fuerzas especiales” de la Bonaerense.
Quizás pensando en la pronta llegada de las fuerzas sionistas a territorio bonaerense, Ritondo dijo a mediados de octubre que “un buen efectivo es el que puede capacitarse y reentrenarse más, para que de esta manera la Policía recupere ese orgullo que durante años se lo hicieron perder”. Lo que no aclaró el ministro es al orgullo de qué época se refiere. ¿A la de Camps y Etchecolatz? ¿O a la de Duhalde y Klodzick?
Sobre eso también calla Ritondo. Y sobre eso parece no querer preguntarle tampoco ninguno de sus interlocutores. Por caso, cuando en agosto se reunió con senadores bonaerenses como el kirchnerista Sergio Berni y el massista Jorge Donofrio, todos coincidieron en que este proceso de “capacitación” para “modernizar” a la Bonaerense es más que necesrio.
Racistas, colonialistas y genocidas
Quizás con decir “Policía de Israel” alcance y sobre. Pero por si acaso alguien duda de quiénes son los que en estos momentos están instruyendo a la Bonaerense, algunas consideraciones pueden hacerse.
El mes pasado el jefe de la policía israelí, Roni Alsheich, dijo en una reunión con abogados en Tel Aviv que para la fuerza que él conduce es “normal sospechar de árabes y etíopes” en los territorios en los que actúa. “En todo el mundo es un hecho que los inmigrantes están más involucrados en crímenes que otras personas”, agregó Alsheich, quien pareció anticiparse así a la fiebre xenófoba y racista desatada tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Vale recordar que las fuerzas policiales y militares israelíes son las más sofisticadas y poderosas del mundo, luego de las estadounidenses, y desde hace décadas cuentan con un financiamiento y coordinación permanentes por parte del Gobierno yanqui. Algo que le permitió al Estado sionista desplegar al máximo toda sus políticas colonialistas y criminales contra la población palestina en las franjas de Gaza y Cisjordania.
En sintonía con los conceptos del jefe policial, en varios videos que “promocionan” la capacidad de acción y el poder de fuego de la fuerza, los mismos agentes policiales israelíes se autodefinen como “luchadores” para quienes “el sentimiento de hacer justicia es poderoso”.
“Justicia” es para ellos, obviamente, perseguir, torturar, violar, robar y asesinar a cuanta persona palestina (hombre, mujer, anciano, adolescente, niña o niño) se le cruce en el camino.
Por estos días el jefe del xenófobo jefe policial Alsheich, el ministro de Seguridad Guilad Erdan, sonrió ante la prensa local y dijo estar muy “satisfecho porque ya está comenzando a dar frutos” su gestión. “Durante el último año, gracias a un trabajo muy duro de la policía, logramos frenar la ola de terrorismo en Jerusalem y los números lo demuestran”, señaló Erdan. Esos números hablan de operativos, detenciones y deportaciones de personas no israelíes; ocultando, claro, la cantidad de asesinatos, torturas, desapariciones y violaciones efectuadas por los miembros de sus fuerzas.
Esta semana, mientras efectivos de la Bonaerense se entrenan a las órdenes de uniformados sionistas, el ministro Erdan recibe a una comitiva del Gobierno nacional encabezada por la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
El encuentro se dio en Tel Aviv, en el marco de la Cuarta Conferencia Internacional “Israel HLS & Cyber 2016”, un evento bienal en el que se exhiben tecnologías y otros recursos militares y policíacos de la industria israelí. Hasta allí fueron Bullrich y otros funcionarios para ver con qué nuevos “juguetes” armar a gendarmes, prefectos y policías federales.
La idea, claro, es preparar aún más al aparato represivo del Estado frente a un panorama de mayor crisis económica y social donde el macrismo pretenderá reforzar la represión a la protesta y la criminalización de la clase trabajadora y el pueblo pobre.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).