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XXXI ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES. La Comisión de Mujeres del Hospital Alende se prepara para Rosario

Trabajadoras del centro sanitario de Ingeniero Budge (Lomas de Zamora) relatan su participación del Encuentro Nacional de Mujeres de 2015 y cómo se preparan para el próximo.

Martes 27 de septiembre de 2016

Foto: Romina Vermelha

Como parte de una serie de entregas sobre las condiciones de trabajo y experiencia de lucha de las trabajadoras del Hospital Alende, en esta ocasión presentamos una entrevista a integrantes de la Comisión de Mujeres; varias de ellas son parte también de la junta interna del hospital. Marcela y Verónica de Enfermería, Silvia de Cocina, Laura Magnaghi de Laboratorio (Comisión Directiva de ATE Sur) y Paola de Rayos, en diálogo con La Izquierda Diario, cuentan sus experiencias.

¿Participaron del Encuentro Nacional de Mujeres el año pasado? ¿Cómo lo vivieron?

Silvia: Sí. Es como que te sentís acompañada al ver a todas esas mujeres que luchan por lo mismo. Porque todos los días una está viendo la violencia que hay, y saber que tenés en quien apoyarte es muy importante. La verdad es una experiencia muy linda, por eso estoy tratando de ir.

Paola: Me encantó. No podía creer que tantas mujeres se movilizaran. Yo me adelantaba y miraba para atrás, para ver el final de la marcha y era imposible. Y quería llevarla a mi nena que tiene 13, este año. No sé si va a poder ir pero era para que vea, para que sienta, que el día de mañana se sume. Cada vez que la llevo, por ejemplo, el 3 de junio o el 8 de marzo [NdR: marcha por Ni Una Menos y Día Internacional de las Mujeres, respectivamente], escucha los bombos o ve la marcha y dice que se le pone la piel de gallina. Fuimos a dos, tres talleres; este año vamos a tratar de ir a los que no fuimos el año pasado.

Verónica: Para mí fue el segundo encuentro, la misma experiencia, muy buena; la emoción es muy grande, ver a tantas mujeres que pelean por lo mismo, y con las mismas ganas de siempre, que todas juntas podamos cambiar algo. Algo importante es que salga la ley de aborto libre y gratuito para todas. Y no que un tipo venga a decidir por el cuerpo de ninguna de nosotras. En este hospital se mueren muchas chicas, lamentablemente, porque no tienen otra posición económica. Es así, si tenés plata vivís, si no, no. Las que pueden van a una clínica y se lo hacen. Y acá llegan chicas que se lo han provocado, por distintos motivos: algunas por violación, o por otras causas. Acá se ve mucho; entonces, a seguir peleando para que no pase más.

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Laura: Otra cosa que impactó mucho fue la movilización del “Ni una menos”; hubo un cimbronazo a nivel social. Quedó en evidencia que no es una situación únicamente de una mujer en particular, por ejemplo, pelearse con la pareja o venir al trabajo y que te maltraten. No es únicamente un golpe. Porque sino todo te termina llevando a que se trata de la mal llamada “violencia doméstica”. No es doméstica, es violencia de género. Y nosotras empezamos a entender eso también: que esa violencia es una violencia social hacia la mujer y que esos cambios tienen que ser también sociales. Estos grandes movimientos como “Ni una menos” -del cual fuimos parte, participando también el segundo año que se hizo la movilización- nos llevan a seguir pensando y a ser parte de una organización más grande, de lo que tiene que ser un gran movimiento de mujeres. Organizarse es la única forma de lograr ese cambio radical, no se trata de un cambio individual. Para llevar esto hasta el final tiene que haber un cambio de sistema, ya que en el actual no lograremos la emancipación de las mujeres más que en aspectos muy limitados y parciales. Una puede zafar de una situación de violencia a nivel individual, pero a la de al lado le va a estar pasando lo mismo. Entonces, ¿cómo logramos un cambio verdaderamente profundo y una organización de mujeres donde esas discusiones se empiecen a dar más profundamente?

Paola: Cuando yo entré con el bolsito al hospital [para viajar al Encuentro el año pasado pensaba] “¿con quién me voy a encontrar?”, porque no sabía bien quiénes iban, ni cuántas eran. Fulanita de Maternidad, sultanita de Quirófano, por ahí te las cruzás en los pasillos… ¡Con una emoción nos fuimos! Y además, nos terminamos de conocer un poco más allá, de compartir las charlas o de caminar veinte cuadras para ir a un colegio, vas hablando y te vas conociendo. Y cuando llegás acá es otro el feeling que te genera con tu compañera. Aparte, enterarme de otras experiencias laborales, así sea en otro piso del mismo hospital -hay cosas que no me doy cuenta porque estoy al fondo y trabajo más con la Guardia-; hay pisos arriba que trabajan con criaturas, con madres o un quirófano, los partos y experiencias que te contaban las chicas que, la verdad, yo no las veía porque no las conocía. Y ahí también te cambia la realidad de las cosas. Así que estuvo re lindo como experiencia. Y después de eso quedó un buen trato, un buen grupo, un ida y vuelta para todo, nos vamos comunicando.

