La Asamblea de este fin de semana ha confirmado la línea política de presión a ERC y JxCat, aunque crítica con el govern de la Generalitat.
Martes 21 de diciembre de 2021
Unos trescientos militantes han asistido a la Asamblea Nacional Estratégica y Organizativa que este fin de semana organizaba la CUP para decidir las líneas maestras de la organización. El Pabellón de Virrey Amat de Barcelona fue el lugar donde se reunieron y dónde se eligió la dirección de los cupaires ya pensando en lo que denominaron como su próximo desafío: las elecciones municipales de 2023.
El mensaje más importante que ha salido de la Asamblea es que se confirma la estrategia de la dirección de la CUP. La candidatura CUP-Guanyem, con Eulàlia Reguant, Dolors Sabaté o Carles Riera al frente, ha sido un proyecto, bajo el lema de “un nou cicle", para presionar al gobierno catalán haciendo uso de la bbancada de nueve diputados en el Parlament catalán. No han faltado críticas al gobierno catalán, pero conservando el objetivo de conformar un frente común con ERC y JxCat.
La intervención de la diputada Eulàlia Reguant, ha dejado muy claro una postura muy crítica ante el governde la Generalitat: "Hoy este Gobierno no superaría ninguna cuestión de confianza en materia de políticas de izquierda y de agenda independentista". Varias intervenciones han coincidido en las críticas al govern e incluso, aclarando que el grupo parlamentario cupaire votará contra los Presupuestos de Aragonés y Giró.
Reguant ha llegado a decir que "El gobierno de Aragonés y Puigneró se ha convertido rápidamente en un vodevil autonomista que no va en ninguna parte". También, denunció la represión de la Generalitat: “La Generalitat sigue haciendo el trabajo sucio de ‘Estado en materia de represión.” Represión que ha sido muy dura precisamente con la juventud independentista que se moviliza contra la represión del gobierno central. Por eso concluían que "mientras ERC sigue jugando a "peix al cove" sin "peix" y sin "cove", la represión sigue siendo galopante.”
"Avui el @govern no superaria una qüestió de confiança." 💬
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— CUP Països Catalans (@cupnacional) December 19, 2021
A pesar de toda esta crítica, la diputada cupaire mantuvo la exigencia a ERC y JxCat: “Por eso reclamamos que vuelvan al inicio de la legislatura.” Y además aclaraba que “La CUP no se ha movido de donde era ni se moverá de sus compromisos.” Pero no se dijo porque ERC y JxCat abandonaron los acuerdos de investidura. Los acuerdos solo los cumplió la CUP (investir el gobierno). Y todavía esperan que sus “socios” lo hagan.
A diferencia otros momentos hicieron un llamamiento a “recuperar los calle, hay que reorganizar el movimiento popular”. La dirigente de la formación anticapitalista decía que “aquello que no hemos conseguido parar por la vía de la negociación de los Presupuestos pararlo por la vía popular.” La visión es que sin “el aliento de la gente en la nuca del gobierno no podremos cambiar esta situación.”
Hasta ahora la CUP no ha convocado ninguna manifestación y su “oposición” al govern, solo ha sido de forma parlamentaria. La CUP participa de varias comisiones, piensa votar en contra de los Presupuestos, ha votado e impulsado la investidura de Aragonés, etc. Es decir que se ha dedicado en exclusiva a hacer política parlamentaria. Es la primera vez en meses que habla de movilizarse contra la política del gobierno y que denuncia “el vodevil autonomista”. Sin embargo, no queda claro como concretarían esta política de movilización popular en las calles.
Pero esta movilización no se puede limitar a la presión del gobierno. Ya hemos visto la “restauración autonómica” que iniciaron Torra-Aragonès y que continúan Aragonés-Puigneró. Ya hemos visto que ERC quiere participar del mayor ERO público de la historia apoyando el Icetazo (antes estaba la Ley Aragonés para subcontratar) y que JxCat no hará nada para oponerse. Es un “peix al cove” al mejor estilo Jordi Pujol. Sí que hay "peix": los Fondos europeos; y sí que hay "cove": las grandes empresas catalanas.
Esto es lo que explica que este gobierno no pueda aprobar “en materia de políticas de izquierda y de agenda independentista” ninguna moción de confianza. Porque gobierna a favor de las grandes empresas catalanas. Los presupuestos públicos son saqueados continuamente por estas empresas: las de la sanidad privada, La Caixa y muchas más que chupan el dinero de los trabajadores y el pueblo. Las mismas empresas que el 3-O de 2017 salieron corriendo del Principado, obedeciendo el mandato del Monarca. ERC y JxCat quieren que el 1-O sea un recuerdo lejano y la gran huelga del 3-O también. Y ante esto no hay ninguna presión que sea útil.
Ni ERC, ni JxCat volverán “al inicio de la legislatura”. La CUP puede esperar sentada a que vuelvan, porque esto no pasará. Aunque aquellos acuerdos no servían para organizar la lucha del pueblo contra los ajustes de los diferentes gobiernos y la política capitalista de gestión de la pandemia, ni ERC, ni JxCat harán nada que no sea gestionar la autonomía catalana: tienen muchos negocios en común con el poder de Madrid. ERC lo hará con más ganas y JxCat con sus muecas y quejas.
Por eso esta decisión va más allá de esta legislatura y el apoyo que, a pesar de las críticas, los cupaires mantienen al govern. La última década, y especialmente los últimos cinco años tendrían que ser la prueba inequívoca para la CUP de que no hay ningún camino a recorrer con ERC y JxCat si lo que se quiere es luchar por el derecho a la autodeterminación y para decidirlo todo. Quienes gobiernan en Palau tienen otro estrategia.
Por eso la dirección de la CUP se encontraba, otro vez, ante una encrucijada. Un camino le lleva a ser la sombra de los representantes políticos de la burguesía catalana. Ser la sombra de quienes gestionan los negocios de las grandes fortunas como los Fainé o la familia Daurella con las empresas del Ibex 35 y el Régimen del 78. Y el otro camino le lleva hacia la clase obrera, a la juventud precaria, a las mujeres explotadas y oprimidas y a ponerse en las trincheras frente al poder.