Se realizó una reunión virtual junto con las diputadas de la Ciudad Myriam Bregman y Alejandrina Barry, entre trabajadores estatales, docentes, de la salud y familias trabajadoras de los barrios de emergencia. El estado de situación del conjunto de la Ciudad es de crimen social, paradores, geriátricos, contagios en los barrios de emergencia, problemas de alimentación y conectividad en las escuelas, contagios en hogares de niños, niñas y adolescentes, y un sistema de salud vaciado que no cubre las necesidades de la población.
Jueves 21 de mayo de 2020 20:03
La situación de la Ciudad ya es insostenible. Tras el crecimiento exponencial de contagios, se suman 9 muertes en los barrios de emergencia. Este domingo se dieron los dos últimos, Ramona, militante de la Garganta Poderosa y de Víctor, quien organizaba un comedor comunitario en la Villa 31.
Trabajadores estatales, docentes y de salud de distintas áreas del gobierno de la ciudad que ven esta realidad día a día en su trabajo, se reunieron junto a las diputadas del PTS en el Frente de Izquierda en la ciudad, Myriam Bregman y Alejandrina Barry, para exigir una solución urgente ante el gobierno de la Ciudad.
Al respecto, Myriam Bregman comenzó la reunión dando una definición política del estado de situación: “Son muertes anunciadas, eso es lo que nosotros llamamos crimen social. Cuando un crimen se produce por las políticas de los gobiernos, no por una tragedia. Por una política decidida, que por acción o por omisión toman los gobiernos”.
Yuri Fernández, obrero de la textil Brukman y delegado de manzana del Barrio Padre Ricardelli (1-11-14) planteó que el problema de fondo es que nunca se aplicó la ley 403 de urbanización. “Si esto se hubiese aplicado, ahora estaríamos en otra situación. Los serivcios son un desastre, agua luz y cloaca no son buenos. No hay presión de agua, y el 70 por ciento quizá no tiene agua por la presión. Tienen q esperar a medianoche, al amanecer para que pueda abastecerse con baldes”. Y agregó, “la gente quiere comer. Los delegados les decimos que no salgan por el covid, pero tienen que trabajar”.
Virginia Espeche, psicóloga de una escuela cercana a la Villa 31, contó que “una mamá del Barrio Mujica expresó que con respecto al agua tienen que llenar los baldes por turno, y que de las canillas, el agua sale muy sucia. Además nos contó que las familias que están en aislamiento deberían atravesar todo el barrio para buscar los alimentos que brindan la escuela n°25, por lo que las opciones son o pasar hambre o exponerse al covid.
Nicolás Dimuro, trabaja en los Hogares de niños, niñas y adolescentes de CABA con todos chicos judicializados, varios niños pacientes con padecimientos psiquiátricos, algunos con problemas graves de salud, como una nena que fue hace un tiempo trasplantada de riñón. Comentó las condiciones precarias de la inmensa mayoría de los hogares: problemas edilicios, falta de insumos (ejemplo dan pocos barbijos) muy poco personal y distintos tipo de contrataciones precarias y licencias suspendidas para los operadores. Subraya que no existe distanciamiento social.
Melina Michniuk, concurrente del Hospital Piñero, comenta que junto a sus compañeros se vienen organizando frente a falta de equipos de protección personal que expone al contagio a quienes se supone deben cuidar de la salud de la población. También preocupa el incumplimiento de protocolos de aislamiento frente a trabajadores contagiados, en algunos servicios como terapia intermedia se pretende que vayan igual sin hacer un sólo testeo al conjunto del equipo. El traslado de pacientes de los Cesac a las Unidades Febriles de Urgencia (UFU), que son containers destinados al ingreso con pacientes con síntomas de Covid-19, es un desastre, el otro día trasladaron a 3 personas que no eran parientes entre sí, del Cesac 18 y 43, en un taxi, luego de esperar una hora y media en los Cesac. En el Piñero estuvieron esperando 4 hs y no solamente no los atendieron, sino que tampoco los registraron en atención de segundo nivel. Por último, nos cuenta que desde la asamblea de trabajadores del Piñero, denunciaron que los nuevos protocolos de atención, que plantean que las personas que no corren riesgo su salud y son Covid positivo puedan realizar el aislamiento en sus casas, son insostenibles para las personas de barrios como el del Padre Ricciardelli (villa 1-11-14) debido al nivel de hacinamiento. Eso sólo va a promover que se expanda el virus entre los más vulnerados.