Invitación de la Comisión de Mujeres a participar del XXXI Encuentro Nacional de Mujeres

¿En qué comisiones participaron el año pasado?

Silvia: De varias… violencia, más que nada. Yo he sufrido un tipo de violencia, psicológica, y me interesa más esa parte. Es aprender que nadie tiene derecho a decirte que sos una basura, o te trate como basura. Que valés. Por eso, lo que me ayudó a sacar a mi hija y empezáramos a vivir las dos. No sé de dónde saqué fuerza, pero ahora lo entiendo y me siento apoyada; si tengo un problema sé a quién recurrir. Sé que tampoco soy la única; si alguien necesita una mano mía la va a tener, aunque sea apoyando psicológicamente, eso es muy importante. Una experiencia muy linda. Que quisiera que se repita este año otra vez.

Paola: Mujer y salud y Mujer y sindicatos. Estaría bueno que algo salga de ahí, que sea más resolutivo, porque es impresionante la cantidad de mujeres que van, y es impresionante también cómo no sale nada en los medios. A mí lo que me llamó mucho la atención eran las nenas, mayormente vi nenas, y abuelitas desde las ventanas saludando o con cartelitos [durante la marcha que se hace todos los años]. Hay que ver cómo nos reciben en Rosario.

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Laura: El año anterior, en Salta, la discusión era que se hiciera en Buenos Aires como epicentro político, sabiendo que estaba terminando la década del kirchnerismo, que podía venir una situación como la que se vino con el PRO, y en el marco de lo que era más la discusión política general; terminamos en Mar del Plata. Habría que hacerlo en un lugar [NdR: Ciudad de Buenos Aires] donde puede pegar realmente una organización de mujeres. Por eso fue asombroso lo del 3 de junio que impactó en la sociedad. Si el Encuentro Nacional de Mujeres se hiciera en el centro político de la Argentina, en Buenos Aires, convocaría mucho más y sería muchísimo más rico porque aparte están ahí los lugares resolutivos como el Congreso, la Casa de Gobierno. Sería muchísimo más fuerte el impacto.

Y para el Encuentro Nacional de Mujeres de este año ¿cómo se vienen preparando?

Laura: Va en marcha, no queremos que nadie se quede abajo de los micros. La idea es ver si vamos a diferentes terciarios y universidades, pasar por los cursos, hablar con el sector estudiantil y ver si pueden colaborar con nosotras para que podamos viajar. El año pasado nos había ido bien haciendo eso. El sábado 24 de septiembre las compañeras de la Comisión de Mujeres del Hospital Alende junto a la Comisión de Mujeres Aeronáuticas, docentes de la Agrupación 9 de Abril - Lista Marrón y la Secretaría de Género y Diversidad Sexual de la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ) realizamos una fiesta de Pan y Rosas para seguir juntando dinero y que todas podamos viajar.

Silvia: Nos fue bien pasando por los terciarios y universidades el año pasado, la gente colabora mucho, más las mujeres, son muy solidarias.

Laura: Y más cuando les decimos que ganamos $ 4.000, un sueldo de indigencia. Estamos viendo cómo organizamos un contingente más grande, porque este año se sumó gente nueva. Esto es movilizador para todas las compañeras; salen fortalecidas y muchas quieren hacer un cambio estructural en su vida. El encuentro lleva a esa crítica interna, pero también es una crítica social. El año pasado éramos 60 mil mujeres en el Encuentro de Mar del Plata discutiendo sobre nuestras condiciones de trabajo, la legalidad del aborto, qué hacer frente la violencia y los femicidios y muchísimos temas más, en comisiones de todo tipo y color. Este año tenemos que ser muchas más aun en Rosario, para debatir sobre todos esos temas y para definir cómo enfrentamos al gobierno hambreador de Cambiemos, que nos viene atacando con tarifazos, despidos e inflación. Por eso, para reflejar esos 31 años de historia de encuentros de mujeres en nuestro país y de luchas donde las mujeres somos protagonistas, queremos ser muchas corresponsales de La Izquierda Diario para que se expresen las voces de las miles de mujeres que participaremos.

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