La semana pasada vimos el despliegue de una nueva cocina entre la presidenta del Senado, Yasna Provoste (DC) y Piñera, detrás de este acuerdo a espaldas del pueblo por “mínimos comunes” esperaba confiada Bárbara Figueroa mientras algunos sectores de trabajadores, como el sector de la salud, estuvimos en las calles este 30 de abril.
Jueves 6 de mayo de 2021
Bárbara Figueroa, presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), dirigente del Partido Comunista y candidata a la Convención por el distrito 12, demostró nuevamente que sus llamados a movilización solo son para ejercer “presión parlamentaria” y no para realmente poner al centro nuestras demandas y necesidades como trabajadores, y por esa vía terminar convirtiendo la confianza en las propias fuerzas de los y las trabajadoras movilizadas en una confianza en las instituciones corruptas de este Estado y en los políticos de los “30 años”, quienes se han reido todo este tiempo en nuestra cara. Durante este 30 de abril en medio de las movilizaciones en el marco del llamado a la “huelga sanitaria” convocada por la CUT, la presidenta del principal organismo de trabajadores en el país se encontraba saludando a la presidenta del Senado luego de la reunión de Yasna Provoste (DC) con el asesino y criminal Sebastián Piñera.
Desde la rebelión de octubre del 2019 hasta en este contexto de pandemia, las dirigencias de la CUT han confiado en las propuestas del gobierno a tal punto en que no organizan ni llamaron a movilizaciones en las “huelgas por el hambre” gestadas el año pasado, expresando una desconfianza e impotencia de ver a dirigentes que deciden por arriba de las bases de sindicatos y asambleas de trabajadores, y más aún, sin incentivar a que los trabajadores seamos los sujetos de decisión y que seamos nosotros quienes protagonizamos los verdaderos cambios.
Esta forma de actuar de Figueroa, es una consecuencia directa de la "estrategia" del Partido Comunista hacia las elecciones presidenciales: su apuesta es a favor de una "candidatura única de la oposición", que incluya a la DC y al Frente Amplio. Su figura fuerte es Daniel Jadue, proclamado candidato. Su confianza está puesta más en el desempeño electoral de éste que en la capacidad de las y los trabajadores para derrotar a Piñera. Si la CUT es tan adicta a las mesas y pactos con gente del estilo de Yasna Provoste es porque su estrategia necesita dar señales de "gobernabilidad". Haber apostado por la fuerza de la huelga general, aprovechando el impulso importante que fue el paro portuario, no podía estar en los cálculos de la CUT.
El pacto “Piñera-Provoste-Figueroa” hacia los “mínimos comunes” salvó nuevamente al gobierno, cuando la fuerza de las y los trabajadores se mantenía en pie luego de las masivas manifestaciones por el tercer retiro del 10% protagonizadas por los paros progresivos de los portuarios que se mantuvieron por varios días, por las manifestaciones de funcionarios en los centros de salud, como el Alejandro del Río en Puente Alto y el Hospital Barros Luco, y también en los permanentes cacerolazos en nuestros barrios y poblaciones.
El rol de la CUT estuvo ausente en uno de los momentos más claves para demostrar que las y los trabajadores podemos dar una respuesta a la crisis, en cambio de eso, las direcciones optaron por un cheque en blanco ofrecido por el gobierno. Y el cheque en blanco fue: un sueldo mínimo miserable e indigno.
Mientras Piñera esté en el gobierno los trabajadores seguiremos pagando la crisis, porque él representa a las grandes familias que han aumentado su fortuna mientras nosotros usamos nuestros ahorros para sobrevivir.
Debemos confiar en las fuerzas de la movilización de los trabajadores, la juventud, las mujeres y el pueblo. Para romper la tregua que las direcciones de la CUT vienen llevando adelante, hay que impulsar asambleas en los lugares de trabajo y de estudios. No paros testimoniales para sentarse a la mesa a negociar migajas con el gobierno criminal, ni para depositar confianza en una "oposición" cómplice del gobierno.
Necesitamos organizarnos para enfrentar la crisis con un plan de emergencia que no se sostenga sobre nuestros hombros y nuestras familias. Por el fin de las AFP y pensiones acorde a los gastos de una canasta básica. Por la conquista de un programa de emergencia que prohíba los despidos y suspensiones, por un ingreso universal sobre los 550 mil pesos y un sistema de salud universal controlado y gestionado por los trabajadores y usuarios de la salud.
Joseffe Cáceres
Trabajadora UMCE y vocera de Pan y Rosas Chile