Carla, trabajadora y estudiante de la villa 21 24, nos contó y denunció en sus redes, que la situación en su barrio a raíz del disparo de los casos de coronavirus. La red de mujeres y disidencias de dicho barrio organizaron este lunes a la tarde un corte de calle denunciando esta situación y de las mujeres derivadas al hospital ramos mejía. Exigimos que el gobierno nacional y de la ciudad se hagan cargo de la situación, y garanticen todas sus demandas.
Lucas Coria, trabajador de desarrollo social de Nación, nos cuentan que los 90 contagios de personas en situación de calle que residen en el Parador Retiro eran completamente evitables. Previamente los trabajadores habían denunciado la ausencia de elementos de protección y la imposibilidad de mantener el distanciamiento social preventivo, situación que se hace extensiva a otros paradores destinados a las más de 7000 personas que se encuentran en situación de calle. Ya son cuatro los paradores con casos confirmados por GCBA: Retiro (92), Caritas (dos), Proyecto 7 (dos) y Parque Roca (uno). Lo mismo sucedió en el Hogar Guillermo Rawson de Tercera Edad, donde viven 200 adultos mayores, de los cuales uno dio positivo y motivó el aislamiento de otros 33 residentes y 30 trabajadores, muchos de ellos en el mismo Hogar.
Julieta Azcarate, es docente en una escuela que está entre los barrios de Pompeya y Soldati. “Las familias están obviamente la mayoría mal, sin un mango, mucho trabajo informal, con poco y nada de laburo ahora. Vienen necesitados a buscar los bolsones, el otro día un ex alumno le escribió a una compañera porque en la secundaria le dan solo lo del refrigerio, el viejo está sin laburo y preguntó si nos sobraba algo si podíamos darle, muy tremendo”. Y agregó, “por la conectividad, no sólo la mayoría no tiene wi fi sino que algunas familias tienen por ahí 5 hijos, y la mamá solo tiene el celu, y es imposible hacer las tareas así, muchas veces se queda sin datos”.
Las trabajadoras del Hospital Durand dicen que hay 89 pacientes internados, 61 con Covid (+) y 28 en estudio, no hay más camas disponibles y tenemos 6 compañeros más infectados (tres médicos y tres enfermeros). La capacidad del hospital está al límite y los casos positivos siguen en aumento. El informe epidemiológico del hospital Durand reporta que el aumento de cantidad de casos se ve influenciado por conglomerados de grupos familiares. Y agregan, que el operativo en los barrios carenciados empezó luego del aumento exponencial de los casos, de forma improvisada y deficiente: pocos test y falta de coordinación entre los hospitales en donde las familias son derivadas. Cuentan además que el circuito es totalmente burocrático, “los hacen esperar durante horas hasta que se decida si son internados en el hospital o llevados a hoteles (que no se conoce donde se encuentran ubicados ni en qué condiciones están). No hay en el hospital alimento caliente, ni calefacción ni frazadas”.
Lucila Colaneri, trabajadora del Consejo de Niñas, Niños y Adolescentes, contó la bronca que hay entre sus compañeros por los primeros 2 casos positivos del CNNyA (uno en el Centro de Admisión y Derivación -CAD- y otro en el Dispositivo Socio Educativo San Martín), un joven y una enfermera. Dice que se hicieron distintos pedidos explícitos de insumos para la prevención que fueron ignorados por las autoridades, junto con el pedido de que se testeen previamente al ingreso a los chicos ya que implementar el aislamiento total en el dispositivo de personas COVID positivo o sospechosas de poseer el virus son imposibles de cumplir dadas las condiciones estructurales y la precariedad en cuanto a elementos de protección personal. El destrato y negligencia es la regla en el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
Hernán Cortiñas, docente de escuela del Bajo Flores, estuvo hablando con las familias del Barrio Riccardelli que desde el mediodía del jueves 14 se encuentran sin agua en más de 10 manzanas, se vuelven a encontrar entre la desidia del Estado y AYSA, como ya pasó en la villa 31 y que se cobró la vida de Ramona, entre otrxs vecinos del barrio. Una mamá le decía “esta mañana yo me levanté y no había agua en la casa. Vengo a un comedor en búsqueda de comida. Tengo mis hijitos y no sé cómo hacer, no se puede vivir sin agua”.
