La izquierda independentista obtiene los mejores resultados electorales de su historia. Sus 10 diputados deberán optar entre ser la visagra de la hoja de ruta de Junts pel Sí o romper definitivamente con la política de mano extendida en lo nacional hacia CDC y ERC.
Martes 29 de septiembre de 2015
Foto: EFE/Jesús Dijes
CUP-Crida Constituent obtuvo un resultado de 10 escaños con un porcentaje de votos del 8,20%. Más que triplicaron su número de escaños y más que duplicaron el de votos respecto a las anteriores del 2012, en las que lograron entrar por primera vez al Parlament con 3 diputados y el 3,48% de votos.
La noche electoral de la CUP empezó a las ocho de la tarde, en el famoso Casino de l’Aliança del Poblenou. Al principio el local se fue llenando por un impresionante despliegue de prensa, tanto de los principales medios catalanes como otros del Estado español. A pesar del silencio respecto a la CUP de muchos de estos medios durante toda la campaña electoral, en especial TVE, el interés en la noche del 27S era mayúsculo y obligó a reservar la segunda planta del edificio sólo para los periodistas.
No podía ser para menos. Ya las encuestan habían venido vaticinando que la CUP ocuparía un papel central en el siguiente Parlament, tal y como se confirmo conforme avanzaba el escrutinio. Ellos tendrán la posible llave de cara a la mayoría absoluta del llamado bloque soberanista. Los 62 diputados de Junts pel Sí son uno menos que los 63 de las candidaturas que han dicho que votarán en contra de la investidura de Mas.
La CUP también se niega a hacer presidente a Artur Mas. Así lo expresó su candidata Anna Gabriel en el acto de clausura: “Nadie es imprescindible, ni Artur Mas”. Posteriormente en sus declaraciones a los medios Antonio Baños volvió a insistir en su oferta de apoyar un gobierno de concentración junto a los diputados que estén por impulsar un proceso constituyente y la desobediencia a la legalidad del Estado español. Una oferta dirigida tanto a los diputados de Junts el Sí -convergentes, republicanos e independientes- y a la lista de Catalunya Sí que es Pot.
El acto era una celebración descentralizada. Muchos militantes de las CUP fueron a sus otros ateneos en sus respectivos barrios y poblaciones a seguir los resultados electorales. A medida que se empezaban a tener los primeros resultados de escrutinio se empezó a llenar el local de militantes y simpatizantes de la CUP, llegando a reunir algo más de 300 personas.
Al principio en el ambiente se respiraba mucha ilusión. La encuesta de TV3 les daba entre 11 y 13 escaños. A su vez a JxSí le daban entre 64 y 66, con lo que con una abstención de la CUP habría sido suficiente para que Mas quedara investido. Una opción que el mismo Baños aceptó como posible en una reciente entrevista en Catalunya Radio.
Mucha gente permanecía fuera en una barra montada junto al Casino. Cerca de las diez de la noche se empezó a llenar todo el espacio del local y desplegar las banderas rojas y esteladas. La gente seguía las elecciones a través de una pantalla. Las diferentes conexiones en la sedes de los partidos emitidas por TV3 se podía observar las reacciones que generaban; silbidos hacia Artur Mas o gritos contra Ciutadans o a la intervención de Pedro Sánchez.
Con el 80 % del escrutinio quedaba confirmada una de las cuestiones que más preocupó: la fuerte subida de Ciutadans. Uno de los asistentes matizaba la alegría que se vivía planteando “celebro los resultados de la CUP pero lamento mucho que el resultado de Ciutadans sea 25”.
De igual manera su valoración del carácter plebiscitario no era el mismo que hicieron los dirigentes de JxSí en la plaza del Born. Mientras para Mas, Junqueras y Romeva ya se ha expresado una mayoría a favor de la independencia, los portavoces y muchos militantes de las CUP hacían siguientes reflexiones del tipo “por un aparte pienso que es un buen resultado porque hemos triplicado, pero por otra parte hay una reflexión en los siguientes meses teniendo un conjunto de el voto independentista que no supera el 50%,” . Para la CUP por debajo de este 50% no se puede ir a una declaración unilateral de independencia y por ello plantean que es preciso dar pasos hacia un proceso constituyente en ruptura con el Estado español en el que se termine de conseguir esa mayoría y se acabe decidiendo la relación de la nueva república catalana con éste.
Cuando tocó la conexión en directo de la CUP Antonio Baños inicio el cánticio de «a, anti, Anticapitalistas» seguido del de «I, inde,independencia». Durante los discursos también se corearon otros como el de «luchar, crear, poder popular» tradicional de la izquierda independentista catalana e inspirado en la “Unidad Popular” chilena.
Los discursos arrancaron con el de Ana Gabriel, que denunció el hecho de que miles de inmigrantes que no tienen voz en estas elecciones, también recordó a las mujeres asesinadas por machismo que tampoco han podido votar, y seguidamente reivindicó el anticapitalismo asegurando que “no hay precedentes de un espacio limpiamente anticapitalista y por lo tanto es muy buena noticia que seamos la chispa en este sur de Europa rebelde.”
Finalmente cerró Baños dando por muerto al régimen heredero de la dictadura de Franco, con una llamada a la desobediencia de todas las leyes españolas que vaya en contra de la soberanía de las clases populares de Catalunya y la necesidad de imponer un plan de emergencia social para que todos los catalanes tengan garantizado comer tres veces al día, insistiendo varias veces en la negativa de votar como presidente a Artur Más.
El ambiente en general era de entusiasmo y alegría por los resultados, pero también se respiraba algo de contención o vértigo. Seguramente en muchas de las cabezas de los presentes rondaban los retos que se le plantean por delante al proceso soberanista en general y a la CUP en particular. La aritmética parlamentaria ubica a los 10 diputados de la CUP como imprescindibles para que la hoja de ruta de JxSí pueda tirar hacia delante.
En las próximas semanas deberán optar entre una encrucijada. O bien mantienen la política llevada hasta ahora de ser el ala izquierda de dicha hoja, presionando para que se “acelere” pero sin cuestionarla ni ponerla en peligro. Y hacia aquí apunta la propuesta de gobierno de concentración, que aunque rechaza a Mas sigue considerando como compañeros de viaje necesarios a los representantes políticos de la burguesía catalana que hoy están en JxSí. O bien se separan definitivamente de esta política, niegan el apoyo a JxSí y se vuelcan a organizar un ala que se plantee la lucha por el derecho a decidir por medio de la movilización social y con total independencia política de la burguesía catalana.