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Red Internacional
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Inflación. La CGT marcharía contra “los formadores de precios”: ¿y si probamos con paros y control obrero?

Tras los dichos de Federico Braun, dueño de supermercados La Anónima, dirigentes cegetistas hablaron de una marcha por los precios. La CGT reúne a los sindicatos que producen, distribuyen y comercializan los alimentos (y todo lo que se nos ocurra). Hay otra salida.

Lucho Aguilar

Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2

Viernes 10 de junio de 2022 11:51

El “chiste” de Federico Braun, que dijo que la política de su cadena de supermercados ante la inflación es remarcar precios, generó un debate nacional. La confesión del empresario mercantil choca en medio de tanta pobreza, es cierto. Pero también choca la reacción de algunos funcionarios y dirigentes sindicales. ¿Pensaban que los precios los remarcaban los ángeles?

El nuevo capítulo lo abrió la CGT. Con la combatividad que la caracteriza, el consejo directivo de la central “rechazó enfáticamente” las expresiones realizadas por Federico Braun en el foro de AEA y señaló que “remarcar precios definitivamente no es el camino para aliviar la inflación”. Tiembla La Anónima.

Hubo otras declaraciones más críticas. Uno de ellos fue Omar Plaini, quien tras la reunión con la Unidad Piquetera señaló que “nosotros ya venimos analizando la posibilidad de una gran movilización contra los formadores de precios que se ríen de la situación que estamos atravesando”.

Pablo Moyano fue más picante. Dijo que lo de Braun “me dio asco esa expresión de ‘Yo aumento lo que se me canta cuando yo quiero’ en detrimento de millones de argentinos que la están pasando mal”. Entonces planteó que “es necesario desde la CGT convocar a una gran marcha para repudiar no solamente las expresiones, sino las políticas inflacionarias que llevan adelante estos empresarios”.

Es cierto que lo de Braun dip un asco y que la CGT debería hacer algo. El tema es qué hacer. ¿Qué efecto puede generar en los dueños de las grandes cadenas alimenticias, de supermercados, la agroindustria o los frigoríficos una marcha testimonial de la CGT? A lo sumo un descuento en vinos y budines para el miércoles siguiente.

Muy distinto sería si los sindicatos integrantes de la CGT tomaran “el asunto en sus manos”. ¿No son las miles de obreras y obreros del sindicato que conduce Rodolfo Daer los que producen los alimentos? ¿O en esos frigoríficos donde mandan el sindicato o la federación de la carne? ¿No son acaso los lácteos de ATIRLA los responsables de que millones tengan leche o queso en sus mesas? ¿Y los camioneros de Moyano no son los que transportan todo desde los centros de producción a los de venta? ¿No los esperan allí las y los mercantiles del gremio de Armando Cavalieri, en cada góndola, cada depósito, cada máquina de imprimir precios? ¿Y quién hace funcionar el Mercado Central?

Es más. Si los dirigentes cegetistas tienen dudas, ¿por qué no convocan asambleas en cada lugar de trabajo para que todos y todas opinen qué hacer?

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La clase trabajadora es la que produce, distribuye y vende todo lo que consumimos. Cuando Braun hizo su broma desagradable – y además mintió sobre el comunismo para rechazar cualquier control estatal – planteamos cómo podría ser una salida obrera al problema de la inflación y el hambre:

La sabiduría popular sabe que la remarcación de Braun no es joda. Por algo en el Sur la llaman “Ladrónima”. Hicieron su imperio saqueando los bolsillos de sus trabajadores y clientes. Eso podría tener una solución: ¿qué pasaría si los trabajadores y trabajadoras de La Anónima controlaran los precios junto a comités de usuarios? ¿Y si ese control se extendiera a quienes hacen funcionar las alimenticias? En un contexto de mayor crisis social, el rechazo de los empresarios a esas medidas plantearía la necesidad de la gestión obrera de esas grandes empresas. Contra la perspectiva de los dueños del país de amasar fortunas sin control y a costa de la pobreza de millones, mostraría otra salida: una que apueste a desarrollar la participación de la clase trabajadora, la que produce y distribuye todo lo que se apropian estos parásitos, en la planificación y gestión de una economía puesta al servicio de las grandes mayorías.

En esa perspectiva, lo que tendrían que hacer la CGT es poner toda la fuerza de la clase trabajadora para ponerle freno al hambre y la pobreza. Si los sindicatos y centrales realizaran un paro activo y un plan de lucha, con medidas como las que planteamos, uniéndose en las calles a las miles de familias desocupadas que se vienen movilizando, a los Braun se les desdibujaría la sonrisa de la cara. Porque se les trabaría la maquinita remarcadora y el poder de decidir sobre el estómago del pueblo trabajador.


Lucho Aguilar

Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.

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