En función de las protestas contra la llamada “Ley de Tercerización” (PL 4330), del pasado 15 de abril, la demagogia petista ganó proyección en la coyuntura política nacional. Detrás de estas acciones, se oculta un episodio más de la campaña electoral hacia el 2016 y 2018, para las cuales el PT busca diferenciarse de las medidas más de derecha de Dilma y no perder apoyo en su base social.
Viernes 24 de abril de 2015
En función de las protestas contra la llamada “Ley de Tercerización” (PL 4330), que se difundieron por internet y culminaron con una jornada de manifestaciones, cortes de rutas y paralizaciones el pasado 15 de abril, la demagogia petista ganó proyección en la coyuntura política nacional. En la apertura del Congreso de la CUT, Lula apeló para que Dilma “intente evitar” la aprobación de la ley en trámite en el Congreso, que reglamenta la expansión de la tercerización del trabajo en el país. Detrás de estas acciones se oculta un episodio más de la campaña electoral hacia el 2016 y 2018, para las cuales el PT busca diferenciarse de las medidas más de derecha del gobierno de Dilma y no perder demasiado apoyo en su base social.
¡Cuánto cinismo! Justamente durante los 12 años de gobierno petista el 90% de los empleos creados recibieron menos de 2 salarios mínimos, aumentó de 4 a 12 millones el número de tercerizados y son más de 20 millones las víctimas por la rotatividad del trabajo. Con el mismo discurso con el que se oponía al PL 4330, Lula defendía el resto de los ajustes implementados por el gobierno, reivindicando los que él mismo hizo en el 2003.
El teatro de la CUT
La CUT cuenta con 2.100 sindicatos registrados, lo que significa 2,4 millones de afiliados (según el índice de representatividad creado por el gobierno, que cruza el número de sindicatos afiliados con los trabajadores a ellos asociados), representando el 36,5% del movimiento sindical. Esto le da derecho a casi 50 millones de reales anuales, solo del impuesto sindical obligatorio que el gobierno recauda y entrega a las centrales.
El contraste entre esa “pequeña” fuerza y lo que la CUT efectivamente movilizó el pasado 15 de abril, muestra que su objetivo no es luchar contra la tercerización y sí presionar al Congreso y al gobierno por un ataque más “light”. No podría ser diferente, ya que el proyecto alternativo al PL 4330 de la CUT es una regulación de la tercerización tal como existe hoy, garantizando la precarización del trabajo que impone condiciones de vida ultra precarias para un enorme contingente de la clase trabajadora y garantizando lucros exorbitantes a los empresarios.
La disposición de lucha que se viene expresando en huelgas como la de Volkswagen de San Bernardo, de la General Motors de San José y de los profesores en varios estados contra los planes de ajuste que buscan descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, deja más evidente el papel de la CUT de contención de esa energía para amortiguar el choque entre la insatisfacción popular y los ataques del gobierno del PT. Los paros parciales y los cortes de rutas del pasado 15 de abril fueron una nueva demostración de esa disposición de lucha que la burocracia cutista busca desviar y contener.
Para ese teatro la CUT cuenta con la inestimable ayuda del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST). A pesar de criticar las medidas derechistas del gobierno federal, el dirigente de los sin techo, Guilherme Boulos, subordina la lucha contra los ataques a la defensa de Dilma frente al fortalecimiento de los tucanos (PSDB), detrás de una propaganda general “contra la derecha” y por “más derechos”, como si los principales ataques en curso no fuesen responsabilidad directa del gobierno petista.
Negociaciones en curso: ataques parciales, pero ataques al fin
En los últimos días se hizo pública la disposición del gobierno de acordar el retiro de parte de las Medidas Provisorias (decretos) de fin de año, que suprimen derechos laborales y previsionales, sobre el seguro de desempleo, asistencia médica, entre otros. El gobierno estaría dispuesto a retroceder parcialmente en algunos de los ataques para dejar lo esencial. De esta forma, la burocracia cutista posa de “luchadora”, Lula hace demagogia, Dilma se presenta haciendo algunas “concesiones” y el gobierno petista va imponiendo a cuenta gotas los ataques al servicio de la patronal.
EL PSOL y el PSTU a revoque de la burocracia cutista
Es difícil creer que aún después de compartir por tantos años los mismos espacios sindicales con la burocracia cutista, las direcciones del PSTU y del PSOL aún se sientan seducidas por el juego de escenas de los burócratas profesionales como los que dirigen la CUT. Pero esa es la dura realidad que se expresa cuando no encontramos ninguna crítica a la burocracia cutista en los balances del pasado 15 de abril en las páginas de internet de esos dos partidos.