Andrea, trabajadora de la juegoteca de la Villa 21- 24, contaba que en el barrio hay muchas casas muy precarias, en muchos casos sin acceso al agua, también se suma que hay casos en los que viven más de una familia por casa. Al mismo tiempo en estos días, muchas familias que vivían a la orilla del río las están mudando se están mudando a los nuevos departamentos que les asignaron. Las familias nos cuentan que hay una invasión de ratas en todo el barrio producto de la destrucción de las viejas "casas", ósea que ahora las familias de la 21 no solo tienen q luchar contra el covid-19 sin los elementos básicos e higiene, contra el dengue cuando viven a orillas del río, ahora también tienen que ver como tapan agujeros, ventanas rotas y demás para que las ratas no entren a sus casas. En el barrio los comedores comunitarios son esenciales porque muchas de las miles de familias dependen de ellos para comer di a día. Dicen que el barrio intenta cumplir con la cuarentena para cuidarse, pero también nos cuentan que "de 11 a 14 hs. el barrio es como la calle florida" porque la gente se mueve de un comedor a otro, en filas que tiene que esperar larguísima para retirar un tupper con comida, y que muchas veces tienen que volver a sus casas sin nada, porque estos comedores no llegan a cubrir la necesidad de tanta crisis alimentaria. A los y las trabajadoras de juegotecas nos insisten en que armemos videitos con juegos para los chicos, pero no entienden que las familias no tienen conexión a internet. En resumen, las familias están a la merced de un montón de enfermedades, no solo el covid-19. No tienen el alimento asegurados todos los días. Y tampoco hay desinfección de insectos, ratas y mosquitos.
Consultado previa a la reunión, desde Ate Niñez y Horacio Avila de proyecto 7 nos plantearon que “Estas últimas semanas quedo demostrados que en los paradores, hogares y centros de niñez dependientes del Ministerio de Desarrollo humano y Habitat o del Consejos Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (CDNNYA), no hay protocolos claros y cada institución se termina manejando de forma distinta. En el caso del CDNNYA a partir de un comunicado de la Junta Interna de Ate, denunciaron que, en la Residencia Almafuerte frente a un posible caso de coronavirus de una trabajadora, se licenció a los tres jóvenes que estaba alojados ahí y fueron enviados a sus respectivos hogares familiares, la residencia se cerró y al resto de los trabajadores se los licenció por 10 días para que hagan la cuarentena. Tanto para los jóvenes que residían ahí como para los trabajadores, se prometió un testeo que todavía no se hizo, exponiendo a las familias de cada uno. En paralelo no se licenció al personal de seguridad que después cumplieron guardia en el CAD. También hubo un caso positivo de una enfermera del Instituto San Martín que dio positivo, pero sabiendo esto se han mandado jóvenes de la residencia Almafuerte y Simón Rodríguez a atenderse en el servicio de salud donde luego fueron aislados los trabajadores de esa área.
También nos brindaron información sobre su estado de situación como trabajadores. “Por otro lado en todos estos dispositivos los propios trabajadores denuncian que los cubre bocas se los deben llevar ellos mismos, ya que no se los brindan en las instituciones. Además, en algunos casos tampoco se cumple el distanciamiento social necesario por la cantidad de gente, sobre todo en los paradores y hogares. Además. ya es común el faltante de alcohol en gel, lavandina, repelente. La misma situación es denunciada en los casos de paradores y hogares para adultos y tercera edad. En estas semanas ya se vio el caso del Parador Retiro donde hubo 90 casos positivos. Otra cosa preocupante es la denuncia que nos hizo llegar Horacio Avila, de la ONG Proyecto 7, que frente a unas personas en situación de calle que pidieron asistencia con el 108, les informaron que los que egresaron de algún lugar, ya sea por propia voluntad o por que fueron egresados, hasta que termine la pandemia, no podrán ingresar a ningún dispositivo más, hasta que termine la pandemia. Consultados, los trabajadores del BAP también nos informaron que esa es la línea que se bajó, por lo que deja expuestos al contagio a las personas que están en la calle actualmente sin darles otra solución. Además, denunciaron que aún con los paradores que abrieron no hay vacantes para todas las personas en situación de calle. En síntesis, todos los trabajadores de estos dispositivos denuncian que nunca se bajó un protocolo específico, sino que les informan medidas que van cambiando, incluso a veces contradictorias entre sí.”