Mediante un comunicado repudió “los violentos y vandálicos hechos" y respaldó a "las autoridades formal y legítimamente constituidas de ese gremio”. Moyano justificó la toma de la sede este lunes.
Martes 17 de diciembre de 2019 21:04
El lunes 16 de diciembre será recordado como un día de furia en la historia de la Unión Tranviaria Automotor. No será el primero, ni seguramente el último. Una medida de fuerza en 60 líneas continuó con una movilización al gremio y la toma de su sede. Adentro, Roberto Fernández y sus hombres. Afuera, la agrupación que conduce su ex ladero Miguel Bustinduy junto a su agrupación y choferes de líneas del Grupo Dota.
El malestar que hay en muchas líneas por los salarios y condiciones de trabajo quedaron en segundo plano de una disputa que tiene condimentos gremiales, políticos y hasta empresariales.
Hoy tuvo un nuevo capítulo. Por un lado, con la continuidad del paro de cerca de 50 líneas de colectivos. Por otro, con los primeros pronunciamientos del mundo sindical. El Consejo Directivo de la CGT sacó un comunicado donde dejó claro su apoyo a la conducción de Roberto Fernández y el rechazo al Bustinduy.
"La CGT respalda y reconoce a las autoridades de la UTA, que conducen esa organización confederada, y rechaza la intrusión de grupos violentos en su sede, la destrucción del patrimonio de los trabajadores y el riesgo para la integridad física de quienes estaban en el gremio, ante la pasividad de los organismos judiciales y policiales porteños", dice el comunicado. Además se solidarizó con Fernández y sus colegas, "víctimas de la irracional violencia de quienes procuran arrasar con la institucionalidad".
La posición de la CGT deja otro párrafo memorable: “nuestra central obrera respeta la autodeterminación de todas y cada una de las organizaciones confederadas y la voluntad de sus trabajadores, pero la única manera reconocida y válida para expresar las diferencias internas es a través de los organismos deliberativos, que enriquecen a las instituciones y afianzan la democracia interna". Como si la “deliberación y democracia interna” fueran una bandera de las cúpulas que conducen la CGT, y en particular de la UTA. Son tan desconocidas las asambleas como conocidas las patotas que han intervenido contra trabajadores de la Línea 60, los Metrodelegados y decenas de conflictos del transporte en los últimos años.
También hubo un posicionamiento de la CATT (Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte), en un tono similar. El importante agrupamiento que nuclea a sindicatos como ferroviarios, marítimos, camioneros y colectiveros sacó un comunicado que plantea “apostamos a que los trabajadores diriman sus diferencias dentro de la orgánica y la vida interna de cada organización” y asegura que “solo la unidad puede ser garantía de la lucha por la justicia social”.
Sin embargo, la “unidad” de los distintos sectores que se disputan la UTA no parece perseguir el objetivo de la “justicia social”. Ambos se acusan de responder a intereses políticos o empresariales ajenos a los trabajadores del volante.
Del otro lado quien habló fue Hugo Moyano. En los últimos meses Miguel Bustinduy se había sumado al armado sindical de Moyano, tras ser expulsado y proscripto en la UTA. Aunque negó tener relación directa con el referente opositor, Moyano justificó la acción y apuntó contra Fernández. En una entrevista radial dijo que Roberto Fernández debería dar un paso al costado. “Si yo fuera él, ya hubiera renunciado. ¿Cómo puede creer que tiene razón cuando miles de compañeros están protestando?Los afilados a la UTA se cansaron de denunciar. Los asaltaban todos los días, le cortaban un dedo,los mataban… No tienen obra social, salario. Los compañeros que hacen el barrido de nuestro gremio tienen mejor salario que ellos; claramente hay un reclamo válido que derivó en lo que sucedió ayer”.
Nadie sabe como continuará la disputa. Lo que parece claro es que ninguno de los dos sectores aspiran a que sea a través de “deliberaciones democráticas” donde puedan opinar quienes hacen funcionar todos los días el transporte urbano.