Por el contrario, en la página del PSTU así como en la de CSP-Conlutas, vemos la defensa de una “huelga general” que al no estar ligada a una denuncia seria del papel de contención de la CUT ni tampoco a un plan serio de movilizaciones de los sectores de vanguardia no puede más que fomentar ilusiones que la burocracia cutista pueda encarar una lucha seria contra los ataques del gobierno. En las palabras de Luciana Genro, asombrosamente, el PSOL llega a felicitar a la CUT por su iniciativa en la convocatoria del día 15 de abril. Al mismo tiempo que la bancada del PSOL propone enmiendas en el PL 4330, uniéndose a la CUT en el objetivo de reformarlo.
¿Qué le sucede al PSOL y al PSTU para creer que los “demonios” que los hicieron romper con la CUT ahora se convirtieron en “ángeles” que van a “salvar” a la clase trabajadora de los ataques petistas? ¿Por qué embellecen las maniobras a través de las cuales la burocracia se empeña en lavar a la CUT y al PT? Palabras izquierdistas que agitan la “huelga general” como si cayera del cielo o brotase de la tierra con un pase de magia, para además cubrir con un discurso rojo la impotencia de la propia izquierda opositora al gobierno, no contribuyen a organizar las fuerzas necesarias para frenar verdaderamente los ataques.
Un verdadero plan de lucha para frenar los ataques
Mientras la CSP-Conlutas no tenga una orientación clara para que, en el marco de la unidad de acción contra los ataques del gobierno, pueda emerger como una alternativa política independiente de la burocracia sindical; sin un plan de movilización a partir de las asambleas de base para que sectores de vanguardia de la clase trabajadora puedan luchar por un verdadero paro nacional contra el esfuerzo de contención de la dirección vendida de la CUT, no va a haber ninguna “huelga general” ni mucho menos que eso.
Si la CSP-Conlutas quiere construir verdaderamente un paro o una huelga nacional para enfrentar los ataques debería comenzar por reunir a todas las fuerzas de vanguardia para “incomodar” verdaderamente a la burguesía en las acciones de lucha unificada. Para eso es necesario organizar seriamente asambleas y plenarios regionales en las bases de los sindicatos y oposiciones sindicales dirigidos e influenciados por la izquierda opositora al gobierno, ligando las luchas propias de cada sector a la lucha nacional contra los ataques del gobierno. Esa es la batalla que nosotros del Movimiento Revolucionario de los Trabajadores dimos en los lugares de trabajo y fue la voz que desde http://www.esquerdadiario.com.br/Esquerda Diário buscamos expresar en todo el país.
Si el PSOL quiere realmente luchar contra los ataques del gobierno, debería poner sus bancas parlamentarias al servicio de fortalecer las huelgas de resistencia que vienen siendo protagonizadas desde diferentes sectores y proyectar la voz de los sindicatos combativos que se proponen realmente la movilización de sus bases para construir una movilización nacional contra los ajustes. Sería fundamental movilizar a los trabajadores del subterráneo de San Pablo para que ellos asuman en sus manos un papel de vanguardia. Embellecer a la burocracia sindical va en contra de crear esa fuerza. Los trabajadores saben que los dirigentes traidores los dejan librados a su propia suerte cuando hay represión, como ocurrió en la huelga del subterráneo del año pasado y en años anteriores.
Para crear esa fuerza es necesario unificar desde las bases a los trabajadores de vanguardia de la General Motors de San José dos Campos, del Sintusp y de todas las oposiciones sindicales dirigidas por la CSP-Conlutas en San Pablo. Un polo de vanguardia que, movilizándose de forma unificada y con el apoyo de los parlamentarios del PSOL, pueda realmente proyectar una voz independiente de la burocracia sindical, que pueda ser oída por sectores más amplios de la clase trabajadora y pueda generar las fuerzas necesarias para quebrar la voluntad del gobierno y poner a la clase trabajadora en el centro de la escena política nacional.
Daniel Matos
Nacido en Montes Claros, Minas Gerais, Brasil. Dirigente del Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT) de Brasil, reside desde 2015 en Argentina colaborando con la dirección del PTS. Miembro del consejo editorial de Esquerda Diário y de la revista Estrategia Internacional. Coautor del libro Questao negra. Marxismo e classe operaria no Brasil, Ediciones Iskra, 2013.